M.Fernández/A. Munárriz – Público 4.3.2010
La fosa común de Málaga, de la que han sido exhumados restos de 2.840 personas, acogió los cuerpos de 349 niños muertos de hambre, enfermedades o heridas. Así lo recoge el informe de la excavación de las ocho fosas y el patio civil del cementerio de San Rafael, el mayor enterramiento de la Guerra Civil y la represión abierto hasta hoy.
La cifra de 349 niños se refiere a críos menores de diez años, según la Consejería de Justicia. Murieron la mayoría en 1937 y en años inmediatamente posteriores.
No siempre eran descendientes de enterrados allí. Bastaba con que fueran hijos de quienes eran rojos a ojos de los rebeldes, que los inhumaban en la fosa sin apenas control. «Un niño que iba a la cárcel con su madre, si moría de hambre o tifus, iba allí. Uno muerto en un bombardeo, también», explica una fuente de la investigación. Más de un tercio de estas víctimas infantiles (132) estaban en el sector 8, donde abundan las inhumaciones en féretro de cuerpos llegados desde la prisión provincial.
Aparte de los 349 niños, se han exhumado cadáveres de 1.138 hombres y 89 mujeres. Del resto de cuerpos (1.262 más), no se determinó el sexo. Hasta el momento, sólo se ha identificado a una persona. Ahora está abierto el plazo para que las familias que creen tener familiares allí den ADN a la Universidad de Málaga. Más de 200 ya lo han hecho. Se prevé que se sumen otros dos centenares más. La cal viva dificultará las identificaciones.
Dos décadas de exterminio
En el cementerio, hay registrados 4.471 entierros en la fosa común. Es decir, faltan 1.631 cadáveres por exhumar. Existen hipótesis, no certificadas, que sugieren que hubo traslados a otros lugares, como el Valle de los Caídos. La Asociación contra la Memoria y el Olvido -promotora de la exhumación en la que ha participado la Junta, el Gobierno y el Ayuntamiento- pretende que se construya un panteón con todos los huesos y una placa con los 4.471 nombres
Según el informe, los cuerpos fueron enterrados entre febrero de 1937 y mayo de 1957. Se trató de un «exterminio seleccionado durante dos décadas». La mayoría fueron disparos en el pecho. Abundan los tiros de gracia con arma corta. Hay individuos golpeados con objetos contundentes. Muchos eran arrojados de tal forma que quedaban «en posiciones extremas». La mayoría tenía «entre 20 y 40 años».
Los enterrados en las seis primeras fosas fueron fusilados en la primera mitad de 1937. Los del sector 7, a partir de entonces. En el Patio Civil, eran sepultados los no creyentes y los suicidas. «Solían estar maniatados con alambres», explica el director de los trabajos, Sebastián Fernández.