El «patriotismo» de los expulsados del Ejército se reconoce 30 años después
El Consejo de Ministros saldó ayer, con carácter testimonial, la deuda moral de la democracia española con los miembros de la Unión Militar Democrática (UMD), que fueron perseguidos por la dictadura e ignorados durante la Transición por temor al fantasma del golpismo.
A propuesta de la titular de Defensa, el Gobierno aprobó una declaración institucional en la que se subraya que «los sacrificios asumidos por los miembros de la UMD, que arriesgaron su carrera y promoción profesional e incluso su libertad personal, son prueba manifiesta de su patriotismo, su alta conciencia democrática y su inquietud por contribuir a mejorar las Fuerzas Armadas».
La UMD se creó el 1 de septiembre de 1974 -al socaire de la revolución portuguesa- para impedir que las Fuerzas Armadas fuesen utilizadas para impedir las reformas democráticas. Nueve de sus miembros fueron expulsados de los ejércitos tras ser juzgados y condenados en consejo de guerra en marzo de 1976 y otros muchos vieron truncadas sus carreras.
El 27 de junio de 1977, pocos días después de las primeras elecciones democráticas, la UMD se autodisolvió, dando por cumplido su objetivo. Sin embargo, la presión de la cúpula militar de la época hizo que la ley de amnistía les discriminara y, al contrario que otros funcionarios depurados por razones políticas, no se les permitió volver a ejercer su profesión. Cuando la incorporación fue posible, en 1986, pocos optaron por volver y los que lo hicieron pidieron pasar a la reserva.
La declaración de ayer es fruto de una proposición no de ley de IU aprobada el 1 de abril en el Congreso con el apoyo de casi todos los grupos, salvo el PP.
In El País, 5.12.09