El Tribunal Supremo ha admitido a trámite una querella presentada por Manos Limpias contra el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón en la que se acusa al magistrado de prevaricación, por excederse en sus competencias en la investigación del proceso contra el franquismo, según ha podido saber ELPAÍS.com de fuentes judiciales. La admisión de esta querella, que obligará al magistrado a declarar en calidad de imputado cuando sea requerido por el tribunal, se adopta en oposición al criterio de la Fiscalía, que había informado en contra.
El Supremo ha designado como instructor al juez Luciano Varela, tomando como base el informe del Fiscal de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, en el que se oponía a la admisión de la querella para investigar los crímenes cometidos durante la Guerra Civil y el franquismo, informa Julio Lázaro.
«Esta sala, sin valorar ni prejuzgar lo sucedido, entiende que no se dan las condiciones para rechazar la admisión a trámite de esta querella; lo afirmado en la querella no es algo que, ab initio, pueda considerarse ajeno al tipo penal de prevaricación, al menos como hipótesis que no se advierte sea ni absurda ni irracional», indica el alto tribunal en su auto.
Suspensión cautelar
La organización ultraderechista Manos Limpias ha explicado que en su querella también solicitan que el Consejo General del Poder Judicial suspenda cautelarmente de sus funciones al juez mientras termina de instruirse ese procedimiento. El presidente, Miguel Bernard, considera que Garzón cometió prevaricación, es decir dictó resoluciones injustas a sabiendas de que lo son, al iniciar un procedimiento para la investigación y exhumación de las fosas del franquismo sin tener competencia para ello y en contra del criterio de la propia Fiscalía de la Audiencia Nacional.
En la querella, presentada el pasado 26 de enero, Manos Limpias considera que el juez prescindió «total y absolutamente del procedimiento establecido, de la irretroactividad de la ley penal, de la ley de amnistía de 1977 y de sus propios actos y autos, en los que rechazó como genocidio los asesinatos de Paracuellos del Jarama».
Durante el año pasado, el magistrado abrió una investigación para esclarecer las responsabilidades de los crímenes cometidos durante la dictadura. El juez acusaba al General Francisco Franco y otros 44 miembros de sus Gobiernos y miembros de Falange de «delitos contra Altos Organismos de la Nación y la forma de Gobierno, y detención ilegal con desaparición forzada de personas en un marco de «crímenes contra la humanidad».
En lo que respecta a la apertura de fosas de los represaliados por la dictadura, Garzón se inhibió en noviembre en favor de los 62 juzgados territoriales donde se encuentran enterrados los cuerpos, pero añadía que debían investigarse las desapariciones y las sustracciones de niños. Garzón tomó esta decisión después de declarar extinguida la responsabilidad penal de Franco y del resto de mandos de la dictadura.
De acuerdo con el auto emitido el año pasado por el magistrado, Franco y los militares golpistas desarrollaron una «actividad criminal planeada y sistemática de desaparición y eliminación de personas por razones ideológicas», lo que significó un «crimen contra la humanidad como claramente se definió en el Estatuto y Tribunal de Nüremberg».
In El País, Madrid – 27/05/2009
El presidente de Manos Limpias, tras los pasos de Blas Piñar
Miguel Bernard, presidente del sindicato de ultraderecha Manos Limpias, ex líder de Fuerza Nueva y admirador declarado de Blas Piñar -político español cuya trayectoria política y vida pública siempre se caracterizó por su identificación con Franco y sus principios ideológicos-, se querelló el pasado 26 de enero contra el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón por su causa general contra el franquismo.
Bernard argumenta para justificar la querella, admitida hoy a trámite por el Tribunal Supremo, que Garzón incurrió en prevariación al iniciar un procedimiento para la investigación y exhumación de las fosas del franquismo sin tener competencia para ello y en contra del criterio de la propia fiscalía de la Audiencia Nacional.
El presidente de Manos Limpias, que tiene como principio básico que «allí donde existe un delito debe haber alguien capaz de denunciarlo», no oculta su nostalgia hacia la ultraderecha posfranquista, violenta y reaccionaria, que a su juicio equilibraba las fuerzas durante la transición.
«Objetivamente, con todos los defectos que pudiera tener Fuerza Nueva, el partido de Blas Piñar desempeñó un papel importante en la transición española. Si no hubiera existido una oposición de este tipo, llamémosle violenta, a lo mejor la transición se hubiera hecho de otra manera. Tal y como se desarrolló hubo un equilibrio de fuerzas y terminó, con los incidentes que existieran por el camino, con un texto constitucional», declaró Bernard al diario El Mundo el 27 de febrero de 2005.
Bernard, cuyo sindicato compartía sede en Madrid con el sindicato filofascista Fuerza Nacional del Trabajo, y tras fracasar en su intento de formar en España un partido como el francés de Le Pen, ya intentó llevar a los tribunales a Garzón por el caso Pinochet o GAL.
In Público, Madrid – 27/05/2009