Hemos querido reproducir íntegramente al frente de este volumen la introducción escrita para la primera edición, cuya versión española se halla actualmente agotada. Existen para ello razones concretas. Inicialmente, el autor se proponía consagrar un segundo tomo a la historia del Opus Dei en España después de 1957 que alcanzara hasta la más inmediata actualidad. Ahora bien, el presente volumen se detiene en el año 1962, aunque recoge y aumenta sustancialmente el texto de la primera edición. ¿Por qué ha modificado el autor sus proyectos ? Nos parece importante precisarlo al lector.
Si nos remitimos a las últimas líneas de la Introducción, se constata en ellas un ruego explícito. El autor deseaba que el Opus Dei se decidiese por fin a levantar el velo que cubría sus estructuras y presentase una «defensa e ilustración» completas de su acción en general y de su papel en la vida española contemporánea en particular. Más de dos años han transcurrido y nada o casi nada ha venido de la Obra, si no la repetición, apenas modificada de los comunicados que la Obra publica cada vez que se halla demasiado directamente implicada ; si no, también, algunos artículos de carácter fragmentario de intención apologética. Es cierto que el Padre Escrivá ha reunido en un volumen (1) diversas entrevistas escalonadas entre 1966 y 1968; pero tales entrevistas, por muy reveladoras que puedan ser, y sin intención de negarles su interés -las citaremos ampliamente en otro lugar- no aportan más que elementos de información parciales y con frecuencia simples declaraciones de principio, discutibles por lo menos (2).
Esta carencia del Opus Dei plantea un grave problema. El silencio a medias de la Obra o las inexactitudes flagrantes que pueden ser descubiertas en los textos de sus responsables, incluso -como se ha constatado- en los debidos al mismo Fundador, hacen que el Opus Dei siga siendo más que nunca un signo de contradicción. Entre lo que la Obra pretende ser y el talante que se le atribuye corrientemente, el foso sigue siendo igualmente ancho. El contraste entre los documentos oficiales del Opus Dei y los comentarios más o menos bien informados que suscitan sus actividades, desalienta cualquier investigación que pretenda mantenerse tanto al margen de la exégesis complaciente como de la denuncia polémica, rechazando a la vez el conformismo y la persecución, más o menos escrupulosa, del sensacionalismo.
¿ Queremos una prueba reciente ? Rompiendo muy parcialmente con su tradicional discreción, el Opus Dei ha celebrado en Roma en octubre de 1969, la primera parte de su Congreso general especial En esta ocasión, la Obra ha publicado un comunicado oficial (3). En él se lee, entre otras cosas, que el Opus Dei cuenta con 50 000 asociados pertenecientes a 76 nacionalidades diferentes, que « el Congreso especial ha examinado y valorado las experiencias ascéticas y apostólicas recogidas por el Opus Dei en el curso de sus cuarenta años de vida [...] » y « [que] ha confirmado las características de su espíritu, que no ha variado, así como la validez de su apostolado ». Más adelante, figura el párrafo ritual sobre « la autonomía legítima de que gozan todos y cada uno de los asociados del Opus Dei en los dominios profesional, social y político [que] permite un apostolado fecundo en países de estructura social diversa, contribuyendo a propagar el sentido cristiano de la libertad y de la responsabilidad personales ». Leyendo este texto anodino que alinea las afirmaciones de siempre en tono de tranquila confianza, es imposible dejar de pensar, como siempre o casi siempre que se trata de documentos de la Obra, que las cosas no deben ser tan simples.
Y quince días más tarde, el gobierno español es modificado y los cambios ponen de manifiesto un sustancial reforzamiento en él de los elementos vinculados, de cerca o de lejos, con el Opus Dei. Inmediatamente, en la prensa internacional aparecen grandes titulares que señalan, de manera más o menos matizada, el secuestro por los tecnócratas del Opus Dei de la casi totalidad del aparato gubernamental español. De France-Soir al New York Times, del Express al Economist, los periodistas multiplican encuestas, investigaciones y reportajes que vuelven sobre los mismos temas. Ciertos artículos van muy lejos y construyen hipótesis que desbordan el marco español. El autor de uno de estos textos tras haber afirmado que «todos los miembros del Opus Dei están convencidos de pertenecer a la Orden que va a conquistar el siglo con la ayuda de armas modernas, « materia gris » y dinero que garantizan el control de la opinión », llega a escribir: « Ni san Ignacio, ni Lenin tuvieron jamás a su disposición tantos cuadros de valor tan elevado, tan perfectamente preparados para su acción tan adaptados a su tiempo, a quienes no retiene ningún complejo y que disponen, además, de posibilidades materiales tales como nunca ninguna orden religiosa o ningún movimiento político ha conocido. » (4)
Es verdad que quienes por vivir en España ven actuar al Opus Dei no incurren en esas exageraciones simplistas. Sin embargo, algunas semanas antes del cambio ministerial, es cierto, un opositor decidido al régimen, Dionisio Ridruejo, era invitado por la radio alemana a exponer su opinión sobre el Opus Dei en España. Su opinión merece ser transcrita puesto que una toma de posición del mismo Ridruejo, fechada en 1965, figura en la introducción a la primera edición de este libro. Ridruejo matiza bastante sus apreciaciones, aparentemente más incluso que cuatro años antes. Según él, « el Opus Dei en España es un asistente al régimen, no en toda su extensión, sino en la parte del mismo que tiene existencia publica ». (5) Ridruejo se niega a participar en la interminable controversia sobre la actividad política de los miembros del Opus y los fines propiamente religiosos de la Obra. Reconoce incluso que en este dominio ciertas distinciones caras al Opus Dei pueden ser aceptadas y admite igualmente que ciertos elementos aislados del Opus Dei parecen lanzarse en una dirección más liberal, pero no por ello deja de afirmar sin ambigüedad : « El Opus, para mí está funcionando en España como si fuese un grupo de presión. Tiene una enorme cantidad de instrumentos en la mano, de prensa, publicidad, bancarios, industriales y políticos. Naturalmente esto caracteriza un grupo de presión, es decir, es una asociación que con independencia de sus fines específicos ejerce poder social a través de una serie de ramificaciones posesorias que le dan naturalmente acceso a centros vitales de la sociedad española » Entre una versión «maximalista» del papel del Opus Dei en España y fuera de España, y una versión más bien « minimalista » como la de Dionisio Ridruejo, el muestrario de opiniones permanece abierto. Pero se desgaja una constante en la insistencia sobre el inmenso poder económico de que dispone el Opus Dei en la España actual. Y esta potencia económica se halla en crecimiento continuo ; la comparación entre los dos textos de Ridruejo, el de 1965 y el de 1969, es muy instructiva a este respecto. En 1969, Ridruejo subraya, todavía con mayor energía, la importancia de los medios económicos y financieros de que dispone ya la Obra. Para quien intenta describir, con la mayor exactitud posible, las modalidades de la acción del Opus Dei en la vida española y el peso que en ella representa la Obra, surgen innumerables problemas a causa de esa primacía de lo económico.
Y es que cuando las fracciones activas del Opus Dei se manifestaban esencialmente en polémicas ideológicas, en luchas de influencia en el seno de la Universidad, en rivalidades entre clanes políticos, era relativamente fácil descubrir la presencia de la Obra y medir su fuerza. Pero sucede de manera diferente cuando la vida económica, en el sentido más amplio de la palabra, se convierte para el Opus Dei en el campo privilegiado de su acción.
El viraje se constata a partir de los años sesenta. España adopta en el curso de este periodo una política económica nueva, de tipo europeo, y la modernización del aparato productivo pasa al primer plano de las preocupaciones del régimen. Esta mutación se efectúa bajo el impulso de hombres relacionados estrechamente con el Opus Dei.
Desde 1962, año decisivo, son ellos quienes tienen en sus manos casi todas las palancas gubernamentales en el campo del comercio exterior, de la producción industrial, de las finanzas, y luego de la planificación. Una serie de equipos, animados por miembros de la Obra, hallan ahí una esfera de actividad privilegiada en la que su sentido de la acción metódica y su espíritu de empresa pueden desplegarse verdaderamente. En ese campo no se tropieza con las mismas resistencias que en los medios de la Universidad oficial, por ejemplo, atravesada por corrientes contradictorias y rebelde a cualquier tentativa de someterla a tutela, y en la que únicamente el Consejo Superior de Investigaciones Científicas sigue siendo ampliamente colonizado. Paralelamente, más o menos ayudados por los elementos del Opus Dei que actúan en los medios cercanos al poder, miembros « cooperadores », simpatizantes de la Obra, se implantan rápidamente en ciertas ramas de la economía : banca, publicidad, prensa, construcción inmobiliaria, etc.
Tras el año 1962, el año 1965 puede ser considerado como otra etapa importante. Ese año, el líder de quienes en lo sucesivo serán denominados los « tecnócratas », Laureano López Rodó, responsable ya del Plan de desarrollo, alcanza el rango de ministro. En 1965 la producción alcanza un índice de crecimiento record, más próximo del de un país como el Japón que del de los países europeos. Finalmente, en ese momento aparece un libro cuya resonancia va a ser notable : El crepúsculo de las ideologías de Gonzalo Fernández de la Mora. El autor,« compañero de viaje » de la Obra, aporta a los elementos del Opus Dei comprometidos a fondo en la política de desarrollo las ideas-fuerza y los slogans de que tienen necesidad. El libro insiste, en efecto, en la vanidad de las controversias puramente doctrinales en un mundo en el que lo económico lo domina todo. La Obra puede también en 1965 mirar con satisfacción hacia los Centros de Enseñanza Superior que funcionan bajo sus auspicios. La Universidad de Navarra atrae cada vez más a su órbita al mundo de los negocios. El éxito indiscutible de una de sus filiales, el Instituto de Estudios Superiores de Empresas, centro de preparación para la dirección de empresas, instalado en Barcelona, está ahí para probarlo (6).
Incluso si algunos afiliados y simpatizantes del Opus Dei, agrupados alrededor de Antonio Fontán, de Rafael Calvo Serer y del diario Madrid, esbozan una línea de conducta netamente divergente en relación con la de los miembros de la Obra que forman parte del gobierno, y vuelven a insistir sobre temas puramente políticos con un espíritu indiscutiblemente bastante liberal, el dinamismo económico de los medios que gravitan alrededor de la Obra no se debilita y sigue siendo primordial. Para convencerse de ello, basta citar e! progreso rápido del Banco Popular, clave del imperio económico del Opus Dei, que pronto alcanzará el quinto lugar en la jerarquía de los grupos bancarios españoles. El papel desempeñado por el almirante Carrero Blanco y por Laureano López Rodó en la « operación Juan Carlos », en el curso del verano de 1969, la manera en que las esferas de negocios cercanas al Opus Dei han sabido esquivar la ofensiva de gran estilo lanzada contra ellas con motivo del escándalo Matesa, confirman la autoridad de que continúa disponiendo la fracción gubernamental de la Obra, al mismo tiempo que prueba la solidez de los vínculos económicos del Opus Dei, sean éstos privados o públicos. El cambio ministerial de octubre de 1969, que da un golpe aparentemente decisivo a la influencia de los falangistas, aumenta todavía el peso de los hombres cercanos a la Obra. No contentos con controlar todos los ministerios económicos, será a uno de ellos, a Gregorio López Bravo, tipo consumado del tecnócrata, a quien se confiará la importante cartera de Asuntos exteriores.
Pero si las grandes etapas del dominio de la economía por hombres y grupos vinculados al Opus Dei pueden ser definidas fácilmente, si se puede distinguir bastante bien los sectores en que la implantación de la Obra tiene lugar prioritariamente, es infinitamente delicado fijar con alguna exactitud las modalidades de este dominio y su alcance exacto.
El estudio de las ramificaciones del Opus Dei en el mundo de los negocios, en particular, tropieza con obstáculos casi insuperables. Estos obstáculos derivan en primer lugar de la naturaleza de las investigaciones relacionadas con las influencias que actúan sobre las empresas. Un eminente especialista francés en este género de trabajos, Jean Bouvier, ha señalado justamente : « Nada es más difícil que « situar » un hombre de negocios, y muy particularmente medir su grado de « dependencia » y su grado de « independencia », pues ambos modos coexisten en el mismo individuo (o en la misma firma), sin dejar de evolucionar en el tiempo. En la encrucijada de una independencia que es con frecuencia técnica, industrial, y de una dependencia que es a veces financiera, el tecnócrata dispone de ciertas palancas, pero no de todas y no siempre. Pero para determinar exactamente qué palancas, el historiador sigue careciendo de medios de investigación. Por lo demás, no existe balanza de precisión para determinar el peso de una influencia personal, el prestigio de un hombre, su capacidad de maniobra. Y en todo grupo « industrial » -por sus actividades- persiste el misterio de sus vínculos bancarios. » (7)
A este primer obstáculo de método, se añade el derivado de los caracteres propios del Opus Dei : problemas que plantean su estructura, grado de subordinación existente entre miembros, en el sentido pleno de la palabra, naturaleza de la cooperación que une a la Obra los simpatizantes y los « amigos » que gravitan alrededor de ella. Claro está que para el Padre Escrivá todo ello es de una claridad meridiana. En 1966, Ted Szulc, corresponsal del New York Times en Madrid, le hizo la más embarazosa de las preguntas : « ¿ Aceptaría usted la afirmación de que el Opus Dei « controla » de hecho ciertos bancos, empresas, periódicos, etc.? Si es asi, ¿ qué significa control en este contexto ? »
Y he aquí amplios extractos de la respuesta del Padre Escrivá :« Hay algunos miembros del Opus Dei -bastantes menos de los que se ha dicho alguna vez- que ejercen su trabajo profesional en la dirección de empresas de diversos tipos [...] Pueden haber llegado a los cargos que ocupan por cualquiera de los caminos honestos que suele recorrer una persona para llegar a una posición de este tipo. Es decir, es algo que no tiene nada que ver con su pertenencia a la Obra [...] Los directores de empresa que forman parte del Opus Dei buscan, como todos los socios, vivir el espíritu evangélico en el ejercicio de su profesión [...] Evitarán cualquier clase de partidismos o favoritismos con respecto a otras personas, sean o no miembros del Opus Dei [...] Ya he hablado antes de la libertad absoluta de que gozan todos los socios de la Obra en su labor profesional. Esto quiere decir que aquellos socios que dirigen empresas de cualquier tipo lo hacen de acuerdo con su criterio personal sin recibir ninguna orientación de los directores sobre cómo han de realizar su labor. Tanto la política económica y financiera que siguen en la gestión de la empresa como la orientación ideológica, en el caso de una empresa de opinión, es de su exclusiva responsabilidad. »
»Toda presentación del Opus Dei como una central de consignas y orientaciones temporales o económicas, carece de fundamentó [...] » (8)
Pero, para la mayor parte de los observadores españoles, las cosas son menos simples. Al final de este volumen se inserta una nota (9) redactada por uno de los más eminentes especialistas españoles de derecho público -al que sus funciones obligan a permanecer en el anonimato- que define las técnicas jurídicas comúnmente empleadas por el Opus Dei para llevar a cabo sus diversas actividades de carácter económico. Pero más allá de las técnicas jurídicas, utilizadas con método y que varían según los casos, más allá de las reglas internas tan mal conocidas de la Obra, hay toda una trama de influencias particularmente ardua de penetrar. Es algo que adversarios clarividentes del Opus Dei han sentido perfectamente, como Yvon Le Vaillant, que señala los aspectos sicológicos de los mecanismos de apropiación de ciertas empresas, frecuentemente emparentados con el chantaje moral. « Cuando se pertenece a la Sociedad [el Opus Dei] -escribe- diez o veinte años, cuando se le debe la propia promoción social y su puesto (director de banco, presidente de un consejo de administración, redactor-jefe de un periódico, ministro...) no se enfrenta uno con los dirigentes de la asociación : se « coopera », se participa en conferencias comunes (los ministros que son miembros del Opus Dei se reúnen regularmente entre sí antes de los consejos de ministros), se escuchan las opiniones, se sigue la línea oficial. » (10)
Cuando se sabe, por otra parte, que Laureano López Rodó, miembro numerario de la Obra y por lo tanto soltero, habita en una residencia madrileña del Opus Dei, que es también la de Jorge Brosa, director del Banco Español de Crédito, primer Banco de España, y de Luis Valls Taberner, presidente del Banco Popular, es bien evidente que, como señala el periodista (11), el madrileño medio sea propenso a preguntarse cuál es el tema de conversación de estos personajes antes o después de las oraciones de la tarde... Se puede suponer, en efecto, que si existe coordinación al más alto de los niveles es en este plano en el que tiene lugar. Pero, ¿ quién puede probarlo ? ¿ Y cómo fundamentar en hechos probados la hipótesis de un plan metódico de conquista de este o de aquel sector de la economía ?
Este tipo de preguntas, y podrían ser formuladas sin esfuerzo muchas otras, es lo que nos conduce a detener este trabajo en 1962, año en que la « dimensión económica » del Opus Dei en España, ya se trate de política económica, ya de expansión en el mundo de los negocios, nos parece haber llegado a ser predominante. Este límite se justifica tanto más cuanto que acaba de aparecer una obra (12) cuyas intenciones, perspectivas y métodos son diferentes de los nuestros, pero que utiliza una masa considerable de documentos inéditos, buen número de los cuales conciernen a las implicaciones económicas y financieras del Opus Dei. Incluso, aunque el libro en cuestión sea deliberadamente partidario y polémico, a él debemos remitir al lector.
El presente volumen comprenderá, pues :
1º Un estudio del itinerario histórico del Opus Dei en España desde los orígenes hasta 1962, en el cual nos esforzaremos, ante todo, en mostrar cómo la Obra ha marcado profundamente la vida política, intelectual y universitaria.
2º Un capítulo central sobre el Opus Dei considerado en tanto que Instituto Secular, con aquello que se puede saber sobre sus aspectos específicos. Esta visión de conjunto ha sido elaborada a partir de informaciones que en muchos casos han sido recogidas en España, y ha sido concebida sobre todo en función de la situación muy particular de la Obra en ese país. Pero por desbordar con frecuencia el cuadro propiamente español, nos ha parecido necesaria una presentación de la « problemática » global del Opus Dei para que el lector pueda apreciar la naturaleza y el alcance de la acción de la Obra en un país que sigue siendo, se quiera o no, su tierra de origen y de predilección. Esta puntualización general sobre el Opus Dei, que hemos considerado deber prolongar hasta 1970, ha costado al autor, por muchas de las razones ya expuestas, amplias y delicadas investigaciones, por lo que habrá que perdonarle las posibles inexactitudes y las hipótesis, quizás más numerosas en este capítulo que en el resto del volumen.
Diciembre de 1970
NOTAS
1. Conversaciones con Monseñor Escrivá de Balaguer, Rialp, Madrid, 1968. Versión francesa: Entretiens avec Mgr Escrivá de Balaguer, París, Sepal 1969 En lo sucesivo, Conversaciones...
2. Una afirmación del Padre Escrivá merece muy especialmente ser reproducida y vamos a ver por qué. Esta afirmación figura en una entrevista publicada en Nueva York en Time, el 15 de abril de 1967, entrevista a la que había sido Imposible referirnos en la primera edición de este libro. La pregunta formulada era la siguiente : « ¿ Estaría de acuerdo con la afirmación que se ha hecho alguna vez de que el ambiente peculiar de España durante los últimos treinta años ha facilitado el crecimiento de la Obra en ese país ? » « En pocos sitios hemos encontrado menos facilidades que en España. Es el país -siento decirlo, porque amo profundamente a mi patria- donde más trabajo y sufrimiento ha costado hacer que arraigara la Obra. Cuando apenas había nacido, encontró ya la oposición de los enemigos de la libertad individual y de personas tan aferradas a las ideas tradicionales, que no podían entender la vida de los socios del Opus Dei : ciudadanos corrientes, que se esfuerzan por vivir plenamente su vocación cristiana sin dejar el mundo. « Tampoco las obras corporativas de apostolado han encontrado especiales facilidades en España. Gobiernos de países donde la mayoría de los ciudadanos no son católicos han ayudado con mucha más generosidad que el Estado español a las actividades docentes y benéficas promovidas por miembros de la Obra.» Un año después de tan categóricas declaraciones, un debate agitado en las Cortes (Madrid, 1968), probaba que la Universidad de Navarra -filial de la Obra- recibía sumas muy importantes de dinero del Estado español y las cifras citadas en esta ocasión procuraban a cualquier observador de buena fe una refutación absoluta de las palabras del fundador del Opus Dei...
3. Véase Le Monde, 12-13 de octubre de 1969.
4. L. Van den Berghe: « L'Opus Dei au pouvoir en Espagne? », Le Spectacle du Monde, enero de 1970, p. 58
5. Declaraciones de Dionisio Ridruejo, reproducidas en Informaciones parlamentarias del Grupo interparlamentario de la República española, diciembre de 1969,
6. Véase Félix Huerta : « El Instituto de Estudios Superiores de Empresas », Nuestro Tiempo, octubre de 1965, que pone de manifiesto, apoyándose en cifras, los resultados obtenidos por el Instituto.
7. Jean Bouvier: «Ernest Mercier, technocrate», Annales-Economie-Sociétés- Civilisations, marzo-abril de 1969, p. 499.
10. Yvon Le Vaillant: « Les Croisés de l'Opus Dei », Le Nouvel Observateur, 10 de diciembre de 1969, p. 27-28.
11. Philippe Nourry: «L'Espagne 70, le raz-de-marée des technocrates » Le Figaro 5 de febrero de 1970, p. 5.