La intención de dedicar un fascículo extraordinario de Cuadernos de Ruedo ibérico al presente de la Confederación Nacional del Trabajo es relativamente vieja. Este fascículo debía prolongar, en cierta medida, el que en 1974 publicamos con el titulo de El movimiento libertario español.
En los primeros meses de 1978, el proyecto parecía haber llegado a la etapa de ejecución por un amplio equipo de militantes confederales comprometidos a ello. Este era el plano del fascículo proyectado: «Introducción. 1. Aproximación histórica: Historia de una represión; Papel del exilio; Los anos 60. 2. El proceso de reconstrucción: El neoanarquismo; La práctica sindical. 3. La legalización. El crecimiento; Las primeras huelgas; La violencia. 4. Formación de las tendencias: Papel de la ideología; Cansina del jefe; Las condiciones objetivas. 5. Radiografía de las tendencias: Anarquistas: FAI «oficial»; Grupos anarquistas autónomos; Los nuevos anarquistas; - Anarcosindicalistas: Los no alineados; Consejistas, -Reformistas; - Otras tendencias. 6. La CNT en el movimiento obrero actual. Fuerzas que empujan al desarrollo; Fuerzas que limitan el desarrollo. ¿Es posible hoy la CNT?»
Las servidumbres de la vida militante hicieron que las energías de la mayor parte de los miembros de aquel grupo se concentraron prioritariamente en la vida orgánica confederal y el proyecto fue pospuesto de manera tan indefinida que pudo ser considerado como abandonado.
Volvería a ser planteado de manera concreta a comienzos de 1979 pero también esta vez la complicada vida orgánica de la CNT -concretamente las numerosas expulsiones que en esa primavera afectaron a varios miembros del colectivo que había asumido la tarea de desarrollar el índice transcrito- influirá desfavorablemente sobre el proyecto.
Las páginas que ahora ofrecemos al lector sólo en ínfima medida son obra del colectivo original, su índice se aleja considerablemente de la arquitectura del plano primitivo y, si bien abarca muchos de los temas sugeridos en este, también es posible señalar lagunas en su conjunto, que somos los primeros en lamentar.