Gerald Brenan - El laberinto español

EL LABERINTO ESPAÑOL. ANTECEDENTES SOCIALES Y POLÍTICOS DE LA GUERRA CIVIL.


Autor: Gerald Brenan.
Editor: El Ruedo Ibérico.
Lugar y fecha: París, 1952 [sic]


CONTENIDO

Intenta el autor una puesta en claro del condicionamiento histórico-sociológico en que surgió la guerra civil española del año 36. Los distintos factores que actuaron en el confuso entramado de los acontecimientos son estudiados separadamente en una aproximada ordenación cronológica, que se hace efectiva en los capítulos finales, procurando analizar cada fuerza social actuante dentro del conjunto de circunstancias (históricas, sociales, geográficas, etc.) que determinaron su desenvolvimiento. Como empeño constante del autor se puede señalar su intento de destacar la peculiaridad de España en relación con otros países europeos.

Consta la obra en tres partes, y el enunciado de sus distintos capítulos da una idea suficiente de su contenido. En su primera parte, "El antiguo régimen", estudia la Restauración, el régimen parlamentario, la cuestión catalana, los liberales y la Iglesia, el Ejército y la lucha sindicalista de Barcelona (1916-1923) y la Dictadura. Bajo el título de "La situación de la clase trabajadora", comprende una serie de estudios sobre la cuestión agraria, los anarquistas, los anarcosindicalistas y los socialistas. La tercera parte estudia el desenvolvimiento histórico de esta trama de factores en el período de la República: "Las Cortes Constituyentes", "El bienio negro", "Los carlistas" y "Los socialistas", son los succesivos títulos correspondientes a esta parte.


JUICIO CRITICO

La obra de Brenan The Spanish Labyrinth fue publicada en el año 1943. Alcanzó en su tiempo cierta fama en los países de habla inglesa como autorizada fuente de referencia para el estudio de los antecedentes de nuestra guerra. Reeditada en el año 1960, ha aparecido ahora en traducción española, editada por Ruedo Ibérico, siempre propicio a recoger aquellos libros que justifiquen las posiciones de los vencidos en la guerra civil.

En el prólogo a la segunda edición, aparecida en 1950 [sic], el autor confiesa que había tomado partido en la guerra "por la República y contra la causa nacionalista". Y aunque dice que su propósito al escribir este libro "no era justificar al bando al que presté apoyo, sino explicarme a mí mismo y explicar a los demás por qué las cosas ocurrieron así", la realidad es que la obra responde esencialmente a una interpretación maniquea de combatiente, en la que el espíritu del mal está encarnado por la Iglesia, aunque en el prólogo citado intente atenuar la dureza de su posición, los terratenientes, el Ejército, Castilla, etc., y el bien está encarnado por el pueblo español. Por el pueblo español en abstracto, puesto que las manipulaciones externas en que lo hace encarnar no quedan muy bien paradas.

Prescindiendo de la tesis subyacente, el libro interesa por la variedad de datos aportada y por algunas tesis parciales que presenta, tanto personales como deducidas de la variada aportación de datos y el rico caudal de obras utilizadas. Esta aportación de información extraña decora la obra otorgándole un simulado carácter de objetividad muy ajeno a la realidad. [ Sin embargo, la versión francesa, publicada simultáneamente por Ruedo ibérico, es de obligado estudio en las Facultades francesas como obra de referencia... ]

Citaremos dos ejemplos extremos de la utilización torsionada del dato objetivo. En una nota de la pág. ... [sic] dice: "Los carlistas pusieron bombas en España antes que los anarquistas." Y la afirmación la basa en el siguiente párrafo de Unamuno, que cita: "Mi conciencia civil data del día en que veinte bombas cayeron sobre Bilbao, mi ciudad natal, lanzadas por los absolutistas de Don Carlos de Borbón." Como es sabido, Unamuno se refiere al bombardeo de Bilbao por la artillería carlista durante el sitio de la ciudad, en la segunda guerra carlista. Otro ejemplo: cuando habla de los militares desterrados a Villa Cisneros, considera este lugar como "saludable, pero desagradable". Sin embargo, cuando son anarco-sindicalistas los desterrados a la misma región, esstima que el castigo es peor que la muerte.

In Boletin de Orientación Bibliográfica número 11/12, noviembre-diciembre de 1963