La guerra civil española de Hugh Thomas inicia la colección España contemporánea y las publicaciones de Ruedo Ibérico.
En la colección España contemporánea, Ruedo ibérico presentará textos sobre problemas de tipo político, social y cultural de la España de hoy y de las épocas que constituyen el antecedente inmediato del momento presente. La selección de las obras incluidas en esta colección no será determinada por ningún partidismo previo.
Ha transcurrido un cuarto de siglo desde que se inició la guerra civil española pero sangran todavía las heridas abiertas por ella. Más de la mitad de los españoles tiene sólo una idea somera de este capítulo de la historia de España que condicionó tan profundamente su vida presente. Y estos hombres ya alcanzaron la edad en que se asumen plenamente las responsabilidades históricas. La ignorancia es, pues, grave.
Los acontecimientos de la guerra civil española se sitúan en una perspectiva que permite examinarlos con cierta precisión. Las fuentes históricas sobre este periodo plantean todavía problemas difíciles de resolver. La mayor parte de los documentos -exceptuados los que se refieren a la política de no intervención- se encuentran en España. Pero los que se ofrecen directamente al historiador presentan un desequilibrio tan enorme que pone, por sí solo, en peligro la imparcialidad de la investigación. Proceden casi exclusivamente del bando vencedor. A las destrucciones voluntarias o producidas por las vicisitudes de la guerra de documentos procedentes de los vencidos, se une la imposibilidad absoluta de estudiar ciertos fondos de las grandes bibliotecas españolas, de consultar los archivos oficiales -ministerios, juzgados, policía e incluso los archivos municipales. Muchos de los aspectos esenciales del conflicto han de ser estudiados únicamente a partir de fuentes literarias partidarias o de veracidad incontrolable. Y también en este dominio hay lagunas inmensas. Muchos testigos que ocuparon puestos de gran responsabilidad en uno u otro bando han preferido callarse; otros detienen aún la publicación de sus manuscritos; ciertos testimonios y memorias personales de gran valor están en manos ajenas que se niegan a ponerlos a disposición del público.
Pero los últimos tiempos han puesto a disposición del investigador una considerable cantidad de documentos : archivos capturados por los vencedores de la guerra mundial, memorias, testimonios, estudios exhaustivos sobre personajes y aspectos limitados de la contienda. Hugh Thomas ha realizado una labor considerable en el estudio de esta documentación. Ha leído una inmensa cantidad de obras impresas. Ha acudido a los archivos documentales, algunos no consultados por nadie hasta hoy. Se ha entrevistado con numerosos protagonistas de la vida política española e internacional de aquellos años. Su exposición es clara y ha sabido situar su abundante información en una visión de conjunto. En un aspecto su obra es especialmente sobresaliente. Los supuestos y consecuencias internacionales de la guerra civil española y el carácter y los efectos de la política de no intervención quedan expuestos con una claridad difícilmente superable. Un esfuerzo tan grande y sistemático no había sido emprendido hasta ahora. Y esto recomienda la obra, no obstante los defectos que unos y otros puedan encontrar justamente en ella.
Ruedo ibérico ni rechaza ni suscribe la aportación de Hugh Thomas a la historia española contemporánea. La obra es siempre del autor. El editor cumple con su deber presentando obras que sean útiles al lector a quien van dirigidas. Para tantos españoles e hispanoamericanos que ignoran casi todo con respecto a la guerra civil es importante que les sea expuesto lo que entonces ocurrió. Pero viven todavía muchos hombres para los que los años de guerra civil constituyeron el periodo más intenso de sus vidas, y que participaron directamente en grado diverso en la contienda. En ellos la lectura de La guerra civil española de Hugh Thomas va a despertar recuerdos, avivar sentimientos, suscitar ecos contradictorios. Pero es de esperar que no les deje indiferentes. Quien esté en desacuerdo con la veracidad de los hechos aportados o con el uso que de ellos se hace en la exposición no tiene más que exponer su disconformidad o aportar la rectificación necesaria. De hecho muchos ya lo han hecho desde que apareció la primera edición inglesa de la obra : unos en artículos de prensa; otros en forma de cartas al autor o a los editores. Por ello la edición española presenta ciertas diferencias respecto a la edición inglesa. El autor ha aceptado algunas rectificaciones, ha procedido a ciertas supresiones e introducido aclaraciones en su discurso o en forma de notas. Ruedo ibérico ha reducido cuanto le ha sido posible las notas del editor prefiriendo esperar las reacciones de sus lectores - reacciones que desea numerosas. Estos ecos -informaciones, rectificaciones de juicio o de hecho, mentís- serán comunicadas al autor e incorporadas en forma de apéndices en las ulteriores impresiones del libro, siempre que no se trate de meras opiniones subjetivas insuficientemente fundamentadas.
Ruedo ibérico