Ruedo ibérico - Artículos

EL TERRITORIO CULTURAL DE CUADERNOS DE RUEDO IBERICO

Aránzazu Sarría Buil
(Universidad de Zaragoza-Universidad Michel de Montaigne-Bordeaux-III)

« Hay que seguir, pensamiento,
vida y vuelo.
Hay que crear esa vida
que ahora nos parece un cuento. »
Gabriel Celaya


El estudio de la actividad cultural producida durante el exilio español de 1939 en Francia ha adquirido en los últimos años una importancia creciente, revelándose como un aspecto clave para comprender la esencia y evolución de una historia marcada por la separación y la espera (1). Tras la derrota, la existencia de los exiliados se asienta sobre dos pilares: la defensa de una cultura que ha servido de expresión al pensamiento republicano y el peso de una identidad cultural de la que los primeros refugiados se consideran garantes, conscientes de la realidad de una herencia y de la urgente necesidad de transmitirla. Con el paso del tiempo y conforme la situación vivida como provisional se constituya en definitiva, esta herencia se va a convertir en sujeto capaz de modelar la propia noción de exilio, así como de marcar las pautas de su desarrollo.

En este marco, la literatura ocupa un lugar primordial, y no solamente desde un plano formal, sino sobre todo como expresión presente de una realidad política, que puede ser rechazada o silenciada, pero de la que en cualquier caso no puede escapar. El texto literario se convierte así en un discurso más aportado por la escritura, partícipe de un mismo espíritu y constructor de una misma reivindicación, también compartida por el mundo de la imagen y del arte. Se trata de una expresión que no puede escindirse de un contenido ideológico y que se construye en su seno, formando un nudo en el que se abrazan política, historia, forma y estética.

Como periodo histórico y objeto de estudio que es, el exilio ha sido sometido a periodización, dividido en etapas o fases tomando como criterio el país de acogida y la historia que éste lleva consigo. Al mismo tiempo, su producción literaria tiende a estudiarse teniendo como referencia la obra de autores y generaciones en un proceso de sucesión lineal en el que periodos y estilos vienen a encadenarse. (2)

El núcleo de este trabajo quiere centrarse en la experiencia de una revista que, enmarcada en un momento concreto del exilio y concebida por exiliados de diferentes generaciones y jóvenes del interior, se presenta como receptora de un discurso plural. Nos referimos a la revista Cuadernos de Ruedo ibérico creada en París en 1965 y que publicará su último número en España en 1979. (3) Se trata de una revista política en la que caben las más diversas manifestaciones culturales y evidentemente literarias. En este ámbito, el interés que suscita radica en su habilidad para abrir sus páginas tanto a la producción cultural original, sean dibujos, creaciones poéticas, teatrales o de narrativa, como al análisis crítico sobre la situación de la literatura.

En estas líneas no queremos llevar a cabo un análisis literario, sino que nos limitaremos a indicar la contribución de CRI a la construcción de un espacio en el que política, ideología, estética y reflexión se dan la mano con objeto de informar y de sobrepasar las fronteras culturales impuestas por el franquismo. Con su estudio pretendemos transcender la periodización para mostrar la existencia de sectores culturales capaces de romper esa visión fragmentada del exilio en pos de una estrategia de lucha y de la supervivencia de un espíritu de oposición.

Para ello vamos a intentar mostrar una visión de CRI enfocada en tres miradas: la aportación creativa que va a contribuir al establecimiento de un puente de relaciones entre la oposición del interior y la del exilio, tanto francés como latinoamericano; el cultivo del análisis y la reflexión que va a permitir reconstruir un puente de transmisión de informaciones y de debate; y finalmente, la recuperación del pasado que quiere reconstruir el puente de la memoria histórica y de la trayectoria cultural que va más allá del inicio de la dictadura, resultando un ejercicio clave para configurar una visión crítica entre el antes y el después del franquismo.

La creación de los Cuadernos tiene lugar en una década clave en la historia de la literatura, marcada por el inicio de la crisis del realismo social, cada vez menos presente en el panorama editorial y cada vez más criticado en medios literarios, entiéndase libros, revistas o tertulias. Recordemos que 1962, año del nacimiento de la Editorial Ruedo ibérico en la que se enmarcará posteriormente el proyecto de la revista, es en el ámbito literario una fecha significativa por la aparición de Tiempo de Silencio de Luis Martín Santos (4). Estos años que transcurren entre la decadencia del régimen y la constante alusión al desarrollo económico y social son testigos del progresivo abandono de los parámetros literarios que habían caracterizado los años de postguerra. La apuesta por una tendencia centrada en la experimentación y en la búsqueda de lo exclusivamente literario consigue poner la función de la estética en el centro de todo debate.

En París los Cuadernos no nacen con la pretensión de ser una revista literaria ni quieren destacar en este dominio. Sin embargo, no olvidan hacerse eco de las tendencias literarias del momento ya que la literatura es sentida como una expresión más de un espíritu opositor que no sólo tiene cabida en sus páginas, sino que es el motor de las mismas. Entre las secciones determinantes y centrales de la revista como son las dedicadas a la teoría política, al desarrollo del movimiento obrero y a la evolución política y económica del régimen, se van a reservar unas páginas a la expresión literaria, sea a través de la creación, sea a través de la reflexión crítica. Conforme la revista avance al ritmo del posicionamiento de la oposición antifranquista, las secciones mencionadas irán adaptándose a la nueva situación en el seno de la izquierda, y el espacio dedicado a la literatura se irá reduciendo progresivamente.

Veamos pues la contribución de CRI tomando como referencia los tres ejes arriba señalados. Pero resulta imposible hacer un comentario de los artículos literarios sin antes mencionar el constante trabajo de asesor del escritor Juan Goytisolo en cuyas colaboraciones encontramos un valioso análisis de la realidad cultural, así como una reflexión constante sobre la evolución literaria española de este último siglo. Su participación en la revista recorrerá toda la trayectoria de la misma y sus huellas quedarán impregnadas a lo largo de una buena parte de sus números. (5)


EL ESPACIO LITERARIO, EXPRESION DE UNA LUCHA POLITICA

Navegando entre fronteras

El primer puente que quiere reconstruir la revista es aquél que permite el contacto entre la oposición de la España interior y la del exilio, precisamente porque la acción de los Cuadernos hunde sus raíces en la necesidad de constituir una oposición capaz de hacer frente a la política aplicada desde el régimen para cuestionar la esencia del mismo. Para ello se revela necesario desterrar la idea de una España mítica, extendida entre los exiliados en territorio francés y sustentada en la incomunicación y el reproche. La alternativa de CRI consiste en favorecer el establecimiento de un diálogo que acabe con la frontera creada entre la oposición de la península y aquélla forjada en el exilio.

Frente a los efectos de la historiografía franquista interesada en cargar sobre un exilio silenciado un peso añadido como es entenderlo como el resultado de un enfrentamiento necesario, las páginas de CRI quieren dar la palabra a toda reflexión antifranquista para ahondar en la propia noción del exilio como una entidad viva que late al ritmo de la crónica de un país visto desde lejos pero sentido muy de cerca. Para los miembros del consejo editorial no hay oposición sin diálogo con el interior y desde este espíritu la revista se reivindicará como un producto del interior. Conocedores de las divisiones existentes en el propio seno del exilio, los Cuadernos aparecen en una escena política siendo expresión de una lucha política. Así pues, la fragmentación imperante va a ser una primera constatación presente en la sección literaria de la revista.

La importante presencia de intelectuales en el exilio del 39, en ocasiones denominado de élite, constituye un hecho esencial para comprender el desarrollo y la evolución de estos contingentes de población que paulatinamente van a asentarse en suelo francés. Se trata de una presencia estructurada por las organizaciones políticas antifranquistas y dotada de una cultura que pronto se va a convertir en leitmotiv y objeto de salvaguarda. Además, esta fuerte presencia cultural va a definir una marcada identidad que actuará de verdadero influjo en las sucesivas oleadas de españoles instaladas en este país (6).

La aparición de CRI en plena década de los sesenta se hace eco de ese valor de producción de cultura que supone el exilio, al mismo tiempo que es consciente de las dificultades de producir en el interior y, en consecuencia, de la urgencia de crear una verdadera tribuna de expresión, válida a ambos lados de la frontera. A través del artículo « Café español » su autor, Juan Goytisolo, representante del llamado segundo exilio muestra su capacidad de recuperar las generaciones que le han precedido, los posos que han ido dejando y los estratos que han ido configurando. Dicho artículo aparece en el n° 2 (agosto/septiembre 1965) como una narración donde nos presenta en un verdadero retrato la historia del exilio español en Francia. En apenas cinco páginas nos ofrece una descripción del ambiente del café parisino de Mme. Berger convertido en un auténtico caleidoscopio en el que cohabitan las diferentes generaciones de exiliados españoles. La relación nada fácil entre ellas así como el sentimiento aglutinador de veneración/desprecio hacia la madre/madrastra tierra de acogida suponen un magnífico análisis de la cotidianidad y anhelos de nuestro exilio en Francia.

La actualidad del tema, en plena década de los sesenta en la que comienzan a estrecharse los lazos entre la oposición del interior y la del exilio, así como el acierto en su tratamiento merecen una cita de dicho fragmento: « ... los elementos integrantes de cada estrato histórico mantenían un contacto meramente superficial con los individuos de estratos anteriores o posteriores al suyo, obedeciendo a una ley de prioridad implícita pero escrupulosamente respetada. Los miembros de la primera tanda (...) eran emigrados políticos o intelectuales que (...) habían atravesado los Pirineos (...) mediada ya la década de los años cincuenta, a consecuencia de su participación en los movimientos estudiantiles o en alguna episódica manifestación de protesta (...). La segunda capa reunía a los emigrados ya canosos de los años 1944-50, huéspedes de los campos de Albatera o Miranda de Ebro, que habían cruzado clandestinamente la frontera para unirse al maquis francés... El tercer estrato amalgamaba a los fugitivos del Perthus y escapados de Alicante (...), veteranos combatientes de la perdida guerra civil que miraban a los demás por encima del hombro. (...) Tales estratos armónicamente superpuestos tenían no obstante, pese a las naturales rencillas derivadas de su distinta posición en el escalafón histórico y su riquísima variedad de opiniones políticas, un único e inagotable tema de conversación común, España, cuyas enfermedades y eventuales remedios creían conocer los contertulios en proporción directa al número de años de su exilio. » (7) Sin duda, este estudio geológico de la formación del exilio español en Francia representa a la perfección las categorías y los valores aplicados a cada generación y, en consecuencia, las diferencias en la concepción de un mismo proceso histórico del que la revista quiere hacerse eco.

Centrándonos en la participación literaria es interesante reseñar la presencia de los tres géneros, que se suceden compartiendo números e intercalándose en las diferentes series en las que se estructura la revista. (8) Si bien el equilibrio es conseguido en algunos números, conviene señalar que a lo largo de toda la trayectoria se otorga una prioridad a la expresión poética.

La poesía, omnipresente, va a estar representada tanto por autores ya consagrados como por jóvenes poetas. Las firmas que aparecen en los primeros números de CRI son las de José Angel Valente, León Felipe, José Agustín Goytisolo, Carlos Barral y R. Romero Meza (9). Poemas de Gabriel Celaya, Alfonso Costafreda, Jaime Gil de Biedma, Pedro Gimferrer, Angel González, Félix Grande, Jesús López Pacheco, José Miguel Ullán y Vicente Aleixandre vienen a completar la lista de colaboraciones. Así pues, miembros de la denominada generación del 50 comparten espacio literario con miembros de lo que posteriormente será considerada la generación de 1970.

Entre estos versos continuamos sintiendo el recuerdo de la guerra civil y de la postguerra, la presencia de un orden público paralizador y de un régimen injusto con títulos como « Un muro », « La lucha oscura », « Generaciones y mudanzas », « Justicia elemental » o « El último recurso »( )que encierran un claro talante de denuncia. Otros de carácter más intimista son presentados bajo títulos como « Contemplo... », « Las pequeñas palabras », « De noche en noche »( )o « Después de la muerte de Jaime Gil de Biedma ». También se publican poemas más experimentales que critican la opresión de la sociedad occidental, como « El espía », otros más próximos a la cotidianidad en ocasiones frívola como « Jardín público con piernas particulares »( ) e incluso homenajes como el realizado a Mariano José de Larra (10).

Aunque desde diferentes técnicas y tratamientos y con distintos recursos al lenguaje, el hombre sigue ocupando el centro de atención, con sus debilidades, sus presentimientos y su doloroso pasado. El cuestionamiento sobre el llamado realismo social y la crítica a los presupuestos literarios predominantes en la década de los cincuenta no impide que el recuerdo de la guerra civil permanezca como fuente de una creación poética, permitiendo una nueva poesía que no se reduce a su dimensión social, pero que hunde sus raíces en el hombre, en su condición humana e irracional. En esta línea debemos citar los « 5 poemas » de José Agustín Goytisolo, los dos textos de Carlos Barral que agrupados bajo el subtítulo « Fin de escala » tienen una función de estrofas de separación entre poemas más largos, o los escritos de José Bergamín « Asombros Chinescos ». (11)

Pese a los intentos de mantener la publicación en la calle, CRI va a atravesar por momentos difíciles en los que su continuidad está en juego, y el contenido literario a su vez va a sufrir algunas carencias. Así, el número 19 va a contar con una única manifestación poética a cargo del poeta catalán Luis Maristany, « 6 poemas » introducidos de una breve presentación del autor por Juan Goytisolo, y de la que destacamos un poema titulado « Malos tiempos para la poesía », premonitorio de lo que será la realidad de este género no sólo desde una perspectiva global de la poesía sino sobre todo, de su situación en el seno de la revista.

Tras una primera interrupción de los Cuadernos entre los meses de junio de 1969 y 1970, la reaparición de la revista seguirá incluyendo unas páginas dedicadas a la literatura, si bien cada vez de manera más reducida. Las últimas manifestaciones poéticas vendrán de la mano de José Angel Valente, Joaquín Casalduero, Manuel Durán, Jorge Alfocea y José Joaquín de Mora. A caballo entre la poesía y la narrativa encontramos breves reflexiones bajo el título « Otros procedimientos narrativos » de Angel González, de gran diversidad temática y entre las que podemos leer algunas en clave de humor. (12)

La narrativa también recorre las páginas de la revista. Tras su primera incursión con el extracto de « Café español » con el que hemos iniciado este apartado se suceden los trabajos de Antonio Ferres, « La ejecución » fragmento de la novela La torre de Babel que, como su propio título indica, narra la angustia ante la aplicación de una pena de muerte; de Juan García Hortelano, « Recuerdo de un día de campo », que narra la presión policial en la calle a través de los anhelos y temores de una prostituta; y de Angel Gustalavida, « Angelus », sobre la tortura. (13)

En el espacio dedicado a la prosa debemos destacar la presencia del trabajo narrativo de los hermanos Goytisolo. Por orden de aparición, Luis Goytisolo aporta « Nunc et nunquam » a propósito de la decadencia y las miserias del cuerpo de funcionarios en el contexto de una Barcelona prenavideña; José Agustín Goytisolo « Crónica de un asalto » e « Informe personal »; y, finalmente, el propio Juan Goytisolo con « Breves apostillas al mundo de hoy » y « El mundo erótico de María de Zayas » (14).

La entrada en escena del género teatral se realizará con un acto de « La noticia », angustioso grito en defensa de la libertad de expresión, y primera de las seis crónicas que forman la obra de Lauro Olmo titulada El cuarto poder. Dicha obra debía aparecer en la revista Cuadernos para el diálogo, donde se encontraba ya en galeradas, pero fue prohibida por la censura por lo que, escrita en abril de 1963, nunca había sido publicada, ni estrenada.

La colaboración de Lauro Olmo continúa con un acto de « La niña y el pelele », farsa guiñolesca para cualquier país de cachiporra, en el que a través de dos generaciones, la de la abuela y la de la niña, se reproducen dos actitudes respecto a la libertad de expresión: situación de censura y miedo por un lado, curiosidad y rebeldía por otro.

Otro de los autores del género dramático presente en las páginas de la revista es Francisco Arrabal. En su « Primera comunión. Ceremonia pánica », ya puesta en escena en París el 8 de julio de 1966, se hace de nuevo uso a la abuela y la niña como medio de transmisión entre dos generaciones. En esta ocasión se suceden dos situaciones, los consejos de la abuela a su nieta el día de su primera comunión para llegar a ser una mujer cristiana, reducida a una perfecta ama de casa, y la escena de un necrófilo ante el cadáver de una mujer.

Destacar el entremés de José Angel Valente, « La guitarra » donde se escenifica un semidiálogo entre un poeta y algunos miembros de la burguesía ilustrada en torno al gusto literario. Finalmente, incluir en esta serie el trabajo de José Martín Artajo quien va a representar al género tras la reaparición de los Cuadernos en 1970 con su « Drama del cristiano caballero y heroico ejemplo de soldados don Gaspar Mascarón llamado el Bueno », especie de parodia del sitio sufrido por los cristianos en El Alcázar y verdadera crítica social de los valores encarnados por el héroe, el santo y el general. Se trata de un juego en el que la figura de la loca representa la esencia de la razón, mientras mentiras y muerte son defendidas por sus personajes en nombre de la patria y de la familia. (15)


Al encuentro de América Latina y a la búsqueda de nuevos horizontes


La creatividad literaria de CRI no se va a limitar a las relaciones entre el exilio francés y el interior, sino que también va a retomar las voces que al otro lado del Atlántico también intentan reconstruir una misma historia. En este sentido, la gran colaboración en el primer año de la revista será la de Max Aub con un fragmento de « El baile », en el que se narra de nuevo la experiencia de los vencidos del 39, desarraigados, itinerantes y olvidados. (16) Su conocimiento de la burguesía en tanto clase social a la que pertenecía, su visión de la España franquista a través de su testimonio de la Guerra Civil y de su experiencia como exiliado en Méjico hacen que en su obra se combine la intención política con el sentido literario, otorgando una gran valía al conjunto de sus trabajos. Entre ellos la revista va a publicar un extracto de su obra « La virgen de los Desamparados », así como un Número Extraordinario de « El Correo de Euclides », fechado el 15 de julio de 1967. Se trata de una especie de cuento en clave de humor y no exento de crítica que el propio escritor elaboraba al final de cada año con recortes de prensa de la actualidad para felicitar las Pascuas a sus amigos.

Sin embargo, el diálogo con América Latina no se reduce a los representantes del exilio español, sino que también quiere dar a conocer la producción de autores latinoamericanos. Así en el suplemento dedicado a Cuba aparece una antología poética y otra narrativa introducidas ambas por artículos que exponen la situación de estos géneros en la isla. (17)

Al mismo tiempo, la evolución política de los Cuadernos a principios de la década de los setenta, orientados desde una postura antifranquista hacia un posicionamiento más claramente anticapitalista, supone la apertura a otras culturas y el interés por realidades más allá de la española. De esta manera comprendemos que la poesía va a acompañar la temática de algunos números, implicándose políticamente en los acontecimientos de orden internacional. Así, el tratamiento de la guerra del Vietnam en relación a la sociedad de consumo norteamericana va a estar encabezado y cerrado por dos aportaciones, la de José Angel Valente titulada « Las legiones romanas » y la de Julio E. Miranda de carácter experimental, titulada « Florilegio vietnamita ». Destacar entres esta producción los dos poemas en defensa de su país del escritor vietnamita Che-Lan-Vien, cuya versión española corre a cargo de José Angel Valente, e incluir el trabajo de José Romero Marcos construido a partir de las noticias publicadas por la prensa y las revistas. Titulado "Programa para la paz" y con un texto extraido de la realidad hace un repaso de los aspectos claves del conflicto internacional provocado a propósito de la guerra del Vietnam. (18)

En lo que respecta a la expresión de la narrativa debemos señalar tres textos: « Con Jimmy en Paracas » de Alfredo Bryce, lección para un adolescente peruano que acompaña a su padre en un viaje de negocios de la humillación que supone el diferente trato social otorgado en función de la pertenencia a una clase y a un trozo geográfico, EE.UU o América Latina; « La manifestación » de Lisandro Otero, encuentro entre dos estudiantes cubanos en plena protesta universitaria contra el régimen de Batista; y « Felicitaciones » de César López, donde plantea la realidad de un país en el que la felicitación se convierte en lo único importante creando situaciones que rayan lo absurdo y estableciendo una nueva ética de la que los ciudadanos del exilio tampoco conseguirán escapar. (19)

El puente que une la expresión literaria en lengua española tendrá una manifestación más en el exilio, también desde París con la creación en 1972 de la revista político-cultural titulada Libre. Entre sus promotores se encuentra Juan Goytisolo quien contribuirá a mostrar la evolución de la narrativa del momento. Pero este episodio que forma parte de una misma historia merece un capítulo aparte que no nos es posible conceder en este espacio. (20)


LIBERTAD DE CRITICA

Además de aportar creaciones literarias, los Cuadernos también publican reflexiones acerca de autores, reseñas a propósito de obras y análisis relacionados con el mundo literario. Entre los primeros cabe señalar la colaboración de Juan Carlos Curutchet titulada « Luis Martín Santos, el fundador » que será publicada en dos partes en dos números sucesivos de la revista. No es casualidad que se dedique un extenso trabajo a la obra de este autor, clave en la historia de la literatura de este siglo. A través de este artículo Curutchet quiere demostrar que la importancia de Tiempo de silencio radica en su necesidad histórica, al mismo tiempo que representa un compendio de recursos de la narrativa europea. Además del análisis sobre el protagonismo de la ciudad, de la valoración de la sátira utilizada, de la descripción del tejido social que Martín Santos ausculta magistralmente en su obra, resulta interesante la defensa que hace Curutchet sobre la actitud del autor con respecto al tema de la censura en España. Frente a otras vías como son la autocensura o el recurso al objetivismo naturalista que dieron como fruto la esterilidad y el vacío, Martín Santos representa la alternativa de la escritura, capaz de expresarse sin abstraerse de la lamentable situación marcada por la rigidez y la limitación.

Entre las reseñas merece destacar la realizada por Tomás Segovia a propósito de la aparición de cuatro obras de poetas españoles (21): Carlos Barral, Jaime Gil de Biedma, José Angel Valente y Claudio Rodríguez, autores los tres primeros que han publicado en la revista. En este trabajo su autor engloba esta poesía dentro de un « humanismo debido a sus numerosas y esenciales relaciones con los problemas morales, sociales, existenciales, históricos del hombre, ese semicadáver.(...) Estos poetas, (...) es evidente que creen en alguna forma de relación entre las palabras y las cosas humanas... » (22)(.)

Por un lado, Tomás Segovia trata de dar una respuesta a la tendencia que desde círculos literarios parisinos se pregunta por la muerte del hombre, pero al mismo tiempo intenta mostrar el tránsito que las obras de estos autores suponen con respecto a la poesía española de la década de los cincuenta. Dicho tránsito se trasluce de una posición menos ingenua y más compleja con respecto a lo social y de una gran carga de ironía con respecto a la obra y a sí mismos lo que hace de sus poemas no una expresión comprometida con la sociedad, sino metida en la sociedad. Otras similitudes entre ellos como son sus orígenes burgueses, su interiorización, su ambigüedad, su enfoque menos impersonal y objetivo, y la búsqueda de lo poético en otros procedimientos como el prosaísmo, suponen una renovación en una poesía que ya no habla de lo social sino en lo social.

La presencia de Juan Goytisolo en colaboraciones de talante más analítico se concreta en la sección titulada Libertad de crítica. Su trabajo « La herencia del Noventa y Ocho o la literatura considerada como una promoción social » supone una reflexión crítica de la situación de esterilidad que caracteriza el mundo del ensayo en el panorama español. En su opinión, la herencia convertida en culto de las figuras del Modernismo y del 98 ha provocado una ausencia de originalidad y de ruptura necesaria con generaciones precedentes, que no hace sino fomentar una pseudocultura, paralizando toda posibilidad de espíritu creativo. Pero esta crítica no se reduce al dogmatismo característico del régimen sino que va más allá, alcanzando el ámbito marxista, también contagiado por el mismo conformismo. Así expone su visión de la vacía realidad cultural del momento: « jamás hubo menos, y más timoratos, espíritus críticos; jamás menos voces originales y más ecos y retintines; jamás menos generosidad en la pasión y más compostura irrisoria; jamás tanta erudición y tan poca inventiva; jamás tantos dioses, semidioses y santos y menos ideas innovadoras y audaces; jamás tanto respeto a personas y obras y menos personas y obras verdaderamente respetables. » (23)

En esta misma línea podemos leer su artículo « Cernuda y la crítica literaria española » en el que parte de la publicación póstuma del volumen segundo de Poesía y literatura de este autor para echar luces sobre el panorama de la crítica en Francia y terminar cuestionando el papel de la crítica literaria en España. Tras señalar los peligros de una crítica excluyente basada en la aplicación de esquemas ideológicos reductores -léase el existencialismo, el marxismo, el estructuralismo o el psicoanálisis- Goytisolo reivindica la labor del crítico tal como es entendida y practicada por Cernuda: « no consiste en formular esquemas que, de modo fatal, implican la condena subsiguiente de toda aquella vertiente literaria que no encaja en ellos sino en aproximarse con tacto y cautela a la obra de que se trata, aquilatando su valor desde todos los niveles y puntos de vista, utilizando simultáneamente los instrumentos de las diferentes técnicas esclarecedoras. El esquema (si lo hay) debe adaptarse a la materia y no viceversa. » (24)

La mentalidad española aparece entonces como condición que impide la existencia de una labor crítica, dado que frente a la lectura, reflexión y espíritu de independencia que aquélla requiere, la intelectualidad española actúa como obra colectiva, basada en el elogio interesado y en el olvido provocado.

Precisamente siguiendo estas directrices y también publicado en la sección Libertad de crítica, podemos leer el artículo de Francisco Fernández-Santos titulado « Julián Marías y el liberalismo o cómo se hace un diccionario de literatura ». En él se recogen las opiniones del filósofo madrileño en «El ensayo en España », donde rompe una lanza sobre la cantidad y calidad de la producción del ensayo español en la posguerra. Insistiendo en el silencio que los críticos han mantenido sobre el panorama ensayístico, Marías reivindica la existencia de una vida intelectual española.

Sin embargo, Fernandez-Santos quiere ir más lejos y para ello analiza las ausencias del Diccionario de literatura española, editado por la Revista de Occidente y codirigido por el propio Marías. Las omisiones de escritores como Araquistain, Tierno-Galván, Tuñón de Lara, el propio Fernández-Santos, Juan Goytisolo o Luis Martín Santos, entre otros, así como la de jóvenes ensayistas, tienen a su juicio un punto en común: todos ellos mantienen posiciones antiorteguianas y sostienen posturas marxistas o en todo caso de izquierdas. Hecho que le lleva a afirmar: « ... en nuestro bendito país apenas existe auténtica crítica intelectual, es decir, apenas existe cultura en el sentido orgánico y sociológico de la palabra. Existen, eso sí, grupitos, capillas, cabilas. ¿Convivencia intelectual? Poca, muy poca. En ello, la vida intelectual española no hace más que reflejar inexorablemente la atomización y el cabileñismo de la sociedad española, tras medio siglo pasado de dictadura franquista. » (25)De nuevo resulta necesaria la denuncia de las exclusiones dogmáticas y sectarias y la urgencia de superar el vacío creado por el régimen aplicando reflexión y libertad a la crítica.

Finalmente, retomamos un nuevo trabajo de Goytisolo, « El furgón de cola  ». Se trata de una presentación del libro del mismo título publicado por las Ediciones Ruedo ibérico en el que se recogen trece ensayos sobre los problemas culturales en España. La inquietud sobre el papel del intelectual que ya hemos encontrado en el Congreso Cultural de La Habana que compone el núcleo temático del número de CRI en el que aparece publicado, volvemos a percibirla en las líneas de este trabajo, eso sí en un contexto español en el que la esfera de acción del intelectual aparece a los ojos del autor cargada de ambigüedad y de desgarro.

Se trata de una reflexión en torno al término España y a la realidad que designa, divorcio entre una estructura económica en transformación que adquiere la apariencia de « progreso » y crea nuevas pautas de conciencia tanto individual como social y una situación cultural anclada en el pasado y en claro retraso con respecto a las exigencias del presente. Las dos posibles referencias válidas para esclarecer y facilitar la posición del intelectual inconformista son Larra y Cernuda.

Goytisolo, considerando su origen burgués, analiza las dificultades que a su generación le ha tocado vivir en la reciente historia española: « Los intelectuales de izquierda nos hemos preparado para algo y no ha pasado nada. A los treinta y pico años de edad los hombres de mi generación nos encontramos en la situación anormal de envejecer sin haber conocido la juventud ni responsabilidades. Ni la educación nacional ni la que forjamos por nuestra propia cuenta nos habilitan a intervenir con posibilidades de éxito en un universo que todo lo inmola ( y esto no es más que el comienzo) a la apoteosis de los valores mercantiles. La civilización industrial contemporánea no reconoce el antiguo y noble papel que los intelectuales desempeñabamos desde el siglo XVIII: el de una élite desinteresada, consagrada a los ideales del bien público y el progreso. » (26)

El carácter de estos trabajos pone de manifiesto la radical importancia que los Cuadernos se empeñaban en conceder a la crítica, estableciendo lazos con el interior para desmitificar una idea de España y anunciar la existencia de una cultura desarticulada.

Antes de cerrar este apartado queremos enumerar simplemente otros artículos de interés como unas notas de reflexión « Sobre la generación del 98 y otros mitos » escrito por Julio Rodríguez Puértolas desde la Universidad de California a propósito de un libro de Carlos Blanco Aguinaga, o la contribución de Florentino Martino con el texto crítico « En torno al estilo de Juan García Bacca », en el que se pone de manifiesto el gran conocimiento de la filosofía y de las lenguas clásicas de este autor y se reivindica la valía de su capacidad de filosofar en castellano. Destacar también la labor de Carlos Peregrín Otero con aportaciones como « Política y creatividad », « Prolegómenos para una historia de la cultura hispana en el siglo XX » y « Vargas Llosa. Teoría y praxis » entre otras. (27)


UN EJERCICIO DE MEMORIA


Los rescatados del naufragio


Nuestra última mirada se dirige al pasado, objeto de una lectura literaria encargada de ejercitar la memoria. Se trata de una labor que quiere escapar de los límites históricos marcados por el franquismo para profundizar en autores relegados al olvido o autores que han pasado a la historia amputados, debido al peso de las interpretaciones creadas en las esferas pseudointelectuales próximas al poder.

Quizás debamos empezar por la recuperación de « Dos inéditos de Valle-Inclán » presentados por Robert Marrast con objeto de tirar por tierra la leyenda que califica al autor de Ruedo ibérico de carlista y reaccionario. En ellos se refleja el conocimiento de la política de su tiempo y se expresan sus opiniones sobre el porvenir del país. El primero de ellos, consultado en la Bibliothèque de Documentation Etrangère de la Asamblea Nacional apareció publicado en el periódico El Sol el 23 de junio de 1937. Se trata de una carta dirigida el 21 de octubre de 1934 por Valle-Inclán a sus amigos Ignacio y Conil Hidalgo de Cisneros que se encontraban en Roma. El interés de la misma reside en su actitud reivindicativa en favor de "nuestros amigos encarcelados" en el transcurso de una cena entre académicos y escritores, así como en la constatación y repulsa de los hechos acontecidos en Asturias.

En cuanto al segundo texto extraido esta vez de la Bibliothèque de Documentation Internationale Contemporaine de Paris, fue publicado en el periódico EL Sol del 20 de noviembre de 1931 y consta de los fragmentos de una entrevista realizada por Francisco Lucientes, colaborador del periódico, a don Ramón del Valle-Inclán. En ella se hace un repaso de la situación política del momento intentando al mismo tiempo vislumbrar el porvenir. Así, don Ramón no vacilará en diagnosticar una crisis del régimen parlamentario, calificándolo de postizo y en reducir monarquía constitucional, Ejército, religión y economía a una farsa, a problemas de ficción frente a los cuales la protesta da paso a lo grotesco.

La recuperación de otros autores aparece bajo la forma de homenajes. Así, podemos traer a colación los poemas-homenaje de Pedro Gimferrer a Larra y a Robert Louis Stevenson, el de Leopoldo María Panero a los anarquistas vencidos en la guerra civil española y el trabajo sobre poesía política y necesidad de la lucha revolucionaria titulado « Miguel Hernández, poeta comprometido » escrito con ocasión del XXV aniversario de su muerte. (28)

Una vez más el trabajo de Juan Goytisolo va a estar presente a través de una continua labor de coordinador y gracias a una serie de contribuciones personales en torno a autores rescatados. Entre ellas merecen destacarse un poema y un texto de Luis Cernuda: « Vientres sentados » y « Homenaje ». El primero de ellos publicado en 1934 en la revista Octubre, fundada y dirigida por Rafael Alberti y el segundo incluido en la Crónica general de la guerra civil, publicada en 1937 por las Ediciones de la Alianza de Intelectuales Antifascistas. Con la divulgación de estos escritos se pretende ilustrar « una faceta poco conocida del gran poeta español muerto en el exilio en 1963: su resuelta actitud antiburguesa y prorrevolucionaria durante este periodo decisivo para el destino futuro de España que va de la proclamación de la II República el 14 de abril de 1931 al alzamiento militar de la reacción el 18 de julio de 1936. » (29)

La aportación de este autor a la poesía española exige una revisión de su obra crítica y poética, silenciada conscientemente y que, sin embargo, merece ser recuperada. En esta línea comprendemos el artículo de Florentino Martino titulado « Luis Cernuda y la joven poesía española », en el que retoma las palabras de Juan Goytisolo aparecidas en la revista Insula: « la lectura de Cernuda contribuye eficazmente a despejar la atmósfera espesa y maloliente de la vida intelectual española. Pocas obras más oportunas que la suya y más adecuadas a nuestra imperiosa necesidad de oxígeno y aire fresco. » (30)

Otro autor rescatado del olvido es José María Blanco White de quien se publican algunos extractos correspondientes a su obra Cartas de España, precedidos de una presentación de Juan Goytisolo, encargado de realizar la traducción al español del original inglés. En ella, en la que se hace una defensa de este autor alejado de la memoria podemos leer: « El silencio voluntario que, en nuestro país, suele preparar y preceder el olvido de los escritores que por a o por b resultan molestos a nuestros zombis, contaba, en el caso de Blanco, con un auxiliar poderoso: la lengua. Sus obras más importantes fueron, en efecto, escritas en inglés y la vieja represalia nacional del silencio ha operado con él de modo muy simple: negándole la traducción a su idioma nativo y vedándole así eficazmente el contacto con sus paisanos. Observador de los mecanismos de represión y censura que han configurado la moderna personalidad hispánica, Blanco había previsto el denso silencio que envolvería su obra y, en el manuscrito que figura en el capítulo tercero de sus Letters, profetiza que deberán transcurrir siglos antes que (sus escritos) puedan salir a luz en España. » (31)

Juan Goytisolo realizará una labor de recuperación primero y de apropiación después, de la obra de Blanco White, trabajo que comienza con un proceso de traducción. En la revista se podrán leer la « Carta VI » y « Cartas X y XIII » escritas desde Madrid en 1807 y Sevilla en 1808 respectivamente, mientras el problema del exilio resurge como común denominador. Así, los Cuadernos publican consecutivamente « 4 páginas de Reivindicación del conde don Julián » de Juan Goytisolo, y su « Presentación crítica de José María Blanco White ». Efectivamente, este autor exiliado y maldito será junto a Cernuda el escritor de mayor interés e influencia en la vida y obra de Juan Goytisolo como él mismo reconocerá en las entrevistas realizadas por Julio Ortega, publicadas en su obra Disidencias.

El exilio físico de origen político cederá paso a un exilio más hondo y sentido que inundará la esfera moral, social, ideológica y sexual del escritor. En el transcurso de esta vivencia el descubrimiento de la experiencia de Blanco White se revela importante, estableciéndose un vínculo de parentesco que tiene su razón de ser en la idéntica relación de ambos autores con España. « Cuando comencé a penetrar en la obra de Blanco White tuve la impresión de releer algo que había escrito yo mismo -mi familiaridad con ella fue instantánea. También en él la fuerza centrífuga había vencido la ley de la gravedad nacional. Sus palabras ampliaban, como tú dices, mi propio discurso -el registro era distinto, pero la voz se relacionaba tan íntimamente con la mía como la del ficticio don Julián. » (32)

El elemento creativo y el pensamiento crítico se dan la mano en esa reivindicación de don Julián, transgrediendo géneros y lenguaje en busca de esa expresión de extrañamiento y ruptura. Sin duda, las vivencias del personaje no hacen sino ampliar a través de su discurso la actitud de exiliado del propio Juan Goytisolo. A propósito de la obra aparecerá en el mismo número doble una reseña de la mano de José Corrales Egea, titulada « Don Julián y la destruyción de España ».

La reflexión y el estudio sobre autores y su contexto histórico y político no van a faltar a lo largo de estas páginas. Así, continuando con el rescate en el siglo XIX podemos enumerar el trabajo de Lorda Alaiz, « Actualidad de ¡Adiós, Cordera! de Clarin » en el que pese al autor y al tiempo real de la obra, cuya acción transcurre en un momento de grandes convulsiones entre los prolegómenos del Sexenio revolucionario y la Restauración monárquica, se intenta recuperar el gran drama humano de la lucha de clases.

En el camino hacia un pasado que se remonta al Siglo de Oro Juan Goytisolo colabora directamente con un análisis en torno a la obra del siglo XVII Vida y hechos de Estebanillo González, hombre de buen humor, compuesta por él mismo, (Amberes, 1646). También contamos con el trabajo de Vicente Llorens, « Los índices inquisitoriales y la literatura imaginativa » en el que se intenta hacer un recorrido de la suerte que corrió la literatura imaginativa o de entretenimiento en castellano bajo el control y las decisiones inquisitoriales tomadas a lo largo del siglo XVI, entre La Celestina y el Lazarillo de Tormes. (33)


Los restos de lo irreparable


Conforme el régimen comience su agonía asentando firmemente los cimientos capitalistas, la experiencia del exilio se desarrollará en otra esfera mucho más alejada de lo inmediato, en la que el enemigo ya no será el franquismo y en la que la supervivencia estará basada en una lucha en la que los parámetros del tiempo y del espacio ya no estarán definidos.

El espacio consagrado a la actualidad política irá cobrando cada vez más fuerza y presencia en detrimento del texto literario. Será la muerte de Franco, acontecimiento tan largo tiempo esperado, el hecho que hará al director literario de los Cuadernos cargar abiertamente su pluma de contenido político para escribir «Reinar después de morir». Reviviendo el título de un drama del Siglo de Oro español, insiste en la necesidad de romper con una tradición hispánica que perpetúa un poder inmóvil con el fin de que sea el pueblo el que definitivamente tome las riendas de su propia historia. (34)

Su contribución se enriquece con «In Memoriam F.F.B. 1892-1975», sincera declaración de quien desde niño tuvo que sufrir la existencia del dictador y quien siendo adulto hace un balance de cuarenta años de dictadura desde una óptica personal. Sin reincidir en las consecuencias políticas de la guerra civil ni en las transformaciones económicas acontecidas bajo el franquismo, no duda en calificar de verdadero genocidio moral los resultados del sistema. En su opinión, silencio, exilio o lucha clandestina constituyen las tres opciones ante un régimen armado sobre un aparato represivo y exento de libertades.

Su apreciación sobre el papel de la oposición, sus anhelos y sus deficiencias, no dista de la mantenida por los Cuadernos. La siguiente cita resulta significativa: «Una pequeña minoría escogió con gran valor una tercera y más difícil vía: la de las grandezas y miserias de una lucha clandestina que, por su carácter reiterativo y a causa de la desproporción de las fuerzas en juego, ha convertido la política, hasta fecha reciente, en una especie de droga y al opositor en este tipo de adicto, tan frecuente en la vida española, cuya monótona fraseología triunfalista, desmentida por la cruda verdad de los hechos, no es más que un reflejo de su impotencia absoluta y cuyas razones, más que razones, son actos de voluntad, ya que no de fe.» (35)

Desde su recorrido como escritor no puede obviar el carácter censor del régimen y el peso de la restricción sobre una libertad de expresión que nunca es innata. Si por un lado, constata una actitud hacia la escritura marcada por la autocensura de la que todo autor debe desembarazarse, por otro, aboga por el aprendizaje de la lectura y de la escritura sin miedos, absoluta necesidad para un pueblo enfermo que tendrá que trabajar, si realmente quiere salir de su enfermedad, para conseguir una autonomía de pensamiento y una verdadera independencia de actuación. Esta minusvalía de pensamiento y de espíritu es la herencia de un régimen y supone un lastre que no se puede disipar con la muerte de su dictador. Juan Goytisolo concluye haciendo suyas unas palabras del poeta Luis Cernuda tan admirado y recuperado a través de las páginas de la revista. Dice así: «En 1975 soy, como dijo el poeta Luis Cernuda, un español sin ganas -un español que lo es porque no puede ser otra cosa. El daño ha sido también irreparable y a él me acomodo a mi manera, sin rencor ni nostalgia.» (36)

Además, como responsable de la sección literaria de la revista, dará entrada a las dos únicas contribuciones propiamente literarias, pero siempre relacionadas con la muerte de Franco: el poema de José Angel Valente titulado «Corona fúnebre» y « El óbito », presentado como anónimo andaluz del siglo XX con anacrónicas reminiscencias del barroco. (37)

En el transfondo de estas líneas el franquismo más allá de Franco queda cristalizado, pese a sus enormes repercusiones, pese a las consecuencias irreparables y pese a la imposibilidad de recuperación de una historia que no puede dar marcha atrás. Suficiente lastre como para abandonar héroes, tragedias y quimeras.


Bibliografía

Obras citadas

AZNAR SOLER, M., « Literatura y cultura del exilio republicano español de 1939 en Francia: el estado de la cuestión » en ALTED VIGIL, A. y AZNAR SOLER, M. (Eds.), Literatura y cultura del exilio español en Francia, Ed. AEMIC-GEXEL. Barcelona, 1988. pp.15-35.

DREYFUS-ARMAND, G., « Les cultures de l'exil espagnol en France, 1939-1975: De la sauvegarde de l'identité à l'ouverture », en ALTED VIGIL, A. y AZNAR SOLER, M. (Eds.), op.cit. pp.37-56.

GOYTISOLO, J., « El ladrón de energías » y « El gato negro de la Rue de Bièvre » en En los reinos de Taifas, Mondadori, Barcelona, 1997. (última edición).

GOYTISOLO, J., « On ne meurt plus à Madrid » en L'Express, 2 de abril de 1964.

HEINE, H., « Organizaciones políticas y sindicales ante el exilio » en CUESTA, J., y BERMEJO, B. (Coor.), Emigración y exilio. Españoles en Francia 1936-1946, Ed. Eudema. Madrid, 1996. pp.185-201.

MILZA, P., « Cultura y prácticas culturales » en CUESTA, J. y BERMEJO, B., op. cit. pp.293-314.

MONLEON, J.B., « El largo camino de la transición » en AA.VV Del Franquismo a la Posmodernidad. Cultura española 1975-1990, Akal. Madrid, 1995. pp.5-17.

ORTEGA, J., « Entrevistas a Juan Goytisolo » en GOYTISOLO, J., Disidencias. Seix Barral. Barcelona, 1978.

SARRIA BUIL, A., « José Martínez y Ruedo ibérico, de la clandestinidad al desencanto. Fragmentos de un viaje inacabado » en ALTED VIGIL, A. y AZNAR SOLER, M. (Eds.), op.cit. pp.405-425.

TALENS, J. « De la publicidad como fuente historiográfica: La generación poética española de 1970 » en AA.VV., op.cit. pp.57-84.


Documentos

Colección Cuadernos de Ruedo ibérico (n°1, junio/julio 1965, París-n°66, mayo/diciembre 1979, Barcelona).



1 El más reciente estado de la cuestión sobre el estudio del exilio en Francia acompañado de un interesante aporte bibliográfico en AZNAR SOLER, M., « Literatura y cultura del exilio republicano español de 1939 en Francia: el estado de la cuestión » en ALTED VIGIL, A. y AZNAR SOLER, M. (Eds.), Literatura y cultura del exilio español en Francia, Ed. AEMIC-GEXEL. Barcelona, 1988. pp. 15-35.

2  Para el caso francés:  «Trois périodisations peuvent être effectuées, sans pour autant marquer une frontière étanche entre elles: les premiers mois d'exil, l'après-guerre mondiale et les années soixante. » en DREYFUS-ARMAND, G., « Les cultures de l'exil espagnol en France, 1939-1975: De la sauvegarde de l'identité à l'ouverture », en ALTED VIGIL, A. y AZNAR SOLER, M. (Eds.), op. cit., p. 38-39. A diferencia de esta periodización que tiene como criterio fundamental el factor cultural, el historiador Harmut Heine divide el exilio español en Francia también en tres etapas, divididas a su vez en una o varias fases, para el periodo que va de 1936 a 1946, pero en esta ocasión desde la óptica de las organizaciones políticas y sindicales. Dice así: « La primera etapa cubre el periodo que va del estallido de la guerra civil hasta la ocupación alemana de Francia en mayo-junio de 1940. (...) conviene distinguir dentro de esta primera etapa una fase especialmente intensa que se limita a poco más de quince meses » -a contar desde febrero de 1939, cuando con la caída de Cataluña se produce el masivo traslado de personalidades, instituciones... ; « La segunda etapa arranca de la consolidación de la ocupación alemana y la división administrativa de Francia en una llamada Zona ocupada (...); la tercera etapa tiene su inicio en el comienzo de la liberación en Francia, entre junio y agosto de 1944 » y cubre un periodo que dura poco más de un año. HEINE, H., « Organizaciones políticas y sindicales ante el exilio » en CUESTA, J., y BERMEJO, B. (Coor.), Emigración y exilio. Españoles en Francia 1936-1946, Ed. Eudema. Madrid, 1996, p.185. En lo que concierne al aspecto literario, ver TALENS, J. « De la publicidad como fuente historiográfica: La generación poética española de 1970 » donde reivindica « la construcción de todo canon historiográfico dirige, selecciona y construye a su vez su propio objeto y la perspectiva desde donde leerlo. (...) La literatura (...) no puede ser considerada (...) como un objeto autónomo. (...) la Historia de la Literatura debería ser abordada como la Historia del proceso de institucionalización social de una práctica discursiva. Desplazando el punto de articulación desde el proceso de producción del objeto hacia el proceso de reproducción (esto es, lectura) del mismo puede analizarse lo artístico-literario desde el interior de una formación social en su presente. » en AA.VV., Del Franquismo a la Posmodernidad. Cultura española 1975-1990 , Akal. Madrid, 1995, p. 78; 83- 84.

3 Esta comunicación se enmarca en el trabajo de investigación de una tesis doctoral sobre Cuadernos de Ruedo ibérico realizada a caballo entre la Universidad de Zaragoza y la Universidad Michel de Montaigne de Burdeos bajo la dirección de los profesores Julián Casanova Ruiz y Jean-Michel Desvois respectivamente. Un primer análisis sobre la trayectoria y contenidos de esta revista en SARRIA BUIL, A., « José Martínez y Ruedo ibérico, de la clandestinidad al desencanto. Fragmentos de un viaje inacabado » en ALTED VIGIL, A. y AZNAR SOLER, M. (Eds.),op.cit. pp. 405-425. A partir de ahora Cuadernos de Ruedo ibérico aparecerá CRI.

4 José B. Monleón insiste en la importancia de esta publicación, entendida como ruptura cultural, pero que debe ser entendida dentro de un marco de acontecimientos políticos importantes para España. En dicho marco destaca tres hechos significativos que delimitan el camino de la europeización: la aparición en enero del informe Birkelbach que exige una situación democrática para la integración en la CEE, el inicio en febrero de las negociaciones entre el gobierno español y la CEE para formar parte del Mercado Común y finalmente, la celebración en junio del Congreso de Munich. MONLEON, J.B., « El largo camino de la transición » en AA.VV, op. cit., pp.11-114.

5 Recordar que en el origen de la creación de la revista está la expulsión del PCE de Fernando Claudín y Jorge Semprún. Precisamente un artículo de Juan Goytisolo publicado en L'Express del 2 de abril de 1964 con el título « On ne meurt plus à Madrid » va a ser utilizado políticamente en contra de los disidentes. La versión del propio autor está recogida en GOYTISOLO, J., « El ladrón de energías » en En los reinos de Taifas, Mondadori, Barcelona, 1997. pp.69-83 (última edición).

6 El historiador francés Pierre Milza habla de cohesión e insiste en esta identidad que caracteriza al exilio español comparándolo con la trayectoria de otras poblaciones instaladas en Francia, como la italiana. MILZA, P., « Cultura y prácticas culturales » en CUESTA, J. y BERMEJO, B., op. cit., pp. 293-314.

7 GOYTISOLO, J., « Café español » en CRI, n°2, agosto/septiembre 1965. París, pp.44-48. Se trata de un fragmento de una novela entonces en preparación, provisionalmente titulada Elegía cívica y que será definitivamente publicada con el título Señas de identidad, editada en Méjico en 1966.

8 Recordar que la revista se estructura en series anuales de seis números bimensuales. Las constantes dificultades financieras y de funcionamiento interno obligarán a la aparición de números dobles e incluso triples, así como a sucesivas desapariciones por espacios de un años, hasta la definitiva desaparición en diciembre de 1979 ya instaladas, editorial y revista en Barcelona.

9 Los poemas publicados en esta primera serie llevan los siguientes títulos: « Para oprobio del tiempo », « Ramblas de julio, 1964 », « Un recuerdo » y « Maquiavelo en San Casciano » para los poemas de José Angel Valente en CRI n°1, junio/julio 1965. París, pp.40-49, « Palomas » para León Felipe en CRI n°2, agosto, septiembre 1965. París, pp.41-43; « Algo sucede », « A una mujer con cara de cabra », « Meditación del yesero », « Nadie está solo », « Tú tiemblas », « Via Chiossetto Milan » y « Todavía estoy vivo » para José Agustín Goytisolo y « El primer verso » de Carlos Barral en CRI n°5, febrero, marzo 1966. París, pp.40-46. Los seis poemas de R. Romero Meza aparecen sin ningún título en CRI n°6, abril, mayo 1966. París, pp. 19-25 .

10 LOPEZ PACHECO, J., « Cinco poemas » que incluye el citado « Generaciones y mudanzas » en CRI n°9, octubre/noviembre 1966. París, pp.62-66; CELAYA, G., « Lo que faltaba. 11 poemas » que incluye el citado « El último recurso » en CRI n°10, diciembre/enero 1967. París, pp.3-9; COSTAFREDA, A., « Cinco poemas » que incluye el citado « De noche en noche » en CRI n°10, diciembre/enero 1967. París, pp. 10-11; GIL DE BIEDMA, J., « Después de la muerte de Jaime Gil de Biedma » en CRI n°11, febrero/marzo 1967. París, pp.71-73; GRANDE, F., « El espía » en CRI n°12, abril/mayo 1967. París, pp.45-48; GONZALEZ, A., « Dos poemas » en CRI n°8, agosto/septiembre 1966. París, pp.69-72; GIMFERRER, P., « Larra » en CRI n°12, abril/mayo 1967. París, p.48; ALEIXANDRE, V., tres poemas intimistas que aparecen bajo el título conjunto de « Estación última » en CRI n°17, febrero/marzo 1968. París, pp. 69-70.

11 La presencia del recuerdo de la guerra civil persiste en estos poetas entre cuyas obras podemos destacar « Pierre, le maquis » de José Agustín Goytisolo en CRI n°13-14, junio/septiembre 1967. París, p.71; y los versos de José Bergamín « La anti-España », o « Las dos Españas » incluidos bajo el título genérico « Asombros chinescos » en CRI n°16, diciembre/enero 1968. París, pp.67-70.

12 VALENTE, J.A., « Tres poemas » titulados Arte de la poesía, Punto cero y Una oscura noticia, en CRI n°26-27, agosto/noviembre 1970. París, pp.131-134 y « Dos textos de El fin de la edad de plata » titulados Intento de soborno y Fuego-Lolita-mi capitán en CRI n° 41-42, febrero/mayo 1973, pp. 23-25; CASALDUERO, J., « Por fin, sin esperanza », extracto del libro inédito del mismo título que incluye los poemas En el cosmos paradisíaco, Poco se saca trabajando así, La mujer de los metales nuevos y Maravilloso momento en que vivimos en CRI, n°28-29, diciembre/marzo 1971. París, pp.87-90; DURAN, M. « Cuatro poemas » titulados Los disfraces, El Burlador, El eterno retorno y El ángel en CRI n°31-32, junio/septiembre 1971, pp.93-96; ALFOCEA, J., « Angela Davis », homenaje a una mujer torturada y encarcelada en CRI n°36, abril/mayo 1972, pp.30-31. DE MORA, J.J. « Oda al garbanzo » en CRI n°41-42, pp.17. GONZALEZ, A., Popular , Apotegma , Antífrasis: aun héroe griego (o hispanoamericano), Poética , Parquímetro, Glosas a Heráclito en « Otros procedimientos narrativos » en CRI n°41-42, febrero/mayo 1973. París, p.19-21.

13 FERRES, A., « La ejecución » en CRI n°8, agosto/septiembre 1966. París, pp.73-77; GARCIA HORTELANO, J., « Recuerdo de un día de campo » en CRI n°9, octubre/noviembre 1966. París, pp.57-61 y GUSTALAVIDA, A., « Angelus » en CRI n°12, abril/mayo 1967. París, pp.49-55.

14 GOYTISOLO, L., « Nunc et nunquam » en CRI n°26-27, agosto/noviembre 1970. París, pp. 135-140; GOYTISOLO, J.A., « Crónica de un asalto » en CRI n° 33-35, oct. 1971/marzo 1972. París, pp. 159-164 e « Informe personal » en CRI n° 39-40, oct. 1972/enero 1973. París, pp. 55-56; GOYTISOLO, J., « Breves apostillas al mundo de hoy » en CRI n°37-38, junio/sept. 1972. París, pp. 95-98 y « El mundo erótico de María de Zayas » en CRI n°39-40. París, pp. 3-27. En el mismo número en el que además se incluyen dos fragmentos de « La hoja de Parra » de Jesús López Pacheco, pp. 47-54.

15 OLMO, L., « La niña y el pelele » en CRI n°7, junio/julio 1966. París, pp. 53-65; ARRABAL, F., « Primera comunión » en CRI n°11, febrero/marzo 1967. París, pp.74-80; VALENTE, J.A., « La guitarra » en CRI n°10, diciembre/enero 1967. París, pp.12-17. MARTIN ARTAJO, J., « Drama del cristiano caballero y heroico ejemplo de soldados don Gaspar Mascarón llamado el Bueno » en CRI n°28-29, diciembre, marzo 1971. París, pp. 74-86.

16 AUB, M., « El baile », en CRI n°3, octubre/noviembre 1965. París, pp. 73-77, « La Virgen de los Desamparados » y « El Correo de Euclides, 15 de julio de 1967 » en CRI n° 37-38, junio, sept. 1972. París, pp.7-12. En en mismo número doble ORDOÑEZ, M., «  Max Aub », pp.5-6.

17 En la antología de poesía se incluyen poemas de Nicolás Guillén, José Lezama Lima, Cintio Vitier, Virgilio Piñera, Eliseo Diego, Samuel Feijóo, Oscar Hurtado, Roberto Fernández Retamar, Roberto Branly, Pablo Armando Fernández, Fayad Jamís, Heberto Padilla, José Alvarez Baragaño, Luis Marré, César López, Antón Arrufat, Luis Suardíaz, Miguel Barnet, Belkis Cuza Malé, Guillermo Rodríguez Rivera, Víctor Casaus, Pedro Pérez Sarduy, Nancy Morejón y Luis Rogelio Nogueras. El artículo introductorio titulado « Poesía de Cuba (1959-1967) corre a cargo de Guillermo Rodríguez Rivera. En la selección narrativa aparecen textos de Alejo Carpentier, José Lezama Lima, Virgilio Piñera, Onelio Jorge Cardoso, David Camps, Guillermo Cabrera Infante, Antonio Benítez, Jaime Sarusky, Jesús Díaz y Nelson Rodríguez. En cuanto al artículo que introduce estas representaciones de la prosa cubana, lleva el título de « La nueva (y actual) novela cubana » y corre a cargo de Salvador Bueno. En cuanto al género dramático, éste se encuentra representado por « El teatro cubano » de Riné Leal. Cuba, una revolución en marcha, Suplemento Cuadernos de Ruedo ibérico 1967, RI. París, pp. 356-475.

18 LAN VIEN, C., « Dos poemas » y ROMERO MARCOS, J., « Programa para la paz » en CRI n° 9, octubre/noviembre 1966. París, pp. 4-7 y 25-36 respectivamente. VALENTE, J.A., « Las legiones romanas » y MIRANDA J.E.., « Florilegio vietnamita » en CRI n°18, abril/mayo 1968. París, pp. 17-19 y 73-76 respectivamente.

19 BRYCE, A., « Con Jimmy en Paracas » en CRI n° 13-14, junio, sept. 1967, París. pp.72-79; OTERO, L., « La manifestación » en CRI n°15, oct.-nov. 1967. París, pp.91-96 y LOPEZ, C., « Felicitaciones » en CRI n°18, abril, mayo 1968. París, pp. 80-84.

20 Libre significó el fin de amistades e ilusiones forjadas en torno a un proyecto revolucionario. Su creación y breve trayectoria, sólo aparecerán cuatro números, será narrada por Juan Goytisolo, responsable de la dirección del primero, en « El gato negro de la Rue de Bièvre » de En los reinos de Taifa, Mondadori. Barcelona, 1997. pp. 155-196.

21 Se trata de las obras de Carlos Barral, Figuración y fuga, Barcelona. Seix Barral, 1966; Jaime Gil de Biedma, Moralidades, México. Joaquín Mortiz, 1966; Claudio Rodríguez, Alianza y condena, Madrid. Revista de Occidente, 1965; y José Angel Valente, La memoria y los signos, Madrid. Revista de Occidente, 1966.

22 SEGOVIA, T., « Retórica y sociedad: 4 poetas españoles » en CRI n°10, diciembre/enero 1967. París, pp.19-20. La referencia al hombre como semicadáver hace alusión a la frase en boga del momento en los círculos filosóficos parisinos El hombre ha muerto, originaria como pregunta de Michel Foucault.

23 GOYTISOLO, J., « La herencia del Noventa y Ocho o la literatura considerada como una promoción social », CRI n°3, octubre/noviembre 1965. París, pp.45-48. En esta misma línea de ruptura con la imagen mitificada y de apertura a una mentalidad más abierta se enmarca el artículo de SAIZAR, M., « La mentalidad española y la democracia » en CRI n°4, diciembre/enero 1966. París, pp.84-86.

24 GOYTISOLO, J., « Cernuda y la crítica literaria española » en CRI n°5, febrero, marzo 1966. París, p. 56.

25 FERNANDEZ-SANTOS, « Julián Marías y el liberalismo o cómo se hace un diccionario de literatura » en CRI n°1, junio/julio 1965. París, p.67.

26 GOYTISOLO, J., « El furgón de cola » en CRI n°16, diciembre/enero 1968. París, pp.74. El número en su totalidad está consagrado al Congreso Cultural de la Habana celebrado en enero de 1968.

27 RODRIGUEZ PUERTOLAS, J., «  Sobre la generación del 98 y otros mitos » en CRI n°31-32, junio, sept. 1971. París, pp.103-112; MARTINO, F., « En torno al estilo de Juan García Bacca » en CRI n° ; PEREGRIN OTERO C., « Política y creatividad » en CRI n° 37-38, junio, sept. 1972. París, pp.75-84, « Prolegómenos para una historia de la cultura hispana en el siglo XX » en CRI n°39-40, oct. 1972-enero 1973. París, pp. 29-46 y « Vargas Llosa. Teoría y praxis » en CRI n°51-53, mayo, octubre 1976. París, pp. 211-223.

28 GIMFERRER, P., « Homenaje a Robert Louis Stevenson » y PANERO, L.M., « Canto a los anarquistas caídos sobre la primavera de 1939 » en CRI n°18, abril/mayo 1968. París, p.77; 78-79. VIAL, M.C., « Miguel Hernández, poeta comprometido » en CRI n°13-14, junio/septiembre 1967. París, pp. 168-176.

29 GOYTISOLO, J. en CRI n°15, octubre/noviembre 1967. París, p.83.

30 GOYTISOLO, J. « Luis Cernuda en su mito » citado en MARTINO, F., « Luis Cernuda y la joven poesía española » en CRI n°15, octubre/noviembre 1967. París, pp. 87-90. Se trata de un extracto recogido también en « Cernuda y la crítica literaria española » en CRI n°5, op. cit. pp. 60.

31 Las letras en negrita y en cursiva son del autor. GOYTISOLO, J., « Presentación de Cartas de España de José María Blanco White » en CRI n°26-27, agosto/noviembre 1970. París, p.141.

32 ORTEGA, J., « Entrevistas a Juan Goytisolo » en GOYTISOLO, J., Disidencias. Seix Barral. Barcelona, 1978. p.291. En estas entrevistas encontramos de manera más extensa los argumentos y opiniones de Juan Goytisolo a propósito de su propia obra, sus influencias literarias, sus ideas y sus gustos cinematográficos. GOYTISOLO, J., « 4 páginas de Reivindicación del conde don Julián » en CRI n°31-32, junio, sept. 1971. París, pp. 22-24 y « Presentación crítica de José María Blanco White » en CRI n° 33-35, oct. 1971-marzo 1972. París, p. 73.

33 CORRALES EGEA, J., « Don Julián y la destruyción de España » en CRI n°31-32, junio, sept. 1971. París, pp. 97-102; LORDA ALAIZ, F.M., « Actualidad de ¡Adiós, Cordera! de Clarin » en CRI n° 37-38, op. cit., pp. 69-74; GOYTISOLO, J., « Vida y hechos de Estebanillo González, hombre de buen humor, compuesta por él mismo, (Amberes, 1646) » en CRI n°8, agosto/septiembre 1966. París, pp.78-86; LLORENS, V., « Los índices inquisitoriales y la literatura imaginativa » en CRI n° 41-42, febrero, mayo 1973. París, pp. 83-90.

34 «Y el objetivo del drama clásico revivido es claro: asegurar la perpetuación del sistema. Prolongar la dictadura más allá de la muerte del dictador. (...) Hay que recuperar la voz perdida. Devolver la expresión al pueblo. Dejar de ser un país de mudos ensordecidos por su largo, sempiterno silencio.» GOYTISOLO, J., «Reinar después de morir» en CRI nº46-48, julio/diciembre 1975, p. 160.

35 GOYTISOLO, J., «In Memoriam F.F.B 1892-1975» en CRI nº46-48, julio/diciembre 1975, p. 162

36 GOYTISOLO, J., ibidem, p. 164.

37 VALENTE, J.A., « Corona fúnebre » y ANONIMO ANDALUZ, « El óbito » en CRI n° 46-48, op. cit., pp.169-170 y 157 respectivamente.