Ruedo ibérico - Artículos

LOS BOLETINES DE ORIENTACION BIBLIOGRAFICA DEL MINISTERIO DE INFORMACION Y TURISMO Y LA EDITORIAL RUEDO IBERICO


Aránzazu Sarría Buil,
Universidad Michel de Montaigne-Bordeaux 3


El interés del régimen franquista por la España vencida adquiere nuevos tintes a lo largo de la década de los sesenta. La necesidad de difundir una imagen del país más conforme a los criterios de un Estado democrático, así como de contrarrestar la presencia en Europa de un creciente discurso de oposición obligaba a la introducción de cambios en el discurso oficial. Durante los últimos años del régimen, los diferentes ministerios aunaron esfuerzos para construir el andamiaje de un Estado moderno y diseñar una nueva fachada al franquismo a través de la cual poder expresar los logros conseguidos.

Si la modernización económica y la incipiente sociedad de consumo postulada por los sucesivos gobiernos tecnócratas conseguían romper con la imagen de un país autárquico y atrasado, en el plano político comenzaba a extenderse la voluntad de crear instituciones capaces de suceder a un dictador ya viejo y pronto mortal. Por su parte, en el terreno de la comunicación también se hacían necesarios nuevos mecanismos de actuación basados hasta entonces en los pilares de la propaganda y la censura. Había llegado el momento de hacer evolucionar las unilaterales relaciones existentes entre el centro y esa periferia denigrada que se extendía más allá de la frontera.

En el conjunto del aparato cultural del franquismo, la política informativa y la labor propagandística se habían convertido en dos ejes esenciales de adoctrinamiento político desde el final de la guerra civil, lo que explica el interés de los diferentes grupos afines al poder por hacerse con el control y la gestión de las mismas. Sin embargo, toda reestructuración del orden informativo implicaba plegarse a los objetivos últimos del régimen en cada una de sus etapas. (1) Así, el tratamiento periodístico del Gobierno había experimentado una evolución desde el final de la guerra. La propaganda a ultranza del régimen que había caracterizado los años cuarenta había dado paso a una exposición valorada de las intervenciones públicas en los años cincuenta, para transformarse progresivamente en los sesenta en una política de recomendaciones y sugerencias en la que el consejo venía a cumplir la función disuasoria desempeñada anteriormente de manera exclusiva por estrictos controles y sanciones. (2)

En esa iniciada línea aperturista cabe ubicar la campaña de los "25 Años de Paz" (1939-1964) que representa una expresión significativa de las nuevas directrices gubernamentales que culminarán con la entrada en vigor de una nueva Ley de Prensa en 1966 con la que se pondrá fin a la censura previa. La elección del término "paz" en detrimento del de "victoria" para denominar la campaña, así como del período que se pretendía conmemorar, esto es, excluyendo los años de la guerra, constituyen signos de un giro de la política en materia de comunicación artificiada por el equipo de gobierno formado en 1962, que estrena como titular de la cartera del Ministerio de Información y Turismo a Manuel Fraga Iribarne. (3)

Paz social, estabilidad política y prosperidad económica se convierten en los lemas en torno a los cuales se articula esta conmemoración destinada aparentemente a conciliar dos universos que habían permanecido antagónicos durante dos décadas y a integrar esa España renegada haciéndola partícipe del destino del país. (4)

Sin embargo, el alcance limitado de la reconciliacion quedó pronto puesto de manifiesto: en el interior, en la cuantía de expedientes y sanciones a periódicos pese a la entrada en vigor de la nueva ley en 1966 (5); en el exterior, en el mantenimiento de la prohibición que relegaba la lectura de determinadas obras producidas en el exilio a una circulación clandestina.

En este trabajo queremos centrarnos en el estudio del Boletín de Orientación Bibliográfica editado por el Ministerio de Información y Turismo entre 1963 y 1976. Se trata de la máxima expresión en lo que concierne al mundo de la edición, del deseo de ofrecer una nueva imagen en materia de seguimiento de la información y puesta al día del pensamiento producido en el exterior. Frente a las armas de uso frecuente utilizadas desde el gobierno para contener las posibles tendencias desviacionistas del interior como suspensiones, secuestros o inspecciones ministeriales, esta nueva estrategia buscaba dañar la credibilidad de aquellas publicaciones emprendidas fuera de las fronteras. En las siguientes páginas nos centraremos en las reseñas dedicadas a las publicaciones de la editorial Ruedo ibérico (1961-1982), exponente de un claro discurso opositor, cuya sede en París sólo podía garantizar la libertad de puesta en circulación pero en ningún momento la de la lectura del público español al que iban prioritariamente dirigidas.


España como objeto de análisis


La querencia del régimen franquista a los boletines con fines de control informativo y difusión de los principios y valores imperantes, se remonta a los primeros años de existencia del mismo. El Boletín Confidencial de Prensa, o Boletines de Información, elaborado conjuntamente por un servicio denominado de Documentación y Auscultación dependiente de la Dirección General de Prensa y el Gabinete de Prensa del Ministerio de Asuntos Exteriores era el referente para todo medio de comunicación escrito ya que incluía los contenidos informativos que debían ser tratados en las ediciones de la prensa diaria así como la cuantía superficial de los mismos. (6)

Consignas de obligado seguimiento, redacción de notas de inclusión también obligatoria de acuerdo con las necesidades políticas del momento, extractos de discursos o mensajes propagandísticos recorren las páginas de este instrumento de censura destinado a convertir la prensa escrita, uniforme y poco creíble, en puntal de la acción política. Todo podía ser susceptible de caer en la esfera de estos boletines: aspectos de la actualidad nacional o internacional, alusiones a nombres propios próximos al poder o protagonistas de luchas internas, ideas o reflexiones que podían apoyar o cuestionar la imagen del país, todo tratado desde los tamices de la alabanza, el silencio o la hostilidad, según conviniera. Por otro lado, el Boletín de Galeradas Intervenidas destinado al director general, recogía las pruebas de imprenta tras el paso del ojo censor. En definitiva, se trataba de una práctica política construida en torno a la destrucción de la información o a una interesada desinformación que permancerá vigente hasta la nueva Ley de Prensa de 1966.

En 1963 y dependiente del Ministerio de Información y Turismo se inicia la redacción del Boletín de Orientación Bibliográfica (7). Concebido por la Dirección General de Cultura Popular y Espectáculos, era editado por Publicaciones Españolas e impreso en los rotativos del Ministerio con una periodicidad mensual. En la primera página quedaban enunciados los objetivos perseguidos:

"Este Boletín informará mensualmente de aquellas obras, publicadas en España o fuera de España, que tengan un especial interés para nuestra Patria, tanto en el aspecto político como en el social, intelectual, moral, religioso, económico o puramente literario.

Recogerá también aquellas noticias y comentarios de interés político-social sobre libros y autores, aparecidos en la Prensa nacional y extranjera.

Finalmente, será un exponente de las corrientes intelectuales, artísticas y literarias y de su repercusión en el terreno de las ideas."

El interés por lo que sucede más allá de las controladas fronteras queda expresado claramente en estas líneas. Con el BOB el Ministerio alarga su tradicional campo de miras del mundo de la prensa y edición interior para extenderse a todo aquello susceptible de llegar del exterior. Se muestra interesado tanto por libros como por artículos y quiere ser un exponente del pensamiento que se está fraguando, para lo que no duda en hacer alarde del espíritu de apertura que le inspira.

Este breve expositivo se cierra con una Nota importante que dice así: " Este Boletín es de circulación restringida y se distribuye solamente a sus suscriptores. Su contenido no puede ser reproducido, ni parcial ni totalmente, sin autorización expresa y escrita de la Dirección General de Cultura Popular." Es decir, que la función de propaganda y transmisión de consignas deja paso a la de propuesta de pautas de lectura para un público interesado en conocer una primera interpretación de obras escritas en el exterior que se ajustara al pensamiento oficial.

Cada uno de los sobrios números del BOB tenía una dimensión diferente que podía oscilar entre 50 y 80 páginas, si bien en ocasiones se publicaban números dobles que no por ello contenían un número doble de páginas. El sumario se dividía en dos partes. Una titulada "Libros sobre España" que incluía todas aquellas obras relativas al país, y otra que bajo el título "Las ideas y sus autores" agrupaba una serie de estudios en torno a un tema que podía ser muy variado como lo señalan los siguientes ejemplos: la cuestión judía, Picasso, el Tercer Mundo, Iberoamérica, la biografía histórica, la novela española, o cincuenta años de la URSS. (8)

El interés y seguimiento por parte del BOB de la labor de la editorial Ruedo ibérico es significativo y encierra algunas claves que permiten explicar el discurso que el Ministerio de Información y Turismo pretende difundir. De las ciento treinta obras editadas desde la creación de la editorial en París en 1961 hasta su desaparación en Barcelona en 1982, 33 fueron objeto de una reseña en las páginas del Boletín. Sin duda, el hecho de compartir un mismo objeto de análisis, el pasado y presente de España, puede explicar en gran medida el porqué de este inevitable encuentro.

Precisamente las primeras publicaciones de RI, las que le valieron la impronta de editorial antifranquista inauguraron la colección España contemporánea que comparte junto con otras manifestaciones culturales del exilio la inquietud y el deseo de recuperar el patrimonio y la memoria prohibida por el vencedor. A principios de la década de los sesenta esa España glorificada por años de exilio se presta por fin a ser analizada y difundida. En la presentación de La guerra civil española del historiador británico Hugh Thomas, primer libro puesto en venta a principios de 1962, podemos leer:

« En la colección España contemporánea, RI presentará textos sobre problemas de tipo político, social y cultural de la España de hoy y de las épocas que constituyen el antecedente inmediato del momento presente. La selección de las obras incluidas en esta colección no será determinada por ningún partidismo previo.

Ha transcurrido un cuarto de siglo desde que se inició la guerra civil española pero sangran todavía las heridas abiertas por ella. Más de la mitad de los españoles tiene sólo una idea somera de este capítulo de la historia de España que condicionó tan profundamente su vida presente. Y estos hombres ya alcanzaron la edad en que se asumen plenamente las responsabilidades históricas. La ignorancia es, pues, grave. » (9)

Una ignorancia que es comprendida a la luz de los problemas planteados por las fuentes históricas, que incluyen destrucciones de documentos, dificultades de acceso a las bibliotecas, lagunas existentes en la fuentes disponibles, y que se traducen globalmente en desequilibrios llamados a cuestionar la imparcialidad de la investigación. Precisamente el valor del libro de Thomas reside en la recuperación y consulta de archivos, así como en el esfuerzo sistemático aplicado a su exposición. La dificultad que conlleva el estudio de la guerra civil y la importancia del posible debate provocado por la adopción de enfoques opuestos, quedan también expresadas en la presentación que continúa de la siguiente manera:

« Pero viven todavía muchos hombres para los que los años de guerra civil constituyeron el periodo más intenso de sus vidas, y que participaron directamente en grado diverso en la contienda. En ellos la lectura de La guerra civil española de Hugh Thomas va a despertar recuerdos, avivar sentimientos, suscitar ecos contradictorios. Pero es de esperar que no les deje indiferentes. Quien esté en desacuerdo con la veracidad de los hechos aportados o con el uso que de ellos se hace en la exposición no tiene más que exponer su disconformidad o aportar la rectificación necesaria. » (10)

Por la difusión que alcanza esta obra, el año de 1962 supone el primer peldaño en la tarea de unas ediciones dispuestas a proseguir en su intento de paliar las deficiencias provocadas por la manipulación oficial de la historia, contrarrestándolas con el aporte de elementos para la documentación y el análisis. Desde la mirada de quien desea garantizar la independencia política e ideológica, la colección albergó títulos como El laberinto español. Antecedentes sociales y políticos de la guerra civil de Gerald Brenan, antropólogo británico y observador independiente, publicado también en 1962, o en 1963 la traducción del ruso del Diario de la guerra de España de Mijaíl Koltsov, corresponsal de guerra del periódico moscovita Pravda en Madrid. Consideradas de interés para la Patria, buena parte de las obras que integraron esta colección fueron objeto de estudio para los redactores del BOB.


Líneas de estudio de los Boletines de Orientación Bibliográfica


Haciendo referencia al tratamiento de la producción literaria española, Manuel Abellán señaló que a pesar de las directrices que pudieran pautar las actividades de los censores lo que se constataba era la absoluta falta de coherencia. Y añadía: "En ningún otro cuerpo del Estado se echa tanto de ver la falta de normas o criterios objetivados como en los funcionarios del Servicio de Orientación Bibliográfica, o, en la no menos púdica, aunque más tecnocrática denominación última: Servicio de Ordenación Editorial."( (11)

Efectivamente, la primera consulta de los BOB ofrece una imagen variopinta debido a una diversidad temática, de difícil sistematización para el historiador, por lo que podemos compartir el argumento que le parecía más factible a Abellán, esto es, la dimensión del campo de actividades que se pretendía cubrir como explicación de este cajón de sastre. Pero sería interesante intentar establecer una serie de líneas de estudio perceptibles de una reseña a otra y que irían forjando el discurso del Boletín. Y en este sentido partimos de su apreciación de que "más que un sistema de pensamiento elaborado, más que una ideología proyectada hacia el futuro es una mentalidad difusa, un modo de sentir o pensar orientado hacia el pasado". (12) Sin duda esa necesaria búsqueda en el pasado es una de las directrices que recorren las notas con la pretensión de formar a un tipo de lectura a través de esquemas de interpretación reductivos y que no están basados en el análisis sino en la legitimación histórica. No obstante, el ingrediente aleccionador tiene como objetivo último el forjar una manera de pensar que si bien está anclada en el pasado anhela proyectarse hacia el futuro en un deseo de prolongar la vigencia cultural del franquismo.

En lo que concierne al criterio de selección de obras reseñadas, debemos remitirnos a la escueta presentación. Como ya indicamos, el punto de encuentro de todas las realizadas sobre libros editados por la editorial Ruedo ibérico es evidentemente el interés por el estudio de la historia de España. En cuanto a la estructura de las mismas, tras indicar las referencias completas del libro comentado, todas dedican una primera parte al resumen, más o menos detallado según las obras, en el que se exponen las tesis defendidas por el autor y que suele estar encabezado por el epígrafe "Contenido", y en algunos casos incluso es precedido por unas líneas consagradas al propio autor en la medida en que una biografía sucinta o determinados detalles de su trayectoria son utilizados para ratificar una valoración. La segunda parte, por lo general más breve, pretende emitir un juicio crítico sobre la obra y precisamente aquí radica una de las novedades con respecto a décadas de censura y prohibición, esto es, la inclusión de elogios y comentarios positivos que, sin ninguna pretensión de equilibrar las críticas negativas, encierran el deseo de ofrecer una imagen objetiva y un espacio de reflexión en el que el lector tenga la última palabra.

Con el objeto de analizar el discurso del BOB hemos considerado conveniente establecer una división de las obras comentadas teniendo en cuenta un criterio temático: aquéllas dedicadas al estudio de la guerra civil, aquéllas interesadas en la ideología y trayectoria del franquismo, aquéllas centradas en la actualidad del régimen, y finalmente las dedicadas al análisis de la izquierda española desde su actuación durante la Segunda República.

Esta clasificación permite asimismo vislumbrar una actitud generalizada por parte de los redactores del BOB y que pone de manifiesto su visión maniqueísta de la historia. Si la obra comentada tenía como destinatario de la crítica al régimen se produce un juicio feroz que se expresa en el cuestionamiento de toda objetividad y en la acusación de partidismo, mientras que si se trataba de una obra crítica con respecto al papel de la izquierda, asistimos a una reapropiación del discurso basada en la ratificación e insistencia en los errores cometidos.


a) La intocable guerra civil

Numerosas son las obras que la editorial Ruedo ibérico dedica al estudio de la guerra civil. Una característica que comparten la mayor parte de ellas es la autoría extranjera y precisamente este detalle nada trivial se convierte en uno de los argumentos de peso para los redactores del BOB. (13)

Frente al interés de la editorial en publicar estudios de investigadores británicos y norteamericanos como Hugh Thomas, Gabriel Jackson, Herbert R. Southworth o Gerald Brenan, por la posibilidad que suponía de compensar las deficiencias de la historiografía española, para el BOB el conjunto de estas obras contiene una falla común que no es sino la dificultad e incluso imposibilidad de historiadores extranjeros para comprender la complejidad de la historia española. (14)

Sin embargo, ante este handicap común no todos los autores van a salir igualmente parados. Lo que para unos se va a limitar a errores debidos a la inexperiencia, para otros será la marca del partidismo e incluso del odio. Entre estos últimos merece destacarse el caso del bibliófilo Herbert Rutledge Southworth. Su prolífica obra que pretende cuestionar la ligereza bibliográfica de la que ha sido objeto el estudio de la guerra desde el bando vencedor lo convierte en un peligroso enemigo del régimen, lo que le procura descalificaciones tanto personales como de sus obras. El mito de la cruzada de Franco merecerá la atención de dos números dobles del BOB, el 25-26 y el 35-36.

En la primera reseña se acusa al escritor norteamericano de haber cometido pecados graves al "convertir la técnica bibliográfica en un instrumento destructivo de tendenciosidad sistemática", para después desmontar cada uno de los mitos sobre los que se ha construido y legitimado la victoria del bando nacional. (15) La segunda reseña pretende rebatir las tesis de Southworth, contraatacando con las mismas armas utilizadas por el bibliógrafo, esto es, a partir de citas escogidas que llevan a un aparato de notas. Las primeras líneas delimitan el estudio de la bibliografía, desposeyéndolo de toda virulencia y diferenciándolo del de la historia, para después añadir la utilización con fines políticos que el autor hace de aquélla y añadir "...Herbert Rutledge Southworth, que no es ni siquiera un buen bibliógrafo -no es más que un feroz devorador de libros-, estaba muy poco preparado para hacer historia contemporánea española. (...) ataca a España desde todos los terrenos: literario, político, filosófico, documental, religioso. Su falta de formación en todos ellos es evidente, como enseguida vamos a demostrar." (16)

En efecto, la demostración recorre cada uno de estos ámbitos. Frente a las duras críticas contra la Iglesia católica como responsable de la contienda civil, el BOB insiste en el odio del que es víctima el autor, frente a las acusaciones de bajo nivel cultural de la España franquista, el BOB exalta el panorama literario del momento, apropiándose de las firmas con más renombre, frente a la valoración histórica del régimen, el BOB enarbola los éxitos en Europa de la política aperturista del régimen. En definitiva, el juicio de la obra se salda con la acusación de haber incurrido en tópicos, afirmaciones que rayan lo grotesco y en una generalizada ignorancia del autor sobre la bibliografía de la guerra civil española. (17)

En cualquier caso publicaciones como ésta revelan el temor del régimen a que una proliferación de interpretaciones históricas contrarias a las oficiales consiguieran poner en entredicho la labor de décadas de adoctrinamiento y propaganda, y provocan entre los redactores del BOB la necesidad de emprender investigaciones capaces de legitimar una versión oficial de la historia. Así, podemos leer:

"Serenamente conscientes de la verdad y razón de nuestra guerra, no está por demás hacer breve referencia a nuestra pereza literaria y a cómo se forma generalmente la opinión mundial sin oirse casi voces españolas. Y parece llegada la hora de salir de este adormecimiento. Estamos plenamente de acuerdo con Marrero y con la idea de crear una "Biblioteca de la Cruzada", con la necesidad de reunir, antes que se pierda, toda la documentación de nuestra guerra, ahora dispersa o no sistematizada. Entre dejar a nuestros enemigos el trabajo de inventar los hechos o escribir nosostros mismos como producto de una depurada investigación, media un abismo sobre el que todavía tenemos posibilidad de elección." (18)

Sin duda la adopción de términos como cruzada o enemigos rememora toda una concepción del conflicto en su versión prorrégimen más clásica. No obstante, al convencimiento de estar en posesión de la razón se une la pretensión de tener el paso del tiempo como aliado al menos en lo que concierne a la capacidad de la opinión mundial de comprender las razones del bando nacional. Los motivos que explicarían una primera postura desfavorable por parte de la historiografía liberal quedarían repartidos entre "la especial inercia de nuestra leyenda, la propaganda deformada del exiliado y la especial pereza para escribir sobre todo aquello, fruto quizá del pleno conocimiento de la razón propia." (19)

Entre los que se beneficiaron de un tratamiento menos virulento, el caso más significativo es el de Hugh Thomas cuya reseña dedicada a la versión española de The Spanish Civil War está salpicada de valoraciones positivas que le valen una acreditación como historiador dotado de una capacidad de "rápida captación de hechos tan complejos y extraños", y una conclusión que califica su libro de referencia porque "acierta a hilvanar -mal- las piezas de un puzzle que pocos entienden". Pero si bien las numerosas críticas no enturbian ni su honradez ni su objetividad, sí consiguen reducir su obra a una "anécdota atrevida". (20)

Sin duda este toque de condescendencia para con la obra significaba inaugurar un nuevo método que resultaba más dañino para editoriales como RI cuyo antifranquismo y clandestinidad se habían convertido en garantías para un lector ansioso de escapar a los límites impuestos en el interior y de acceder a todo aquello que por el mero hecho de proceder del extranjero llegaba bañado de libertad. Tal y como señalaba el propio editor, José Martínez, los efectos de esta nueva política eran interpretados en términos de eficacia quien consideraba que la actuación de Fraga era mucho más peligrosa para los intereses tanto políticos como económicos de la empresa. Por un lado, porque intentaba establecer contactos con autores, como fue el caso con el historiador británico Hugh Thomas y, por otro, porque las críticas que presentaba de los libros de RI no eran enteramente negativas, lo que sin duda hubiera beneficiado al talante opositor de la editorial. (21)

Un caso excepcional en la tensa relación entre el BOB y los libros publicados por RI es la concesión del derecho a la réplica. Y éste es precisamente el privilegio que se le va a otorgar al escritor Gabriel Jackson en 1974 tras el comentario de su Concise History of the Spanish Civil War (22). Por otra parte, con motivo de este hecho, conocemos la identidad de uno de los redactores del BOB, el historiador defensor de las tesis oficiales Jesús Salas Larrazábal.

En la reseña del BOB, tras un resumen de cada uno de los capítulos y unas breves líneas dedicadas a su recorrido profesional, el redactor enjuicia el estudio como "obra de poca calidad y, lo que es más grave, como exponente de la máxima propaganda antinacional, que la opinión pública mundial de hoy en día no es capaz de aceptar". Precisamente la crítica le sirve de pretexto para ensalzar la historiografía española frente a la obra de escritores extranjeros que parecen avanzar en sus investigaciones y presentarse en el mercado sin tener en cuenta los estudios realizados desde el interior. Así, en ese tira y afloja pretende dar una imagen de escuela española por lo que enumera una serie de historiadores de desiguales aportaciones como Martínez Bande y los hermanos Ramón y Jesús Salas, Ricardo de la Cierva, Palacio Atard y Seco Serrano, Javier Tussel, Casas, Jose María Gárate y Sevilla. (23)

Para contrarrestar el calificado de brillante historial académico del autor, se insiste en la falta de espíritu crítico, se cuestiona la honestidad intelectual debido a la preferencia por las "bellas teorías" en detrimento de la realidad, y con el fin de argumentar su talante parcial, el redactor no duda en apoyarse en explicaciones que rayan el psicoanálisis como la supuesta influencia de la propaganda norteamericana que desde la adolescencia permanecería en el subscosnciente del escritor sin que hubiera podido substraerse a ella.

En su carta, Gabriel Jackson enumera y comenta los errores reseñados por Salas Larrazábal e insiste en las diferencias de interpretación en torno a los dos temas más tratados: los aspectos cuantitativos y cualitativos de la intervención extranjera en la guerra civil y la extensión de las ejecuciones nacionalistas en el período 1936-1944. Pero es en su visión del panorama de la historiografía española donde aparece de nuevo el tira y afloja entre el historiador norteamericano y las posiciones oficiales, tanto la del redactor destinatario de la carta como la del conjunto de la redacción del BOB. Por el interés extraordinario del debate, veamos los argumentos de unos y otros. Jackson escribe:

"Los historiadores del Régimen llevan treinta y cinco años hipnotizados con la versión de la guerra dada por los vencedores. Los exiliados se llevaron pocos documentos, y el pueblo consciente, en el interior de España, sabe que es mejor para su seguridad no hablar públicamente o escribir sobre los masivos asesinatos nacionalistas de sus oponentes políticos."

Y Sálas Larrazábal responde:

"Añade Jackson en su carta que los escritores del régimen han tenido treinta y cinco años para desmemorizarse con su propia versión de la guerra, frase que realmente pudiera aplicarse, con propiedad a los escritores del bando enemigo, que son quienes no han aportado documentación nueva alguna, en parte por dificultad y en mayor parte por el normal fenómeno de cristalización que se produce frecuentemente en los que se trasplantan, contra su voluntad, a ambientes extraños."

Mientras que la redacción del BOB apoya al historiador español y apuntilla:

"Los historiadores que permanecemos en España estamos despiertos y bien despiertos y lo venimos demostrando ampliamente desde hace quince años con estudios serios, concienzudos y documentados, que día a día van aportando nuevas pruebas y dando luz a los aspectos más controvertidos de nuestra historia contemporánea. Abella, Alcofar, Artola, Bravo Morata, Casas de la Vega, Castell, Cornelias, Cuenca, Gárate, Martínez Bande, Martínez Campos, Palacio Atard, París Eguilaz, Pavón, Priego, Ricardo de la Cierva, Salas (R. Y J.), Seco, Sevilla Lozano, Sevillano, Tusell, Viñas, etc., dan prueba de ello desde distintas posiciones ideológicas, tanto que podría decirse que toda aportación sustancial al esclarecimiento de la verdad histórica en los últimos quince años, tiene su nacimiento en este país. Por el contrario, el inmovilismo más cerrado y la cristalización más cerril en ideas superadas se da precisamente, como no podía ser menos, en los medios de los exiliados o en aquellos foráneos por ellos influidos. Es el grupo que pudiéramos llamar de los nostálgicos, incapaces de adaptación a las cambiantes situaciones históricas y anquilosados cerebralmente." (24)

El BOB insiste en el rechazo de la excepción española también en lo que respecta al acceso a la información. Frente a la acusación de Jackson de no haber tenido la posibilidad de consultar los archivos que habían servido de fuente a Salas Larrazábal, el BOB se adhiere a un criterio de discreción supuestamente compartido por todos los archivos del mundo que recogen información política y militar, a la vez que insiste en los numerosos investigadores nacionales y extranjeros que han explorado los fondos de Madrid y Salamanca. Y ante el especticismo de Jackson por la significativa falta de autorización para la distribución pública de su obra en España, la Sección de Estudios de Historia Contemporánea hace alarde de su capacidad para entablar el diálogo, de su espíritu de colaboración y de apertura al debate.

Sin embargo, lejos de esa apertura, la puesta en tela de juicio de la objetividad se convierte en un argumento de peso para denigrar obras tachadas de partidistas. Es el caso de libros tan diferentes como la traducción del ruso de Diario de la guerra de España del periodista Mijail Koltsov, y El laberinto español. Antecedentes sociales y políticos de la guerra civil del antropólogo británico Gerald Brenan, a los que se les dedica una breve reseña. En ambas se alude al tema y se enumeran las partes y los capítulos para pasar rápidamente a un juicio crítico negativo en su conjunto, pero en el que se intenta rescatar también algún aspecto positivo.

En lo que concierne la obra de Koltsov se insiste en que "no intenta ser un estudio objetivo, más o menos conseguido, ni al autor se le ocurre plantearse, por tanto, duda inicial alguna sobre las tendencias, legitimidad o rectitud de los partidos que formaban el conglomerado republicano." En cambio si por un lado, se le achaca " la inflexible disciplina comunista" y "la manía persecutoria del comunista nato de los años 30", por otro se considera "un documento interesante para estudiar el proceso de infiltración y asalto al Poder por el comunismo aprovechando las divergencias existentes en la España republicana." (25)

Lo que se valora positivamente de la obra de Brenan es la "variada aportación de datos y el rico caudal de obras utilizadas" mientras la tesis central es reducida a "una interpretación maniquea de combatiente, en la que el espíritu del mal está encarnado por la Iglesia, (...) los terratenientes, el Ejército, Castilla, etc., y el bien está encarnado por el pueblo español." (26) Se trata del rechazo de una visión histórica basada en la dicotomía, pero el BOB no dudará en practicar el mismo tipo de interpretación para apoyar los argumentos contrarios.

Precisamente en esa misma línea se interesa por aquellos estudios de sucesos controvertidos de la guerra civil, hoy ya lugares comunes, como es el caso de los libros de Ian Gibson, La represión nacionalista de Granada en 1936 y la muerte de García Lorca, de Robert G. Colodny, El asedio de Madrid, de Luis Quintanilla, Los rehenes del Alcázar de Toledo y de R. H. Southworth La destrucción de Guernica. (27) Estos dos últimos son valorados con el mismo rasero en la medida en que se considera al bibliófilo norteamericano como mentor del primero, lo que los reduce a simple historia de la propaganda.

El objetivo de las reseñas es desmentir las tesis propuestas por los autores, esto es, la responsabilidad del Gobernador civil de Granada en la muerte del poeta andaluz, las desiguales condiciones de los dos ejercitos en relación a los apoyos internacionales, la consideración de los acontecimientos en torno al Alcázar como pieza clave de la propaganda nacional y la importancia de la participación de las fuerzas alemanas así como la responsabilidad del Cuartel de Salamanca en el bombardeo de Guernica. Por su parte, la redacción del BOB reivindica las inmutables y ya clásicas tesis nacionales, esto es, destaca las delicadas relaciones entre los poderes civiles y militares de Granada en un momento de guerra para no buscar el responsable último de la muerte de García Lorca, carga las tintas sobre la llegada de los Brigadas internacionales a Madrid con objeto de equilibrar las fuerzas de los dos bandos, insiste en el papel decisivo de la liberación del Alcázar en la guerra, tanto en lo militar como en lo político, y considera el bombardeo de Guernica como un episodio interno de la guerra, producto exclusivo de las relaciones entre las fuerzas de tierra y la aviación.

Pese a los esfuerzos por desmontar las tesis propuestas, los redactores del BOB valoran positivamente algunos aspectos de las diferentes obras, como por ejmplo, la de Quintanilla al afirmar que es "un libro útil, no sólo en su principal campo -la historia de la propaganda- sino incluso en su terreno secundario y velado: la historia de los hechos." Sin embargo, no dejan de lamentar el camino tomado por el autor en su deseo de cicatrizar las heridas del pasado, por lo que se insite en ensalzar los vestigios de un pasado mítico incluyendo alguna pirueta poética:

"La historia está siendo elaborada por la generación que no hizo la guerra; difícil generación para los silogismos y las unilateralidades. (...) Nadie piensa en revanchas ni en revisiones dialécticas. Las piedras y las rodadas -y el aire eterno del Tajo- son ya Historia. El resto es silencio." (28)
Un silencio bien custodiado por el Ministerio de Información y Turismo y que seguirá pesando en el estudio de la guerra civil hasta que una década más tarde se dé paso a nuevas voces ya liberadas de los criterios oficiales.

b) El malentendido franquismo

Otras obras que se encuentran en el punto de mira del Ministerio de Información y Turismo y que permiten sistematizar el discurso del BOB son las dedicadas a la interpretación del régimen. Si en el tratamiento de la guerra civil las versiones contrarias a las oficiales se habían visto tildadas de partidismo y falta de objetividad, los juicios emitidos sobre libros dedicados a temas internos al franquismo revelan grandes dosis de desconfianza y emiten valoraciones ampliamente negativas. De la misma manera que Salas Larrazábal es la referencia de las tesis oficiales para el período 36-39, Ricardo de la Cierva lo va ser para el período franquista.

Uno de los temas que hace correr más tinta en las páginas del BOB es la relación entre la Falange y el general Franco así como el papel de aquélla durante la guerra civil y la construcción del primer franquismo. Las obras reseñadas son Falange. Historia del fascismo español de Stanley G. Payne, y Antifalange. Estudio crítico de "Falange en la guerra de España de M. García Venero", de Herbert R. Southworth (29) . Si hay ideas comunes que el lector puede percibir tras la lectura del comentario de ambos trabajos es por un lado, el sentimiento de hostilidad que los dos autores experimentarían hacia el Estado español, y los intentos del BOB de desmarcarse de los fascismos europeos, italiano y alemán., por otro.

Según el redactor, en el libro de Payne dicho sentimiento quedaría expresado claramente en la utilización del término "rebeldes" por "nacionales", así como en la calificación de intrascendente para valorar la política interna del régimen durante el período entre 1945 y 1955, lo que condicionaría toda la obra creando "un sistema de simpatía y despegos temporales hacia la Falange". A su vez, se niega el valor científico del trabajo, por lo que de una parte de discute, aunque sin reales argumentos, su principal tesis que consiste en afirmar "la progresiva absorción de la Falange por el General Franco para disolverla en un movimiento infinitamente más amplio sometido a su autoridad", y de otra, cuestiona la metodología empleada, basada en la conversación directa con los protagonistas.

Sin embargo, la obra es de alguna manera rescatada, no sólo por su valor informativo sino porque "presenta la novedad de llegar incluso a la comprensión de la Falange, tantas veces injustificado blanco de tantas injustificables agresiones, no sólo en sus orígenes y su fundación, sino en amplios momentos, trechos y sectores". Pero la defensa última no será para Falange sino para el general, considerado artífice y constructor de un Estado "de todos para todos" cuya política ha representado el interés de todos los españoles. (30)

Las críticas más duras son de nuevo para H.R. Southworth quien, basándose en la obra del falangista Maximiano García Venero, defiende la tesis que considera el falangismo español como versión española del fascismo. El carácter contrarrevolucionario del movimiento y la violencia política que lo habitara tras la decepción producida por el fracaso de los sueños imperialistas, explicarían su actuación durante la guerra civil. No hay duda de que para la redacción del BOB, esta obra reúne todos los requisitos para expresar la máxima repulsa: el contenido, abiertamente contrario a las tesis oficiales; la hostilidad personal del autor, y la procedencia editorial, de signo opositor. (31)

Desde la inadecuación del título hasta la acusación de ser una obra polémica y propagandística, pasando por constantes alusiones a la ignorancia histórica y partidismo de Southworth, la crítica recorre exhaustivamente cada una de las notas y se convierte en marco perfecto para reivindicar el pasado histórico recreado por el discurso oficial. Por ejemplo, se sale al paso de interpretaciones molestas como la que considera la guerra civil como preludio de la segunda guerra mundial, contraargumentando con aparente seguridad: "demasiado sabíamos todos en España que nuestra guerra había sido, inicial y principalmente, la culminación de un proceso histórico interno". Para ello el redactor no duda en reivindicar los trabajos de los hermanos Salas Larrazábal, de Palacio Atard o de De la Cierva y en denigrar el desconocimiento del escritor norteamericano. Finalmente, y para no desentonar con la tónica de la mayor parte de las reseñas, una valoración positiva aparece en la segunda parte del comentario en el que además de insistir en la dosis de polémica, que no de historia que contiene la obra, alude a las aptitudes y maestría de Southworth como bibliógrafo. (32)

En lo que concierne a la crítica de obras dedicadas al estudio del franquismo, de nuevo, la autoría extranjera de las obras es una de las primeras causas de recelo por parte de los redactores del BOB. Pero esta vez el origen de las reticencias se encuentra en Francia, y represantadas en Max Gallo con su Historia de la España franquista y Jacques Georgel con El franquismo. Historia y balance (1939-1969). El conjunto de la obra del primero es inscrito en el dominio de la propaganda y no en el de la historia, descalificación suficiente para dedicarle apenas unas líneas. En cuanto a la segunda, merece un resumen de cada uno de sus capítulos y un juicio que es inaugurado con unas referencias a la biografía del autor cuya infancia marcada por la guerra y ocupación se convierte a los ojos del redactor en determinismo condicionador de la visión de la realidad española, argumento recurrente si recordamos la reseña dedicada a Gabriel Jackson. Además, aunque no se cuestiona la veracidad de algunos hechos, se achaca una falta de profundidad para alcanzar el rigor científico y un exceso de influencia de los comentarios de prensa del periódico Le Monde, considerada causa de una merma en lobjetividad y cientifismo.

Determinados datos empleados por Georgel son utilizados en un intento de volver a las versiones oficiales, como por ejemplo, las cifras del balance de la guerra, muertos, exiliados, presos políticos, que son desmentidas una y otra vez. De la misma manera, la acusación de haber basado un estudio en tópicos, mitos y leyendas permite al BOB desmarcar el presente del régimen de las interpretaciones críticas y dotarle de un toque de modernidad para situarlo a las antípodas de toda visión pintoresca.

Hay un argumento compartido en ambas reseñas y que refleja el malestar del Ministerio ante aquellos comentarios percibidos como alusiones a la madurez del pueblo español y dudas ante su capacidad de gestionar el destino del país. A este propósito podemos leer:

"Max Gallo no considera a los españoles capaces de labrarse un futuro ni democrático, ni libre, ni español."

"...[Jacques Georgel] no puede desprenderse de esos prejuicios, tan franceses, hacia nuestro país, al que considera incapacitado a perpetuidad para resolver sus problemas. De ahí a pensar que nuestra obligación es la de copiar fielmente cualquier modelo francés hay sólo un paso." (33)

Evidentemente, desde la redacción, la figura del general Franco reunía la experiencia necesaria y resultaba garante suficiente para guiar a su pueblo. En este sentido, un segundo tipo de obras que pasan por la tría del BOB son aquéllas que hacen una alusión directa al dictador. Francisco Franco, Historia de un mesianismo y El pequeño libro pardo del General son los dos títulos de las obras reseñadas y aparecidas curiosamente en los días próximos a la muerte de Franco, si bien las fechas de publicación son 1964 y 1972, respectivamente. Las dos proceden del interior, lo que explica la utilización de un pseudónimo para la primera, el de Luis Ramírez que esconde la pluma del periodista bilbaíno y asiduo colaborador de RI, Luciano Rincón, y el anonimato para la segunda, que protege la firma del escritor barcelonés Manuel Vázquez Montalbán.

La defensa a ultranza del papel desempeñado por el Jefe del Estado así como la necesidad de convertirse en altavoz de alabanzas en el momento de su desaparición, hacen que el BOB no dude en compararlo con los héroes de la tragedia clásica. Tras negarle la validez de la biografía, la obra de Luciano Rincón es considerada como propaganda y a lo largo del juicio aparecen salpicadas las siguentes valoraciones relativas tanto al escrito como a su autor: falta de perspectiva histórica, mala voluntad, partidismo, ligereza y superficialidad. Probablemente a estas alturas del régimen, el BOB trata de evitar cualquier tipo de polémica, lo que explicaría la ausencia de alusiones relativas a la detención y proceso del autor, acontecimiento que supone un episodio esencial en la vida de la editorial parisina.

Tras más de ocho años de intensa colaboración escrita en RI en sus dos versiones posibles, libros editados y artículos publicados en la revista Cuadernos de Ruedo ibérico, el 30 de mayo de 1971 el periodista bilbaíno se convierte en víctima directa de la política represiva aplicada por el régimen, en lo que a libertad de expresión se refiere. La acusación en su contra versaba sobre el abuso de la palabra que el periodista había ejercido durante años camuflado bajo el pseudónimo de Luis Ramírez, recurso que le habría permitido lanzar críticas e « insultos intolerables » contra el Jefe del Estado. Los escritos sobre los que se reclamaba su autoría eran el artículo « Franco la continuidad en el cambio », que había sido publicado en CRI en marzo de 1971 y la biografía Francisco Franco, historia de un mesianismo, publicada en español por las Ediciones Ruedo ibérico en 1964, y un año más tarde en francés por el editor François Maspero, ambos bajo la misma firma de Luis Ramírez. (34)

Si en las esferas judiciales el carácter virulento de estos escritos no los eximía de conformar hechos constitutivos de pena, por su parte, el propio pasado de Luciano Rincón como militante del FLP y la frecuente correspondencia mantenida con el director de RI, José Martínez, no ayudaban a aportar pruebas que pudieran contrarrestar los hechos en favor de su defensa. Pese a negar las acusaciones y argumentar que el pseudónimo correspondía a la redacción de la editorial, los hechos se revelaron lo suficientemente flagrantes por lo que el 5 de junio de 1971 el juez del Tribunal de Orden Público decretaba la prisión provisional incondicional comunicada y una fianza de 30.000 pesetas. 

La reacción en París ante la suerte corrida por el colaborador de RI y amigo personal de José Martínez no se hizo esperar. Se entabló una campaña de ámbito internacional cuya finalidad era informar de tal detención y ejercer una presión sobre el régimen. Los medios no se escatimaron y a través de colaboradores de la editorial, amigos y conocidos con mayor o menor influencia se llevaron a cabo acciones encaminadas a conseguir la liberación de Luciano Rincón. Se trataba de difundir el caso entre los diferentes medios informativos y crear un ambiente de protesta en el seno de la opinión pública sensibilizada por la situación política española, entre la que se encontraban nombres de prestigio internacional. (35)

Con motivo de la reseña del libro de Manuel Vázquez Montalbán, el BOB no puede impedir una alusión a la editorial, estableciendo la relación con la obra de Luciano Rincón: "Es intención (...) presentar la figura del Caudillo como visión teocrática y mesiánica". El tratamiento que recibe no está basado en el texto ya que éste se limita a recoger citas, declaraciones y alocuciones de Franco, por ello insiste en la falta de honradez que encierra la utilización de las mismas fuera de su contexto. El juicio pretende rescatar la figura del hombre y exaltar su carácter excepcional:

"Lo que no se explica en el libro (...) es el sacrificio del hombre, la grandeza de su figura histórica, la irrenunciable voluntad de servicio al país y la manifiesta y clarísima transformación de las estructuras sociales, políticas y económicas. Su desarrollo, su dignidad en el concierto internacional, su paz y su progreso en todos los órdenes." (36)

Al igual que con la imagen del dictador, el tratamiento de publicaciones centradas en otros sucesos de actualidad y que cuestionan los resortes del franquismo es extremadamente intransigente. Así, La dictadura de los franquistas. El "affaire" del Madrid y el futuro político de Rafael Calvo Serer, y La Asociación Católica Nacional de Propagandistas y el caso de "El Correo de Andalucía" de A. Sáez Alba son dos obras más que permiten poner de manifiesto la beligerante acogida del Ministerio y la utilización de un discurso agresivo, descalificador e impermeable a la crítica. En ambos casos se relata la incidencia de grupos afines al poder en la trayectoria de medios de comunicación, lo que indica la importancia acordada a la información tanto por ser uno de los bastiones del régimen como por constituir un arma de control y de influencia sobre la opinión pública.

En el primer caso, el propio autor se convierte en punto de mira de los ataques del BOB debido esencialmente a su defensa de posiciones monárquicas. Por ello, sin querer provocar ninguna polémica poniendo en entredicho las tesis de Calvo Serer, se opta por cubrirlas de un halo de duda, provocada en opinión del redactor por el resentimiento, lo que explicaría la dedicación de "páginas y páginas a relatar enfrentamientos personales de muy escaso interés". Si el contenido es calificado de "reiterativo hasta la exasperación, farragoso, embarullado", la pretensión del autor es vapuleada, acusándole de practicar un juego entre la verdad y la verosimilitud, que rayaría la hipocresía y apuntaría al oportunismo. (37)

En cuanto al segundo libro, a falta de argumentos contrarios se insiste en el desconocimiento del contenido espiritual de la ACNP, pero lo más significativo es que la crítica queda enmarcada en la valoración que se hace de la labor global de la editorial. El redactor dice así: "El trabajo que consideramos presenta las características a las que nos tiene acostumbrados Ruedo ibérico: negativismo total, utilización parcial y preconcebida de datos, simplismo marxista en el análisis de los hechos, materialismo..." (38)

Un último ejemplo revelador de la escasa simpatía hacia toda publicación que centrara su crítica en algunos de los ejes del régimen, aunque fuera en un registro diferente, como el de la narrativa, es la novela del periodista Javier Domingo, El dinero del Opus es nuestro. La breve reseña del BOB que no duda en hacer alusión al conjunto de la literatura en lengua española, incluyendo la del exilio, ni a incorporar un sorprendente galicismo, no puede ser más desalentadora:

"Ni por la construcción (...) ni por su estilo, El dinero del Opus es nuestro aporta nada a la actual narrativa española: ni a la peninsular, ni a la hispanoamericana, ni a la del exilio. (...) Prisa, brevedad en el texto, desconcierto en el ensamblaje, despreocupación en el idioma y falta de propiedad, agudizan además, los fallos y las inoperancias de la escritura de un autor que, si no fuera de sobra conocido, particularmente en Francia, nos haría pensar en la ópera prima de un joven autodidacta que hubiera querido epatarnos (sic) a base de procacidades, lugares comunes y erotismo barato.
En definitiva, una obra sin trascendencia en la que lo único que pudiera decirse de ella es, el valor que ha requerido el autor al haber superado el ridículo que significa su publicación." (39)

Paralelamente a esta actividad de recuperación del pasado histórico, en lo que a orígenes y desarrollo del franquismo se refiere, RI se vuelca con gran interés sobre el análisis de la realidad española, sus mutaciones y novedosas respuestas sociales a la política de un régimen cada vez más asfixiante. Por ello, un estudio del discurso del BOB caracterizado como hemos visto por la defensa de las posiciones oficiales y basado en un reiterativo argumento de la incomprensión, sobre todo por parte de autores de procedencia extranjera, quedaría incompleto si no aludiéramos a las obras que tratan de tomar el pulso a la actualidad.


c) La codiciada actualidad

A raíz de los movimientos de protesta que sacuden en la primavera de 1962 los círculos mineros, industriales y estudiantiles de Asturias, Vizcaya, Madrid y Barcelona principalmente, surge en el seno de la editorial RI la idea de construir un libro coherente capaz de dar respuesta a los interrogantes en materia de conflictividad social, represión, sucesión al régimen, posición de la Iglesia, estado de la oposición o actuación de partidos y sindicatos.

En la maduración de tal proyecto tiene una incidencia clave la llegada a París de una remesa de exilados, esta vez, como consecuencia de la represión aplicada por el régimen en respuesta al encuentro celebrado en Munich la primera semana de junio y que había reunido a un sector de los opositores procedentes del interior. Entre los nuevos exiliados se cuenta Ignacio Fernández de Castro, abogado y miembro activo del FLP (Frente de Liberación Popular) que contribuirá con su presencia en París, acompañada de un abundante aporte de trabajo, a enriquecer el contenido de la editorial y a marcar unas primeras líneas de definición. (40) 

El fruto de esa idea sobre la realidad de la protesta de la España del 62 así como de los intensos contactos con el núcleo parisino del FLP lleva el título España hoy y concentra tanto en su presentación, método de trabajo, como esfuerzos para su publicación, los gérmenes de lo que en adelante será el día a día de la actividad de RI. En la presentación suscrita por Ignacio Fernández de Castro y José Martínez, responsables también no sólo del montaje de la obra tal y como figura en la cubierta, sino de todo el arduo proceso de coordinación, se ponen en conocimiento del lector los objetivos, límites y porqués de un trabajo que concede la preferencia a textos inéditos redactados para el mismo, así como a crónicas de testigos directos.

El carácter colectivo de la obra alcanza una dimensión especial al considerar las dificultades de recogida de material y la compensación de las mismas con aportaciones espontáneas recibidas desde diferentes frentes y camufladas, por cuestiones de seguridad, bajo anónimos o pseudónimos. Entre ellos, figura como colaborador el de Jordi Blanc, nombre que protege la identidad de Manuel Castells, otro miembro del FLP, esta vez, de su versión catalana FOC (Front Obrer de Catalunya), residente en París tras la represión emprendida contra los agitadores protagonistas de los acontecimientos universitarios de la primavera del 62.

Minas, fábricas y universidades representan el universo desde el que analizar la conflictividad social reinante en el país y explicar las claves del proceso de descomposición del régimen. Tres son las partes en las que queda estructurado su contenido: la primera, incluye una exposición cronológica de los hechos más significativos del periodo comprendido entre 1943 y la primavera de 1962, momento en el que el gobierno español formula su petición de ingreso en el Mercado Común; la segunda, arranca de esta petición para concluir en la crisis de julio de 1962; por último, la tercera, se prolonga hasta el desenlace de las huelgas mineras del verano de 1963, derivada del retraso sufrido ante los problemas de elaboración y de orden técnico impuestos por el libro.

Su mayor acierto radica en desvelar a través de informaciones precisas, y testimonios directos, resultado de un enorme trabajo de recopilación, la realidad de una España que comienza a interesar no tanto por lo que debería ser, sino por lo que es y por lo que está ocurriendo en su interior. La ración de análisis y de reflexión que acompaña la cuantiosa documentación permite tomar el pulso de unos acontecimientos que conceden protagonismo a la oposición interior y a su capacidad de movilizar los diferentes sectores sociales, lo que le valdrá a España Hoy el ser considerada por un sector de la historiografía como la primer obra que inaugura un nuevo género, el del estudio de la oposición. (41)

Además, interesa destacar el sentido pedagógico que recorre todo el volumen, especialmente manifiesto en el esfuerzo por plasmar una serie de gráficos en color, explicativos de la evolución del régimen en el contexto internacional, así como la de la oposición, lo que inaugura una relación con el lector basada en el factor información, ejercida indistintamente a través de las misiones de recopilar y difundir. Los detallados Indice de algunos grupos políticos, alianzas e instituciones e Indice de fuentes incorporados en las últimas páginas avalan la importancia concedida a este factor. En consecuencia, para RI, la noción de público va a trascender los obstáculos impuestos por la frontera para aglutinar en un mismo frente a los lectores tanto del interior como del exilio, otorgándoles una dimensión única encerrada en su identidad de disidencia política.

Es necesario indicar por último, el gran dinamismo interno del que disfruta este libro de quinientas páginas, gracias por un lado, a las aportaciones de creación poética de Blas de Otero, Gil de Biedma, José Agustín Goytisolo o José Angel Valente, llegadas de la mano del colaborador más literario del momento, Antonio Pérez, pero sobre todo a una parte gráfica extremadamente cuidada. En lo que respecta a ésta última podemos citar además de las abundantes ilustraciones, fotografías y carteles, los grabados de Antonio Saura, autor también de la cubierta, y de Ortiz Valiente, los cuantiosos dibujos y mordaces caricaturas firmados por el argentino Héctor Cattolica, que aparece asímismo como colaborador, las diversas aportaciones de Lima, Monzón, Adán, Bartoli, Picasso, Ricardo Zamorano, Eduardo Arroyo o Argüello, los anónimos de Eduardo Urculo, y los préstamos a otras publicaciones de diferentes tendencias en castellano o en francés, como la revista neoyorquina dirigida por Victoria Kent Ibérica, el ácido Le Canard Enchaîné, L'Humanité, órgano del Partido Comunista francés, o la revista católica progresista Espoir.

Un aspecto más del carácter colectivo de esta obra reside en su financiación, para la que resulta esencial la reconocida ayuda italiana, procedente de Giorgio Agosti y Franzo Grande-Stevens, amigos turinenses, coeditores del proyecto y, en adelante, avales económicos y morales de José Martínez en los momentos de crisis (42). En definitiva, si este trabajo tiene que concebirse como fruto de un trabajo colectivo para el que la participación del interior resulta esencial, el conjunto de actividades llevadas a cabo en estos años por la editorial son el reflejo de que RI está gestando una nueva línea de lectura del exilio. Se trata de una nueva vía que se revelará como la más fructífera y beligerante frente al régimen, rompiendo con años de ineficacia e instaurando un comportamiento basado no ya en el diálogo con el interior, sino en la mudanza del núcleo opositor al interior, convirtiendo el exilio en la pista de maniobras necesaria para contrarrestar la ofensiva del gobierno franquista.

Por su parte, la virulencia que respira la reseña del BOB pone de manifiesto la importancia concedida al tratamiento de los sucesos de la actualidad debido a que no sólo constituía uno de los pilares de la información, sino que además permitía conocer el estado del movimiento opositor. Por ello, la tarea de RI es considerada desde el marco del compromiso político "ya que sirve a intereses que no son precisamente los de la verdad y la ciencia" y económico, lo que explicaría la intensa actividad llevaba a cabo en pocos años y una situación "muy por encima de las modestas posibilidades de que se hace mención". (43)

Hay un claro interés por denunciar la tendencia extremista de la publicación, puesta de manifiesto en las vinculaciones de la editorial, las alusiones a los autores y en la utilización de las fuentes. Las relaciones con el editor italiano Einaudi sirven de argumento no sólo para insitir en el carácter opositor de la empresa sino sobre todo para homologar al régimen español con otras democracias europeas, al suponer que "la obra iba a tropezar con dificultades para su gestación en Francia", lo que se convierte en razón de peso para rechazar de lleno el carácter radical de la misma. En lo que concierne a la autoría, Fernández de Castro es incluido en el grupo de los "resentidos, de filiación política negativa", indicio suficiente para lamentar la parcialidad del trabajo. Si a estos iniciales inconvenientes se añade la procedencia de las fuentes, no es extraño que el BOB se refiera a "la baza comunista" para explicar la abundancia de materiales recopilados. En su descripción de la obra afirma: "es un conjunto de panfletos, poemas, octavillas clandestinas, crónicas difunfidas por Radio España Independiente, alocuciones del Partido Comunista y de otros partidos y organizaciones, artículos periodísticos, documentos y pseudodocumentos." (44)

La labor de recopilación de documentos queda reducida a una operación de "fabricación" que tendría como objetivo mostrar una visión del país en perpetuo caos, por lo que el BOB no duda en oponer esta imagen a la percibida por un frente común que estaría constituido por los propios españoles, entendido como un bloque monolítico, por instituciones de ámbito internacional sensibles al progreso económico del país, y evidentemente por los millones de turistas, convertidos en garantes de un orden supuestamente equiparable al de cualquier país democrático. (45)

Las acusaciones que conciernen tanto a los conceptores como a los destinatarios de la obra son graves y se recrean en una visión maniqueísta de la historia:

"la deformación de los hechos como sistema y la tremenda intoxicación informativa que caracteriza a la guerra psicológica, invento soviético, al fin y al cabo -antes de que la emplearan los nazis-, se hallan en perfecta y compenetrada unión (...). Y desde luego sirve bien este libro para estudiar prácticamente los métodos de propaganda comunista basados fundamentalmente en dos ideas básicas: el slogan (la jaculatoria secularizada) (...) y la deformación de la verdad."
"Toda la obra adolece de cierto infantilismo, lo que marca dos tipos de personas, posibles destinatarios de la misma: o de baja formación intelectual o para antípodas con un absoluto desconocimiento de la España real y auténtica de hoy, que no tiene ningún punto de contacto ni el más parecido, a pesar del título, con el contenido de la obra."

El régimen sigue siendo impermeable a la crítica y en su necesidad de difundir la imagen de un país en vías de liberalización y el carácter orgánico de su democracia, cualquier ataque basado en la actualidad es concebido desde la maldad o desde la ignoracia. Por ello, a la hora de analizar el contenido, el tratamiento de los temas en España hoy, sean de política interior o exterior, es utilizado para hacer una defensa del franquismo y de sus instituciones, haciéndola extensible a la iglesia española. Si en el ámbito internacional el BOB se regocija ante los innumerables logros, que recorrerían los méritos de la política del régimen en favor del mundo libre, su posicionamiento ante el Mercado Común, o la apuesta por el turismo entendido no sólo como fuente de riqueza sino como motor de la "desaparición real de nuestras fronteras", en el ámbito nacional, rechaza la politización de los conflictos laborales, critica la actuación del PCE e insiste en la división y fragmentación que caracteriza el panorama de la izquierda, interpretadas como elementos inherentes y causa principal de la todavía denominada "derrota roja". (46)

Pero sin duda alguna, el arma que desarrolló con más eficacia el papel de contrainformación del Ministerio fue la revista Cuadernos de Ruedo ibérico publicada en el seno de la editorial entre 1965 y 1979. La capacidad corrosiva de su primera serie no había pasado desapercibida a los servicios informativos del régimen (47). El interés por los primeros pasos de esta nueva publicación y el conocimiento de sus dificultades internas ha quedado reflejado en la recogida de documentación procedente de otras fuentes. Así, la Dirección General de Prensa archiva un extracto del periódico independiente alemán Die Weltwoche titulado « El fin de una revista española en el exilio » en el que se hace eco de CRI en un intento de definirla. (48)

Por su parte, y de acuerdo con ese novedoso discurso en el que el elogio queda integrado como parte de la crítica, el BOB dedica una reseña a su primer número en el que destaca muy positivamente el aspecto externo de la revista, formato, tipografía, distribución formal, hasta el punto de afirmar que "rebasa los límites de lo correcto para convertirse en francamente excepcional" (49). Pero aquí termina toda valoración en estos términos porque en adelante asistimos a una sinfonía de adjetivos que reflejan muy gráficamente la poca estima hacia una revista cuyo contenido, marcado por una clara actitud crítica hacia el régimen, recorre aspectos de la actualidad política y económica, así como numerosas notas breves que incluyen temas culturales.

La presentación es considerada como "ejemplo de conceptismo trasnochado y, naturalmente, contradictorio", los dibujos de Cur son calificados de "pesadotes y facilones" y comparados a la propaganda barata de la Alemania nazi, mientras que los poemas de José Angel Valente, tildado de "pobre poeta", son "malos, prosaicos, cansados". En cuanto a los artículos, exceptuando los elogios para el de Manuel Martínez (pseudónimo de Santiago Roldán) del que se extraen citas para insitir en el éxito del Plan de Estabilización de 1959 y en los progresos operados en el marco económico, el resto no son sino objeto de juicios negativos para alargar la ya extensa lista de adjetivos: "su amargura y su falta de educación (...) bajísimo nivel humano" para Juan Triguero (pseudónimo de José María Moreno Galván), "flojísima charla de café" de Jordi Blanc (pseudónimo de Manuel Castells), "el tópico a granel" para la nota de Angel Olmo, "estúpida nota" de Iñaki Goiti (pseudónimo de Luciano Rincón), "aburridísima colaboración" de Luis Ramírez (pseudónimo de Luciano Rincón). En definitiva, "todo muy flojo", una revista triste, "que nació con veinticinco años de cansancio" y en donde lo bueno aparece disperso "en la cansadísima maraña de tópicos y de insultos que privan a la nueva revista de todo valor intelectual." (50)

Además de los elogios basados en la legitimación económica del régimen, sólo los comentarios de algunos artículos escritos desde la izquierda y capaces de mantener una posición ideológica crítica en su propio seno reciben una buena acogida y nos dejan entrever otra de las directrices que pautan el discurso de los BOB, esto es, el intento de apropiarse de un discurso ajeno para integrarlo en el suyo propio y continuar siendo portavoz de las ideas oficiales.

d) La malograda izquierda

En lo que respecta a la actuación histórica de la izquierda, las publicaciones de RI se inscriben en un intento de explicar el proceso revolucionario que compartió protagonismo con la guerra civil y en analizar la evolución del movimiento libertario desde inicios del siglo hasta mediados de los setenta. Los títulos recogidos por el BOB son Revolución y contrarrevolución en España de Joaquín Maurín, Los problemas de la revolución española de Andrés Nin y El proceso contra el POUM de Andrés Suárez, Los olvidados. Los exiliados españoles en la Segunda Guerra Mundial de Antonio Vilanova, Les anarchistes espagnols et le pouvoir de César M. Lorenzo, el suplemento de CRI El Movimiento libertario español, y Crítica de la izquierda autoritaria en Cataluña 1967-1974 de Antonio Sala y Eduardo Durán.

Si bien se puede percibir la presencia de varias plumas en la redacción de las reseñas del BOB, unas que acuerdan más importancia al resumen previo de la obra, mientras que otras integran las valoraciones conforme van presentando las ideas del libro, todas ellas responden a unas pautas comunes que podemos concretar en cuatro puntos.

En primer lugar, todo tipo de críticas dirigidas al PCE son bienvenidas y se convierten sistemáticamente en aciertos de la obra comentada. Se trata de difundir un discurso aleccionador que tiene más fuerza en la medida en que ha sido formulado desde dentro de la propia izquierda. Lo que el BOB interpretaba como una muestra de la fragilidad y de parcialidad cuando el objeto de la crítica era el régimen, se convierte en el valor del testimonio y en ocasiones incluso de objetividad cuando el punto de mira es la trayectoria de la izquierda. Como consecuencia, los juicios más positivos de la totalidad de libros publicados por RI son curiosamente los dedicados a la izquierda. Casi todos ellos son calificados como dignos de constituir una página de la historia de España y de contar con un cierto interés para la comprensión del siglo XX. Una de las obras que es galardonada con más valoraciones positivas es la de Joaquín Maurín, pero podemos aportar diferentes citas que revelan la acogida del conjunto de estas publicaciones:

"He aquí un libro imprescindible para el estudio del desarrollo de los movimientos obreros en España. (...) tenemos ante los ojos no una obra doctrinal, sino un denso y meditado libro de historia cargado de datos. (...) Resulta imposible enumerar con detalle las aportaciones de este libro a la Historia contemporánea española."
"...este libro, muy recomendable para burgueses e idealistas de la utopía."
"El libro es tremendamente aleccionador, ya que no procede de fuentes capitalistas o reaccionarias, sino de lementos revolucionarios muy cualificados."
"....este libro es una obra sumamente estimable y que, a pesar de sus defectos, supone una contribución importante a una página ignorada de la crónica española de nuestros días. Porque la verdad histórica se le impone al autor, a veces contra sus prejuicios estereotipados.
Una impresionante ilustración gráfica avalora notablemente el libro, y una interesante orientación bibliográfica contribuye a sus méritos informativos. En suma, los historiadores de la España contemporánea cuentan con una base de partida sumamente estimable, y por supuesto, imprescindible como una de las escasísimas piedras angulares para la gran síntesis histórica. " (51)

En segundo lugar y como consecuencia de lo anterior, la mayor parte de los fallos achacados a estas obras reposan en la falta de comprensión de la actuación de la derecha española. Una vez más la tarea del BOB tiene por objetivo mantener íntegra la imagen del régimen a través de la defensa de los sectores que le prestaron su apoyo, labor que no descuida aunque no responda al interés principal de la obra reseñada. Así pues, manteniéndose fiel a las posturas oficiales, los redactores del BOB utilizan argumentos basados en la incomprensión y en los estereotipos para rechazar cualquier análisis capaz de poner en cuestión la legitimidad del franquismo. Con respecto a la obra de Maurín se alude a la "colosal incomprensión del autor hacia la derecha colaboracionista en la República" y se insite en repetidas ocasiones en la misma idea recurriendo incluso al término "rojo" asociado a toda falta de credibilidad:


"Renunciamos a enumerar las groseras equivocaciones del autor en torno a la Dictadura, a la que no comprende. Está obsesionado con la aplicación de la teoría marxista pura a cada peldaño de la historia; en esencia estamos ante un providencialismo primitivo elemental y con el agravante de la cerrazón roja, injustificable en nuestro tiempo."
"Casi todas las tesis parciales de Maurín acerca de la guerra, en cuanto se refiere al bando republicano, son aceptables y coherentes. Al bando nacional lo comprende tan poco como al fascismo español; porque al fascismo internacional lo analiza con algo más quue con tópicos manidos." (52)

Otro ejemplo similar lo encontramos en la reseña dedicada a la obra de Antonio Vilanova dedicada a la vivencia de los exiliados durante la segunda Guerra Mundial:

"Resulta Vilanova injustísimo con la España torturada y animosa que trataba de levantarse de su tragedia justo en los momentos descritos en su libro; toda la obra es un torpe alegato para identificar los crímenes nazis con la responsabilidad de los gobernantes españoles de entonces. Uno de los efectos de esta injusticia es el absoluto desenfoque con que se trata todo lo que se refiera a la División Azul, mientras se reconoce que los comunistas españoles se dedicaban por entonces a vegetar en el exilio moscovita.".

En tercer lugar, el abordar la trayectoria de la izquierda permite acondicionar la historia para ponerla una vez más al servicio del franquismo. El trabajo de legitimación histórica se realiza en esta ocasión a través del propio discurso de la izquierda del que retoma citas para fines propios. Las vinculaciones del PCE con la URSS y sus responsabilidades en la guerra civil, la tragedia del exilio, o la fragilidad del movimiento anarquista son argumentos recurrentes que no se inscriben en la crítica interna sino que son utilizados para apuntalar el discurso oficial.

Por ello, lo que era valorado como falsedades del testigo denigrado que osaba desde la traición levantar críticas contra la derecha, adquiere aquí el valor del testimonio privilegiado y muy acertado para sacar a relucir las deficiencias de la izquierda porque en esta ocasión el gran perdedor es el PCE. Así, refiriéndose al libro de Maurín podemos leer: "Las vicisitudes de los primeros directivos del Partido Comunista están descritas sin piedad pero con una objetividad que solamente puede dar la discrepancia razonada del más excepcional de los testigos de primera fila." (53)

Las citas adquieren un papel significativo en estas reseñas en las que las alusiones contra la actuación del PCE se hacen numerosas. No obstante, el interés a la hora de retomarlas es muy diferente al de los autores, ya que de lo que se trata es de insistir en las responsabilidades del partido en lo que a ideología y métodos se refiere, no ya en el seno de la izquierda sino en el proceso histórico. La importancia adquirida por el partido en los años treinta se convierte en argumento ideal para comprender el peligro comunista, "la hegemonía estalinista" y en consecuencia justificar el necesario alzamiento cuya finalidad no parecía ser otra que acabar con dicho peligro. Los aciertos de estas obras según el BOB residen en comprender la dependencia del PCE "respecto a sus amos y proveedores de Moscú", con lo que se deja la puerta abierta para volver al jugoso tema de la ayuda soviética a la República que se considera comparable a la ofrecida por Italia y Alemania al régimen de Franco. (54)

El otro gran perderdor de la oleada crítica es el movimiento libertario que se intenta reducir a un carácter arqueológico, precisamente el temor que la editorial RI quería evitar con la publicación de su suplemento El Movimiento Libertario Español. Se insite en la consideración del fenómeno como algo pasado, sin logros, sin ninguna vigencia y ningún porvenir. Las palabras que el BOB le concede son las siguientes: "fenómeno muy interesante, mezcla de utopía y de crimen, con tremendos altibajos en su evolución, movimiento acéfalo, sin élites directivas". (55) Fragilidad que encontramos de nuevo con motivo de la reseña del libro de César Lorenzo en la que curiosamente el redactor utiliza citas de las obras de Brenan o Trotski, también publicadas por RI, para argumentar la tragedia utópica del anarquismo y poner en evidencia las escasas posibilidades del anarcosindicalismo ante la carencia de programa revolucionario y su incomprensión del papel del partido. (56)

En cuarto y último lugar, asistimos a algunas comparaciones con respecto a la situación política del momento, lo que confirma la visión maniqueísta y reductiva de la historia que se quiere difundir. La apropiación del discurso de la oposición en beneficio de los intereses oficiales tiene una finalidad última que es servir de ejemplo aleccionador para el presente. Si los análisis históricos eran sistemáticamente sometidos a las directrices del ministerio, la acogida de las críticas formuladas en el seno de la izquierda debían servir para demostrar su inviabilidad ideológica y sus escasas perspectivas de futuro. Así, en el juicio al libro de Andrés Nin, Los problemas de la Revolución española y a propósito de la actuación del PCE, el BOB afirma desde un tono paternalista:

"la historia de la zona republicana es la del Partido Comunista por la eliminación de estos partidos que no podía controlar.

El fenómeno se repite con las mismas características en el momento actual: un comunismo "ortodoxo" que predica la utilización de las vías legales mientras otros grupos -marxistas-leninistas, trotskistas, Liga Comunista Revolucionaria, ETA, etc.- emplean la violencia como sistema. Los "ortodoxos" de turno, beneficiarios del foso pueblo-gobierno que los otros grupos intentan abrir, se rasgan sin embargo las vestiduras ante sus métodos. Es la historia tantas veces repetida de la revolución, sus beneficiarios y sus luchadores." (57)


No se trata de entrar en un análisis detallado de la situación de la izquierda en la década de los setenta, sino de transmitir un mensaje claramente contrario a toda iniciativa política. Presentar un panorama de la oposición caracterizado por la fragmentación, la manipulación y la reticencia es el primer paso de un discurso que tiene como finalidad desanimar ante cualquier tentativa de participación política y aniquilar toda creencia en una posible práctica revolucionaria. Un extracto de la última reseña del BOB dedicada a un libro publicado por RI, Crítica de la izquierda autoritaria en Cataluña 1967-1974 de Antonio Sala y Eduardo Durán puede servirnos de ejemplo:

"En la crítica, dura y feroz, que dirigen al PCI, BR y LCR vienen a demostrarnos el bagaje de autoritarismo que lleva consigo la burocracia de todo partido. A nuestro juicio, es altamente esclarecedora y, dentro de su método, es significativa cómo la burocracia del partido deshumaniza y manipula al individuo, algo que cualquier partido, organización o movimiento debe cuidar de que no suceda, precisamente hoy cuando más se estudia, se habla y defiende la dignidad humana de todo individuo sea cual fuere su ideología."
"En resumen, hemos encontrado un libro, como decíamos al comienzo, con un título más sugestivo o llamativo que su contenido. Un libro a fin de cuentas que tal vez pueda servir para aclarar a los que hoy se plantean su participación en un partido para desilusionarlos y hacerles ver la verdad sobre la utilización que de ellos se va a hacer." (58)

Para terminar, en esa tarea de aleccionar, el BOB encuentra en Los olvidados la ocasión ideal para enarbolar la imagen de una España unida por la historia, en la que el dolor del exilio es integrado sin escrúpulos, proponiendo una vez más la cara de un enemigo común, forzosamente exterior, al que cargar las responsabilidades que se quieren ajenas. A propósito de las desventuras vividas por españoles exiliados en los campos durante la segunda guerra mundial, se apela al sentimiento y al olvido:

"Ya ha pasado mucha agua por los puentes de nuestra historia reciente y todo español tiene que conmoverse con la patética aventura de estos miles de compatriotas arrojados a esas fieras de Europa que tanto contribuyeron al desencadenamiento y prolongación de nuestra propia tragedia interna.
... esa "gesta racial" del exilio español, como la ha llamado uno de los protagonistas, que encierra tanta grandeza, tanta miseria y tanto dolor de España. De esa España que, como ha repetido genialmente uno de los grandes pensadores exiliados, no es más que una tierra y una intimidad, a pesar de las grietas aparentemente insondables de su superficie reseca y sedienta. He aquí la gran lección de unidad básica que los españoles de todos los credos -y el autor de este libro entre ellos- deberían aprender ante la continuada tragedia personal de medio millón de españoles desamparados por un mundo que jamás comprendió la raíz de su odisea." (59)

Ruedo ibérico: un Ministerio de contrainformación

La ya citada campaña de los "25 Años de Paz" así como las sucesivas reseñas del BOB dedicadas a publicaciones de la editorial, hicieron mella en el equipo de redacción de RI, que pretendió en todo momento dar una respuesta a través de las armas de la edición. Consciente de la necesidad de constituir un frente cultural capaz de contrarrestar la información procedente del régimen, y avalado por el interés que había suscitado la concepción de la revista CRI, intentó aunar todo tipo de esfuerzos para mostrar su capacidad de respuesta.


a) El Año XXV u Horizonte español 1966

Así, durante los primeros meses de existencia, la llegada de artículos a la sede parisina de la rue d'Aubriot había permitido, además de asegurar una cierta continuidad, concebir una publicación más densa, propuesta como suplemento anual y prolongación tanto del trabajo realizado como del espíritu que se había fraguado en la obra España Hoy, que tan excelentes resultados había obtenido. Desde su primer número CRI había anunciado en sus páginas la publicación prevista de tal suplemento cuyo título dejaba percibir la contraofensiva que se estaba preparando:

« Nuestro primer suplemento tendrá como título El año XXV y en él nos esforzaremos en dar una visión lo más exhaustiva posible de lo que para España han significado los años de dictadura franquista. Ningún aspecto de la vida española a lo largo de esos años será descuidado. El volumen constituirá una descripción general y un análisis crítico de un periodo, inacabado, y por tanto de interés actualísimo, sobre el que las fuentes informativas son escasas, parciales cuando no están simplemente falseadas, y sobre todo dispersas o inaccesibles. » (60)

En principio se preveía un libro de unas 400 páginas cuya fecha de publicación había quedado fijada en diciembre de 1965. A pesar de los esfuerzos realizados para llevar a buen término tal proyecto, una serie de circunstancias provocaron un retraso de prácticamente un año: por un lado, las dificultades internas que el equipo redactor venía arrastrando, así como los problemas financieros que las acompañaban; por otro, los inconvenientes inherentes a una empresa de tal envergadura. El proyecto era ambicioso no sólo por la amplitud de miras, sino porque pretendía transcender una simple colección de artículos para crear un todo orgánico, cuyas únicas notas divergentes se limitaran a la expresión o al estilo utilizados por los colaboradores.

Así pues, la preparación de este primer suplemento anual de CRI cabalgará entre las dos primeras series anuales de la revista (1965-1966), ya que el trabajo de recopilación de textos y de promoción se realizará a lo largo de la primera serie, mientras que su aparición, aplazada en diversas ocasiones debido al retraso en la entrega de manuscritos, se hará finalmente a finales de 1966, bajo el título definitivo de Horizonte español 1966.

En sus definitivos dos volúmenes que sobrepasan las 700 páginas son reunidos 30 ensayos procedentes del equipo de la revista, es decir, de sus más asiduos colaboradores, junto a otros especialistas en torno a la realidad de la situación española. Las firmas de Ramón Bulnes (pseudónimo de Ignacio Quintana), Juan Claridad (Eduardo García Rico), Fernando Claudín, Xavier Flores, Iñaki Goitia (Luciano Rincón), Joan Roig (Francesc Vicens), Jorge Semprún y Angel Villanueva (Joaquín Leguina), entre otras, reaparecen en este copioso volumen que recorre los aspectos más significativos de una realidad pluridisciplinar: la economía, la agricultura, la Iglesia, la emigración, el turismo, la prensa, el exilio, la oposición antifranquista, la enseñanza, los nacionalismos, etc. Todo ello acompañado de multitud de ilustraciones, dibujos y caricaturas que corren a cargo de Juan Genovés, Ges-Rojo (pseudónimo de José María Górriz), Héctor Cattolica, César y Vázquez de Sola.

Como estudio, análisis, propuesta y como elemento de información, CRI consigue con este trabajo colectivo dar un gran paso hacia la reafirmación de su equipo y afianzarse como una revista de interés, seria, rigurosa y activa. Como empresa política representa el entusiasmo de una izquierda plural a la búsqueda de la unidad, y contribuye a marcar el camino de un sector de la oposición que quiere pisar fuerte y albergar claras perspectivas de futuro democrático, apoyándose en los nuevos movimientos sociales.

Si hasta ahora el papel desempeñado por CRI conseguía interesar a los responsables de la política del Ministerio de Información y Turismo, el suplemento es una buena muestra de la actitud de oposición práctica ejercida desde el consejo editorial de RI. En unas declaraciones al periódico El País José Martínez afirma a propósito de esta obra:

« En gran medida la política editorial de Ruedo Ibérico ha sido dictada por el Ministerio de Información y Turismo puesto que pretendíamos ser el antiministerio. Se puede decir que Fraga (...) fue en antidirector literario de Ruedo. A su campaña de XXV años de paz opusimos el Informe español de 1966 (sic), en el que se recopilaban 33 ensayos que analizaban la situación española desde múltiples perspectivas. » (61)


En su primer volumen contribuye a dinamitar los cimientos sobre los que se asienta la historia del franquismo, difundiendo informaciones y opiniones relativas a la visión de la guerra civil a través de una encuesta coordinada por Luciano Rincón, y a desvelar una realidad camuflada por el régimen en sus más diversas facetas.

Entre los ensayos incluidos podemos destacar los dos que aportan datos sobre el carácter monopolista del capitalismo estatal a través de la concentración de la riqueza en manos de la oligarquía, mediante una detallada lista de las 101 familias españolas, incluida la del dictador. También hay un interés por descifrar los problemas que conciernen a la agricultura, los entresijos de la política exterior franquista en sus relaciones con EEUU y, finalmente, un examen histórico sobre el comportamiento secular de la Iglesia con respecto al poder. (62)

Por su parte, el segundo volumen de este Horizonte español 1966 va a ser el más claro reflejo del tratamiento que sobre la oposición predomina en las páginas de la joven revista. Durante veinticuatro meses, a la más ardiente actualidad española servida a través de análisis, críticas, datos y opiniones se añade el continuo esfuerzo de reflexión desarrollado por intelectuales y escritores de oposición para valorar las acciones acometidas en el presente y dilucidar la función a desempeñar en un futuro inmediato. Se trata de un verdadero chequeo para la salud de la izquierda, para lo que se le toma el pulso a través de análisis sobre la historia de la oposición antifranquista, el exilio, los movimientos nacionalistas vasco, catalán y gallego, así como se revisa el estado del sindicalismo y del movimiento estudiantil.


b) Los Boletines de Información Bibliográfica

Pero quizá la contraofensiva más clara a la labor realizada desde la Dirección General de Cultura Popular y su arma el Boletín de Orientación Bibliográfica, fue la creación del Boletín de Información Bibliográfica. Concebido para ser publicado en el interior de CRI y con pretensiones mucho más modestas que las de su oponente modelo, dejaba entrever a través de su título la apuesta por la información, en detrimento de la orientación de la que se hacía alarde desde el Ministerio. Además, la capacidad de forjar opiniones tan buscada por el BOB quedaba en este caso expresamente en manos del lector.

En su primer número publicado en marzo de 1966 se incluía una presentación sucinta de las novedades de la editorial, una sugerencia de lectura no necesariamente seleccionada entre las obras publicadas por RI, un catálogo de los libros publicados por la editorial tanto en lengua española como en lengua francesa, y una lista con los títulos disponibles de otras editoriales. En las pocas líneas dedicadas a detallar la función de este impreso al objetivo informativo se añadía el de consejero de lectura de un libro cuyo criterio quedaba especificado: "será el de informar de la manera más imparcial a nuestros lectores y amigos". Las secuelas del discurso del BOB se dejaban sentir en esa necesaria búsqueda de la imparcialidad. A su vez, se anunciaba la inauguración de la sección Libros recibidos a partir del n° 2, con el fin de reseñar "detalladamente los libros en lengua castellana que nos sean enviados con tal objeto por autores y editores". (63)

Frente a la restricción del BOB, el Boletín de RI pretende obtener una máxima divulgación. Habiendo dejado hoy un rastro de al menos diez números, podemos precisar que estos catálogos cuyo objeto era proponer una serie de títulos y permitir el acceso a la información aparecieron de manera periódica, unas veces impresos directamente en la revista, otras ciclostilados y presentados en la librería parisina. Sin duda alguna, la labor de recopilación y difusión a través de CRI se convertía en un recurso estratégico para dar a conocer publicaciones y un argumento más para facilitar la suscripción, tan financieramente necesaria en esos meses protagonizados por el despuntar de la revista, como ideológicamente vital para hacer frente a la virulenta actuación del Ministerio de Información y Turismo.


Conclusión

En los albores del franquismo, los métodos desplegados por el Ministerio de Información y Turismo muestran un intento de ofrecer una imagen aperturista, al mismo tiempo que revelan la necesidad de cerrar filas ante los avances de la oposición. La progresiva presión ejercida por las publicaciones forjadas en el extranjero llevaron al régimen a crear todo un dispositivo capaz de neutralizar las ofensivas que en materia editorial pudieran cuestionar los cimientos del régimen.

Esta imperiosa necesidad se concretó en la creación de un Boletín de Orientación Bibliográfica (1963-1976), de frecuencia mensual y de difusión restringida, que recogía comentarios sobre todo tipo de obras que tuvieran una relación o pudieran ser de interés para España. Entre todas ellas, las reseñas dedicadas a libros publicados por la editorial parisina Ruedo ibérico (1961-1982), que arrancan con el análisis de la guerra civil y recorren todo el período franquista, permiten establecer unas serie de directrices y líneas de estudio, reflejo del discurso que desde las instancias oficiales se pretendía difundir.

Firmes acusaciones de parcialidad, de deformación de los hechos, de intoxicación informativa y de utilización de métodos de propaganda comunista revelan la dificultad en aceptar cualquier crítica dirigida contra el régimen. Por el contrario, condescendencia, aceptación de las fuentes testimoniales y buena acogida de las tesis propuestas son las pautas que caracterizan aquellos comentarios a libros cuyo objeto de estudio no es el franquismo, sino la trayectoria de la izquierda. La crítica interna de los grupos de oposición ofrece un discurso que no es desaprovechado sino todo lo contrario, reapropiado para servir a los fines de legitimación propios del discurso oficial.

En todos los casos, las diferentes reseñas analizadas incluyen siempre algún aspecto positivo de la obra comentada que, si bien no la rescata de la en ocasiones feroz crítica, sí constituye una expresión de ese espíritu aperturista con el que el nuevo Ministerio deseaba identificarse. Por otro lado, aunque el pasado se configura en una gran sombra que envuelve la totalidad de las obras comentadas, los efectos de ese discurso se quieren actuales, aleccionadores y eficaces en su tarea de continuar forjando un pensamiento único, germen de la herencia cultural del franquismo y garantía de su continuidad.

Por su parte, la editorial RI encaja las nuevas estratagemas del Ministerio, consciente de la necesidad de desempeñar la función de puente entre la oposición del interior y la del exilio, y deseosa de proseguir su labor como frente opositor. Las numerosas reseñas dedicadas a publicaciones de esta combativa editorial muestran el interés por un mismo objeto de estudio, la historia de España, e instauran una relación entre el poder central y la oposición relegada a una periferia política que convierte la producción editorial de RI en el arma y testigo de una práctica de contrainformación.


Bibliografía citada

ABELLAN, Manuel L., Censura y creación literaria en España (1939-1976), Ed. Península. Barcelona. 1980.

AGUILAR FERNANDEZ, Paloma, Memoria y olvido de la Guerra Civil española, Alianza Editorial, Madrid. 1996.

BARRERA, Carlos, Periodismo y franquismo. De la censura a la apertura, Ed. Internacionales Universitarias, Barcelona. 1995.

CHULIA, Elisa, El poder y la palabra. Prensa y poder político en las dictaduras. El régimen de Franco ante la prensa y el periodismo. Ed. UNED, Madrid. 2001.

LAIZ, Consuelo., La lucha final. Los partidos de la izquierda radical durante la transición española, Ed. Los libros de la Catarata, Madrid. 1995, pp. 64-65., Madrid. 1990

RENAUDET, Isabelle, "La presse sous contrôle de l'Etat. Législation et pratiques de la censure au temps de la Loi Fraga (1966-1975) " en AUBERT, Paul y DESVOIS, Jean-Michel (eds.), Presse et pouvoir en Espagne 1868-1975. Maison des Pays Ibériques/Casa Velázquez, Bordeaux/Madrid. 1996.

SEVILLANO CALERO, Francisco, Propaganda y medios de comunicación en el franquismo (1936-1951). Universidad de Alicante, Murcia. 1998

SINOVA, Justino, La censura de Prensa durante el franquismo (1936-1951), Ed.Espasa Calpe, Madrid. 1989.

TUÑON DE LARA, Manuel, "Sobre la Historia de la oposición al franquismo: Balance y perspectivas" en J. TUSELL, A. ALTED, A. MATEOS, La oposición al régimen de Franco. Estado de la cuestión y metodología de la investigación. UNED, Madrid. 1990. Tomo II. pp. 421-431.


Entrevistas:

ALAMEDA, S. "José Martínez. Fundador y director de Ruedo ibérico. Eramos parciales, no embusteros", El País Semanal, 8/4/1989.

HARGUINDEY, A.S., "Ruedo Ibérico instalará una parte de sus oficinas en Barcelona. Entrevista con José Martínez, fundador y director de la editorial", El País, 7/6/1977.


Listado de libros de RI reseñados por el BOB


Colección. España contemporánea

BRENAN, Gerald, El laberinto español. Antecedentes sociales y políticos de la guerra civil. BOB n°11-12, nov.-dic. 1963, pp. 23-24.

COLODNY, Robert G., El asedio de Madrid (ed. inglesa), BOB n° 46, oct. 1966, pp. 9-15.

GARCIA VENERO, Maximiano, La Falange en la guerra de España: La Unificación y Hedilla, y SOUTHWORTH, Herbert R., Antifalange. Estudio crítico de Falange en la guerra de España de M. García Venero. Parte 1 en BOB n° 81, sept. 1969, pp.37-58 y parte II en BOB n°83-84, nov.-dic. 1969, pp. 43-67.

GALLO, Historia de la España franquista, BOB n°111-112, nov.-dic. 1975.

GEORGEL Jacques, El franquismo. Historia y balance, BOB n° 109-110, sept.-oct. 1975, pp. 11-19, repetido en BOB n°111-112, nov.-dic. 1975, pp. 57-65.

GIBSON, Ian, La represión nacionalista de Granada de 1936. La muerte de García Lorca, BOB n°107/108, julio-agosto 1975, pp. 5-11.

KOLTSOV, Mijail, Diario de la guerra de España, BOB n° 30, julio-agosto 1965, pp. 9-12.

LORENZO, César M., Los anarquistas y el poder (ed. francesa), BOB n° 89/90, enero-febrero 1974, pp. 47-51.

PAYNE, Stanley G., Falange. Historia del fascismo español, BOB n° 44/45, agosto-sept. 1966, pp. 21-30.

SOUTHWORTH, Herbert R., La destrucción de Guernica. Periodismo, diplomacia, propaganda e historia. BOB n° 113-114, enero-febrero 1976, pp. 29-37.

THOMAS, Hugh, Historia de la guerra civil española (edicion inglesa), BOB N° 37-38, enero-febrero 1966, pp. 9-19.

VILANOVA, Antonio, Los olvidados. Los exiliados españoles en la segunda guerra mundial, BOB n°85, enero 1970, pp. 9-16.


Colección España Contemoránea. Serie menor

JACKSON, Gabriel, Breve historia de la guerra civil española (edicion inglesa), BOB
n°93-94, pp. 5-15.Respuestas de G. Jackson al BOB, n°100, dic. 1974, pp. 7-29.

El pequeño libro pardo del general, BOB n°111-112, nov.-dic. 1975, pp. 95-98.

MARTIN, Miguel, El colonialismo español en Marruecos, BOB n° 109-110, sept.-oct. 1975, pp. 5-10.

QUINTANILLA, Luis, Los rehenes del Alcázar de Toledo. Contribución a la historia de la guerra civil española. BOB n° 60, dic. 1967, pp. 27-31.

RAMIREZ, Luis, Nuestros primeros 25 años, BOB n° 39, marzo 1966, pp. 27-29.

RAMIREZ, Luis, Francisco Franco. Historia de un mesianismo, BOB n°29, pp. 14-16, repetido en BOB n°111-112, nov.-dic. 1975, pp. 9-11.

SOUTHWORTH, Herbert R, El mito de la cruzada. Crítica bibliográfica, BOB n° 25-26, enero-febrero 1965, pp. 9-13 y BOB 35-36, nov.-dic., 1965, pp. 13-16.

FERNANDEZ DE CASTRO, Ignacio, La demagogia de los hechos, BOB nº 30, julio-agosto 1965, pp. 16-21


Otros libros sobre España

España hoy, BOB n° 22-23, oct.-nov. 1964, pp. 9-17.

MAURIN, Joaquín, Revolucion y contrarrevolucion en España, BOB n° 67-68, julio-agosto 1968, pp. 21-23.

SAEZ ALBA, A., La otra "cosa nostra": La Asociación Católico-Nacional de Propagandistas y el caso de "El correo de Andalucía", BOB n° 100, dic. 1974, pp. 31-34.

SALA, Antonio y DURAN, Eduardo, Critica de la izquierda autoritaria en Cataluña, 1967-1974. BOB n°107-108, julio-agosto 1975, pp. 33-44.

SUAREZ, Andrés, Un episodio de la revolución española: El proceso contra el POUM, BOB n° 101-102, enero-febrero 1975, pp. 67-71.


Biblioteca de cultura socialista

NIN, Andrés, Los problemas de la revolucion española, BOB n° 91-92, marzo-abril 1974, pp. 19-24.

TROTSKI, León, Escritos sobre España, BOB n° 107-108, julio-agosto 1975, pp. 21-28.


Mundo contemporáneo

ALVAREZ DEL VAYO, Julio, China vence, BOB nº 44/45, agosto-septiembre 1966, pp. 88-89


Distribución o coedición

CALVO SERER, Rafael, La dictadura de los franquistas. El "affaire de Madrid" y el futuro político, BOB 113/114, enero-febrero 1976, pp. 39-49.


Novela, teatro, poesía

DOMINGO, Xavier, El dinero del Opus es nuestro. Esperpento ibérico ejemplar, BOB n°107-108, julio-agosto 1975, pp. 56-57.

Antología de la poesía erótica española, BOB nº 107/108, julio-agosto 1975, pp. 53-55

RINCON, Luciano, Mañana, BOB nº 69, septiembre 1968, pp. 23-30


Revista Cuadernos de Ruedo ibérico

CRIn°1, BOB n° 33-34, sept.-oct. 1965, pp. 40-42.

Suplemento El movimiento libertario español, BOB n°98-99, oct.-nov. 1974, pp.43-46.


Notas

1 Una exposición sobre el debate historiográfico en torno a la actitud del régimen hacia la cultura en SEVILLANO CALERO, Francisco, Propaganda y medios de comunicación en el franquismo (1936-1951). Universidad de Alicante, Murcia. 1998, pp. 47-52.

2 CHULIA, Elisa, El poder y la palabra. Prensa y poder político en las dictaduras. El régimen de Franco ante la prensa y el periodismo. Ed. UNED, Madrid. 2001. p.210.

3 Este ministro va a protagonizar el período más largo ya que entre 1962 y 1975 un total de cinco ministros se sucedieron al frente del Ministerio de Información y Turismo: Manuel Fraga, entre 1962 y 1969; Alfredo Sánchez Bella entre octubre 1969 y junio 1973; Fernando de Liñán y Zofío, entre junio de 1973 y enero de 1974; Pío Cabanillas, de enero a octubre de 1974; y León Herrera, de octubre de 1974 a diciembre de 1975. Sobre el diferente cariz que caracterizó la estancia de cada uno de ellos en el ministerio ver el estudio de BARRERA, Carlos, Periodismo y franquismo. De la censura a la apertura, Ed. Internacionales Universitarias, Barcelona. 1995, pp. 153-157.

4 Paloma Aguilar subraya la importancia de los pasos dados por los sectores de oposición en el exterior: "Es posible que el gobierno pusiera tanto empeño en la campaña de los « 25 Años de Paz » con el fin de atenuar la iniciativa reconciliadora de Múnich y atribuirse a sí mismo un impulso integrador. (...) Podría decirse que esta celebración fue el punto de inflexión del discurso oficial mientras que el Contubernio de Múnich lo fue de la memoria colectiva de la guerra." AGUILAR FERNANDEZ, Paloma, Memoria y olvido de la Guerra Civil española, Alianza Editorial, Madrid. 1996. p.162; sobre los detalles de la campaña ver pp. 164-183.

5 Aunque no se barajen las mismas cifras los historiadores coinciden en hablar de un recrudecimiento de la actividad censora durante el período 1966-1969. Según Carlos Barrera, se llevaron a cabo 93 expedientes en 1966, 149 en 1967, 210 en 1968 y 127 en 1969. BARRERA, C., op.cit., p.154. Por su parte Isabelle Renaudet establece dos fases en la práctica de la Dirección General de Prensa, la primera entre 1966 y 1968 (101 expedientes en 1966, 166 en 1967, 237 en 1968) y la segunda entre 1969 y 1975 (110 expedientes de media por año, exceptuando los años 1972 y 1973 con 152 y 145, respectivamente). RENAUDET, Isabelle, "La presse sous contrôle de l'Etat. Législation et pratiques de la censure au temps de la Loi Fraga (1966-1975) " en AUBERT, Paul y DESVOIS, Jean-Michel (eds.), Presse et pouvoir en Espagne 1868-1975. Maison des Pays Ibériques/Casa Velázquez, Bordeaux/Madrid. 1996. p.293.

6 Se trataba de un Boletín basado en datos no censurados y estrictamente secretos. La Dirección General de Prensa de la Vicesecretaría de Educación Popular era entonces dependiente del Ministerio de la Gobernación. ABELLAN, Manuel L., Censura y creación literaria en España (1939-1976), Ed. Península. Barcelona. 1980. p. 45. La segunda denominación en SINOVA, Justino, La censura de Prensa durante el franquismo (1936-1951), Ed.Espasa Calpe, Madrid. 1989, pp. 135-136.

7 En adelante, BOB.

8 Temas incluidos en los siguientes números 16, 25-26, 30, 33-34, 60, 65 y 67-68. En su número doble 95-96 correspondiente a los meses de julio y agosto de 1974 quedan recogidos los Indices generales, el Indice de títulos de obras, el de autores, el de materias, el onomástico y el toponímico.

9Presentación a la obra de H. THOMAS, La guerra civil española, Ed. RI, París. 1962.

10Se trata del deseo de abrir un espacio para la polémica. En este caso, se alude al historiador exiliado Manuel Tuñón de Lara que había manifastado su desacuerdo con determinadas ideas de la obra de Thomas.

11 ABELLAN, Manuel L., op.cit., pp.109-110.

12 Ibid., p.135.

13 Esta constatación se encuentra asimismo entre los orígenes de la creación de la revista Cuadernos de Ruedo ibérico, que pretendía compensar la deficiencia de manuscritos de una cierta extensión procedentes del interior así como ofrecer una tribuna de expresión a los numerosos artículos, notas o reflexiones sobre la actualidad española enviados esta vez sí desde el interior.

14 Así es puesto manifiesto de manera explícita a propósito de la obra de Hugh Thomas: "...lo difícil que resulta para un extranjero la comprensión de cualquier país, dificultad que se acrecienta cuando el país tiene unas características tan complicadas como el nuestro." BOB 37-38, enero/febrero 1966, p. 12

15 Además de una serie de afirmaciones propias de la propaganda franquista que se basan en la negación de determinados hechos como la matanza de Badajoz, el bombardeo de Guernica o el asesinato de García Lorca, los dos mitos positivos que intenta desmontar el autor son que Franco se levantó para impedir una rebelión izquierdista-comunista y la heróica defensa del Alcázar de Toledo. BOB, n°25-25, enero/febrero 1965.

16 BOB n°35-36, noviembre/diciembre 1965, p. 9

17 "H.R.S. carece de comprensión literaria en general, y cuando juzga aspectos de la literatura española, su falta de comprensión degenera en crasa ignorancia. (...), p. 11

No es extraño que un autor tan poco dotado para la comprensión literaria haya podido hablar del «bajo nivel cultural de la España franquista» y afirmar que la creación literaria de la España actual se dedica a «elucubrar inofensivamente sobre el pasado» sin posibles salidas a la temática social.

H.R.S. olvida que la literatura española contemporánea está en una segunda ascensión aúrea en poesía, en pleno renacimiento teatral, y con una estupenda novelística de buceo social precisamente. Pero si desconoce a Cela, a Menéndez Pidal, a Zunzunegui y a Gerardo Diego, no es culpa nuestra. (...), p. 12

El mito de la Cruzada de Franco es una obra que, aunque por turbios fines políticos, irrumpe alocadamente en el campo de la Historia, y es precisamente en el terreno histórico donde la falta de base de su autor se hace más angustiosa y lamentable.

En una época en que ya hay perspectiva hsitórica suficiente para observar el viraje de la opinión mundial hacia España, tras la retractación formal y solemne de las mismas Naciones Unidas, puede afirmar H.R.S. que "la propaganda de Franco ha perdido la batalla" y que "la Historia está contra Franco" ¿Cabe mayor ceguera?" Ibid., p. 13

18 Referencia a Vicente Marrero, autor de La guerra española y el trust de los cerebros. BOB, n°25-26, enero/febrero 1965, p. 10

19 Ibid, p. 12

20 "Es evidente que Hugh Thomas tiene una intención objetiva inicial en su obra, pero es también evidente que esa intención no se traduce en un clima histórico. H. T. Escribe desde el lado republicano. Es partidario nato de la República, aunque no por sectarismo; quizá por simpatía irrefrenable que se le desborda" Entre las críticas vertidas podemos destacar: "defectos de enfoque y de detalle", "clima de sensacionalismo y superficialidad netamente reporteril" "se extasia ante los tópicos; no deja que se le escape ni uno", sobre los antecedentes de la guerra "adolece de una falta de perspectiva que sólo puede compararse con su casi absoluta ignorancia de la sociología política española", "el fallo más importante del novel historiador británico está en su casi absoluta incomprensión de la España nacional". BOB 37-38, enero/febrero 1966, p. 10. En el BOB se hace alusión a la rápida traducción de la obra al español, francés, italiano y alemás, y se destacan las ediciones inglesas (Eyre and Spottiswoode y Penguin Books) y española (RI).

21 Entrevista S. ALAMEDA, «  José Martínez. Fundador y director de Ruedo ibérico. Eramos parciales, no embusteros », El País Semanal, 8/4/1989.

22 Breve historia de la guerra civil, la traducción española a cargo de Juan Martínez Alier, fue publicada por la editorial RI en 1974 mientras que la traducción francesa Histoire de la Guerre Civile Espagnole, a cargo de la misma editorial, aparecerá en 1975. El Boletín reconoce el interés que despierta el autor, lo que queda puesto de manifiesto en el hecho de haberle dedicado otras reseñas a propósito de las siguientes obras: The Spanish Republic and the Civil War en BOB n°35-36, noviembre y diciembre de 1965; The Spanish Civil War, (que se publicó dentro de la serie editorial "Problemas de la civilización europea") en BOB n°69, septiembre 1968 y la que dio motivo a la carta del propio Jackson, BOB n°93-94, mayo/junio 1974, pp. 5-15

23 BOB n°100, diciembre 1974, pp. 7-29

24 BOB, n°100, diciembre 1974, pp. 7-29

25 BOB, n°30, julio/agosto 1965, pp. 9-10

26 BOB, n°11-12, noviembre/diciembre 1963, p. 23

27 El orden cronológico de aparición en el BOB es el siguiente: la versión inglesa de 1958 del libro de Robert G. Colodny, The struggle for Madrid: Central epic of the Spanish conflict (1936-37) en el n°46, octubre 1966; Los rehenes del Alcázar de Toledo de Luis Quintanilla en BOB n°60, diciembre 1967; la obra de Ian Gibson, La represión nacionalista de Granada en 1936 y la muerte de García Lorca apareció reseñada en BOB nº 107-108, julio-agosto de 1975; y finalmente, La destrucción de Guernica de H.R. Southworth en BOB n°113-114, enero/febrero 1976.


28 BOB, n°60, diciembre 1967. p.31.

29 Las dos obras, la de García Venero y la de H.R. Southworth aparecen comentadas bajo el título Falange y Antifalange. Una polémica internacional sobre la historia y la vigencia del fascismo español, y son objeto de dos extensas reseñas en los números 82 y 83-84.

30 BOB n°44-45, agosto/septiembre de 1966.

31 A propósito de esta obra el BOB alude a José Martínez en su doble tarea de editor y de traductor. Lo describe de la siguiente manera: "conocido propagandista a quien ha salvado de no pocos quebraderos de cabeza la presencia del señor Southworth como inspirador de posiciones históricas que, sin su suprema habilidad, estarían ya todo lo desvaorizadas que merecen."/"Despachemos con una breve alusión la pretenciosa nota del traductor. El señor Martínez, que tiene bien acreditada su condición de ser una de las personas más parciales y peor informadas acerca de la historia contemporánea española, debería haberse limitado a traducir, cosa que hace con cierta claridad, aunque con insufrible y pedantesca incorrección." BOB n°81, septiembre 1969. pp.42 y 48, respectivamente.

32 BOB n°81, septiembre1969. p.55. BOB n°83-84, noviembre/diciembre 1969.

33 BOB, n°111-112, noviembre/diciembre 1975, p. 18

34 Sin embargo, en el momento de emitir esta acusación se había olvidado la reseña realizada con motivo de la publicación de Nuestros primeros veinticinco años, firmada también por el pseudónimo de Luis Ramírez, en la que se jugaba la baza del autor que desconoce la realidad española por estar instalado en Francia. El redactor dice así: "No deja, sin embargo, de extrañar la redacción y estilo francés, así como galicismos y giros que a un conocedor suspicaz del idioma del país vecino harían sospechar que el libro está escrito por alguien que mejor conocedor del francés que del castellano y con más años de residencia allí que aquí, hubiera escogido el francés para la primera redacción del libro. Pero naturalmente, reconocer esto sería dar al lector la impresión de que si no se conoce la lengua, difícilmente se puede conocer la realidad española, testimoniada desde dentro. En resumen, el clásico panfleto, esta vez redactado en forma de libro con ideas fósiles y datos trucados, útil sólo como resumen de todos los tópicos y lugares comunes que se han utilizado contra España. Con escaso éxito desde hace casi treinta años." BOB n°39, marzo 1966, pp. 27-29

35Una vez más, el papel desempeñado por la revista fue el de constituir un frente en el que se recogieron las diferentes acciones llevadas a cabo durante meses y donde se intentaron quemar los últimos cartuchos en pro de la inocencia del detenido. El fascículo triple de CRI que dedica un dossier al asunto del pseudónimo Luis Ramírez es el correspondiente a los números 33-35 y en él se publican los documentos de mayor interés, así como las referencias a la implicación internacional que pretendían mostrar la amplitud del caso. La primera de ellas es el producto de la presencia de RI en la la Feria del libro celebrada en Frankfurt en el otoño de 1971. Los periódicios francés y alemán, Le Monde y Frankfurter Allgemeine Zeitungn valoraban en sendos artículos la presencia de la editorial en la Feria destacando la labor de las ediciones en su tarea de publicar obras hostiles al régimen y tachadas por la censura dominante en el interior del país. Además, la noticia se hacía eco de la detención y proceso de Luciano Rincón, así como de las numerosas muestras de solidaridad que había despertado, y que habían desembocado en una protesta colectiva en petición de su puesta en libertad. En la breve nota « Ruedo ibérico en la Feria del libro de Frankfort » encontramos extractos de las reseñas de Le Monde (22/10/1971) y de Frankfurter Allgemeine Zeitung (18/10/1971) a propósito del tema, en CRI n°33-35, oct.1971/marzo 1972, p.162. En el mismo número, los artículos en defensa de Luciano Rincón y la lista de escritores que solicitaban su puesta en libertad.

36 BOB, n°111-112, noviembre/diciembre 1975, p. 98

37 BOB, n°113-114, enero/febrero 1976.

38 BOB, n°100, diciembre 1974, p. 34

39 BOB, n°107-108, julio/agosto 1975., p. 57. Epater: asombrar, causar sensación.

40 La entrada en escena del FLP en la oposición se había realizado en la primavera de 1958 y pese a las modificaciones e influencias que recibirá a lo largo de sus diez años de existencia, su actividad, producto del empuje de sus integrantes, en su mayor parte universitarios, marcará profundamente el panorama de una oposición caracterizada hasta ese momento por el papel hegemónico del Partido Comunista. Desde su constitución a iniciativa de grupos católicos progresistas, dirigidos por el diplomático Julio Cerón, el rechazo de las posturas del PCE conformaba uno de los pilares de su actuación, junto a la crítica del capitalismo y a una, cada vez más radical, defensa de la revolución. A principios de los sesenta, en el denominado según su propio líder « segundo frente », el FLP sufre mutaciones en el fondo y en la forma: en cuanto al fondo, rompe con las creencias católicas de sus orígenes y experimenta una fuerte radicalización ideológica, inspirada por su adhesión al modelo de la revolución cubana, exenta del control de un partido comunista, lo que le conduce a apostar por un tipo de actividades más subversivas; en lo referente a la forma, se ve obligado a mejorar su funcionamiento interno, convirtiéndose en una estructura federada, y a aumentar las medidas de clandestinidad debido a la represión ejercida desde las instancias oficiales. « En 1962 el FLP se había extendido a distintas provincias españolas y se convierte en una estructura federada. El grupo autónomo catalán pasa a denominarse Front Obrer de Catalunya, FOC, el vasco, Euzkadiko Sozialisten Batasuna, ESBA, y para el resto de las provincias se mantiene el nombre de FLP. El conjunto de las tres federaciones formaban las llamadas Organizaciones Frente; no obstante se ha seguido empleando el nombre de Frente de Liberación Popular para designar a toda la organización. También en París se crea un núcleo del Frente, alrededor de López Campillo; en este grupo participan tanto los españoles exilados que van llegando, como algunos residentes; en él están Ignacio Fernández de Castro y Carlos Semprún. », C. LAIZ, La lucha final. Los partidos de la izquierda radical durante la transición española, Ed. Los libros de la Catarata, Madrid. 1995, pp. 64-65., Madrid. 1990, pp. 169-171.

41M. TUÑON DE LARA, « Sobre la Historia de la oposición al franquismo: Balance y perspectivas » en J. TUSELL, A. ALTED, A. MATEOS, La oposición al régimen de Franco, op. cit., Tomo II. p. 426.

42En la primera página de la obra podemos leer: « Ruedo ibérico expresa su agradecimiento sincero a cuantos hicieron posible España hoy con su trabajo y su comprensión y muy especialmente al grupo de italianos amigos de España que han facilitado con su generoso esfuerzo la edición de este volumen. », I. FERNANDEZ de CASTRO y J. MARTINEZ, España hoy, RI. 1963.

43 BOB, n°22-23, octubre/noviembre 1964, p. 9

44 Ibid, p. 9

45 "...¿qué visión nos da España hoy de nuestro país? La de una nación en agitación permanente, dominio del despotismo y la arbitrariedad, donde los obreros hilvanan tremendas huelgas generales sin solución de continuidad, donde reinan el caos y la miseria... La situación política, social y económica de España es bien conocida hoy día no sólo por los españoles, sino por las visitas y estudios de numerosas comisiones sindicales, bancarias de Organismos económicos y otras. Aparte de que este caos, o -según otros- el orden carcelario, no podría pasar inadvertido a los millones de turistas que nos visitan, a menos de suponerlos a todos subnormales." Ibid, p. 10

46 La necesidad de defender la justicia española ante las críticas formuladas en la obra contra la pena de muerte introduce toda una contraofensiva del redactor del BOB ante los procesos de los considerados terroristas José Luis Facerías, Julián Grimau, Joaquín Delgado, Francisco Granados y Ramón Vila Capdevila.

En lo que se refiere al PCE: "Esto de la vinculación del Partido con los demócratas antifranquistas muestra, una vez más, que los comunistas son unos maestros consumados en el arte de variar su táctica, mudable por esencia, siempre que estas variaciones sirvan para avanzar, por poco que sea en el camino señalado. Ya se encargarán luego de eliminar a los vinculados."

En cuanto a la multiplicidad de partidos y organizaciones: "Así, partidos de vida precaria, escindidos a su vez en fracciones, forman un cuadro que hace pensar en una de las causas fundamentales de la derrota roja del 39: su falta de unidad (...) Y que no hablamos en teoría lo mostró el fracaso de las jornadas de Reconciliación Nacional". Ibid.

47 La primera serie incluye los seis primeros números de la revista publicados entre junio/julio de 1965 y abril/mayo de 1966.

48« Cuadernos de Ruedo ibérico, revista bimensual (sic) pero muy amplia, hasta tal punto, que el complemento anual hubo de imprimirse en dos tomos. Esta revista aborda, fundamentalmente, el socialismo no dogmático e inserta en sus páginas una sección literaria-cultural confiada a Juan Goytisolo, una de las personalidades más destacadas de la literatura actual. En el pie de imprenta se cita como primer redactor a Ramón Bulnes, probablemente un seudónimo. Después vienen José Martínez, que en la guerra civil luchó en la parte republicana, dirigente de la juventud anarquista. Finalmente, se cita a Jorge Semprún: realizó el guión de La guerre est finie sobre la problemática de la política española en el exilio. » Extracto traducido del artículo de Harald Grossmann, « El fin de una revista española en el exilio », Die Weltwoche, Zurich, 11/11/1966. Caja 649. Archivo General de la Administración. Alcalá de Henares.

49 BOB, n°33-34, septiembre/octubre 1965, p. 40

50Ibid., p. 41

51 Se trata de los juicios a las obras de Joaquín Maurín, Andrés Nin, Andrés Suárez y Antonio Vilanova respectivamente, recogidas en BOB, n°67-68, julio/agosto 1968, pp.21-22; BOB, n°91-92, marzo/abril 1974, pp. 19-24; BOB n°101-102, enero/febrero 1975, pp. 67-71; y BOB, n°85, enero 1970, pp. 9-16

52 BOB, n°67-68, julio/agosto 1968, pp.22-23.

53 BOB, n°67-68, julio/agosto 1968, p.22.

54 Las palabras entrecomilladas pertenecen a la reseña del libro de Joaquín Maurín, en BOB, n°67-68, julio/agosto 1968, p.22, pero se repiten en otras por ejemplo, en la del libro de Andrés Suárez en BOB, n°101-102, enero/febrero 1975: "El Partido Comunista de España fue el instrumento visible y activísimo de la intervención soviética. No era ni reformista ni revolucionario: limitábase a aplicar al pie de la letra la línea de conducta que le dictaba Moscú."

55 BOB n°89-90, enero/febrero 1974, pp. 43-46

56 Las reseñas de Brenan por El laberinto español y de Trotski por Escritos sobre España en BOB, n° 11/12, pp. 23-24 y n° 107/108, pp. 21-28, respectivamente.

57 BOB, n°91-92, marzo/abril 1974, p. 23

58 BOB, n°107-108, julio/agosto 1975, p. 40

59 BOB, n°85, enero 1970, p. 16

60Texto aparecido en CRI n°1 como contraportada, en CRI n°2 como Notas de la redacción, p. 119 y en CRI n°3, p. 128. En CRI n°4, aparecerá una nota indicando los motivos del retraso de la publicación así como un índice provisional. Pp.121-122.

61 A.S. HARGUINDEY, « Ruedo Ibérico instalará una parte de sus oficinas en Barcelona. Entrevista con José Martínez, fundador y director de la editorial », El País, 7/6/1977.

62Las colaboraciones se reparten como siguen: Luciano Rincón a través de su pseudónimo L. RAMIREZ, « Visión actual de la guerra civil », pp. 253-279; sobre economía: EQUIPO DE JOVENES ECONOMISTAS, « Las 100 familias españolas », pp. 47-119 y P. MARCOS SANTIBAÑEZ, La familia « F », p. 121-127, pseudónimos que esconden las identidades de Santiago Roldán, Arturo Cabello, Juan Muñoz García y José Santamaría Pérez; sobre agricultura: X. FLORES, « La propiedad rural en España », pp. 129-148 y M. SUAREZ, « Problemas de la agricultura española », pp. 149-158; sobre política exterior: V. GIRBAU « La conferencia de Hendaya », pp. 159-176 y F. MIERA, « La política exterior franquista y sus relaciones con los Estados Unidos de América », pp. 177-206; sobre la Iglesia: I. FERNANDEZ DE CASTRO, « La Iglesia de la Cruzada y sus supervivencias », pp. 207-223 y P.B., « Significación religiosa, económica y política del Opus Dei », pp. 225-252, todos ellos en Horizonte español 1966, Tomo I.

63Las editoriales que figuran en estas listas son: Editorial Grijalbo S.A., Ediciones Era S.A., Editorial Palestra, Editorial El Siglo Ilustrado, Ediciones Nuestro Tiempo, Editorial Alfa, Colección complutense, Librería Editorial Jorge Alvarez, Editions Carymar y Distribuidora y Editora Argentina, Cuadernos americanos, Editorial Cuadernos para el diálogo, Editorial andina, Editorial Sur S.A.. Boletín de información bibliográfica n°1, 1 de marzo de 1966. Dicho Boletín aparecerá publicado en CRI n°4, diciembre/enero 1966. París. En el fascículo triple 22-24 se retomará la publicación del Boletín de Información Bibliográfica, ausente durante la tercera serie.