"Mañana, tras la descarga emotiva provocada en muchos amigos del pueblo español por la desparición de Franco, cuando la mala conciencia europea se troque en buena conciencia al socaire de medidas seudodemocráticas posfranquistas, tan esperadas por las democracias socialcristianas y socialdemócratas europeas para liquidar, sin gran algarada de la opinión pública, los contenciosos que todavía marginan a España de Europa, la eficacia del exilio español, no quedará reducida a cero, pero se verá considerablemente mermada, sin que hayan desaparecido las razones que exigen esa eficacia e incluso su reforzamiento."
José Martínez Guerricabeitia (1)
La realidad cultural de la oposición en los años inmediatamente anteriores a la muerte de Franco ha sufrido una suerte de deformación motivada por la fuerza del denominado proceso de Trancición democrática ya que, tanto en los medios periodísticos como entre historiadores, dicho proceso ha actuado como una especie de imán cuyo poder de atracción ha conseguido adulterar los postulados e ideología de décadas de resistencia y de exilio en favor de una visión conformista de la realidad. Con el paso del tiempo y pese a la diversidad de interpretaciones, la verdad sobre este proceso ha quedado subordinada a una constante legitimación de esa directriz consensual donde el papel de la oposición, engrandecido en ocasiones, justificado en otras, se reduce al del sacrificio de determinados partidos políticos en beneficio de un bien común. El no hay mal que por bien no venga vendría a habilitar la actuación de una oposición en singular que hizo lo que tenía que hacer. Evidentemente se han levantado voces discordantes a propósito de estas versiones para anunciar insuficiencias y confesar desilusiones, pero todavía queda pendiente una labor de integración de buena parte del pensamiento del exilio. Por ello conviene insistir en la pluralidad del movimiento opositor y en la diversidad de sus intereses, así como recordar que la autocrítica en el seno de estos movimientos es anterior al proceso mismo de transición, o coetánea, según cuando se quiera precisar el inicio de dicho proceso. Existe una cierta tendencia a olvidar la evolución de la oposición en los primeros años de la década de los setenta, lo que provoca una a menudo identificación entre antifranquismo y democracia y en consecuencia, entre la cultura de la transición y la cultura de la oposición. La identidad, o mejor confusión entre ambas, no es baladí ya que supone asimilar a los parámetros de la cultura dominante toda una cultura basada en la crítica y en la negación, construida en torno a una conciencia del cambio y fortalecida por una constante lucha por recuperar la memoria histórica. Cultura forjada durante más de tres décadas a golpes de desacuerdos y de lazos, de polémicas y de diálogos, entre exilio y oposición interior, y reducida en nuestros días a pasado, bajo la vaga fórmula del recuerdo.
Precisamente una de las consecuencias de este proceso de Transición ha sido una progresiva separación entre ideología y sociedad, esferas completamente interrelacionadas en el sentir y en el pensar de la oposición antifranquista, pero que se irán desvinculando a medida que ésta se debilite organizativa y políticamente, dejando el protagonismo a los partidos. Ese tándem esencial de años de exilio como lo fue la cultura/política comenzará a desintegrarse a finales de la década de los setenta para terminar diluyéndose en un sistema político que no hará sino agrandar la brecha que lo separa de lo social. Así, merece la pena señalar una opinión que, a finales de los ochenta, conseguidas las libertades fundamentales, constata esa dicotomía establecida entre la esfera de los políticos y la esfera de los ciudadanos: "Los políticos son desencadenantes y víctimas del tercer desencanto consecutivo por el que muchos ciudadanos han cruzado en los últimos doce años, desde el comienzo de la transición: el desencanto político de ver cómo se hacía el paso de la dictadura a la democracia sin tocar importantes aspectos del aparato del estado (...); el desencanto social, al ver, o creer muchos ciudadanos, que el socialismo gobernante desde 1982 no ha resuelto muchas necesidades siempre pospuestas (...); y el desencanto ético propiciado por el llamado tráfico de influencias, el apego al brillo social de algunos políticos deslumbrados por su nueva situación y el regreso a prácticas dudosamente democráticas. Desencantos bien aprovechados para insistir en la separación de intereses entre políticos y ciudadanos como dos ámbitos inencontrables e irreconocibles que apuntan finalmente contra la democracia." (2)
Estas líneas pertenecen a un artículo publicado en la sección de opinión del periódico El País publicado en julio de 1988. Su autor es el mismo que fue detenido en Bilbao el 30 de mayo de 1971, acusado de un delito de opinión por colaborar, desde el interior y bajo el pseudónimo de Luis Ramírez, en la revista publicada en el exilio francés Cuadernos de Ruedo ibérico. La detención de Luciano Rincón supuso entonces el despertar de numerosas muestras de solidaridad con la labor llevada a cabo por la revista, así como la organización de una protesta colectiva en petición de su puesta en libertad. Se trataba de acciones decisivas en un momento difícil tanto para las Ediciones Ruedo ibérico como para su publicación bimensual, los Cuadernos de Ruedo ibérico (3). La referencia a esta cita que aboga en plena democracia por la proximidad entre política y sociedad, así como la alusión al arresto y procesamiento de su autor durante la dictadura franquista nos permiten, más que redundar en lo que se ha venido en llamar la ideología del desencanto (4), recuperar algo de la esencia de esa lucha mantenida desde la oposición en unas condiciones de fragilidad frente a la política represiva del régimen y frente a la heterogeneidad y superficialidad de la propia izquierda.
En las páginas que siguen queremos presentar un somero recorrido por la última etapa de los CRI, esa revista nacida en París en 1965 al calor de las Ediciones del mismo nombre y dirigida contra viento y marea por el incansable José Martínez Guerricabeitia (5). El interés de esta etapa reside en el carácter reivindicativo de un sector de la oposición que, desmarcado ya de la exánime oposición antifranquista, continuará el camino de la autocrítica, cuestionando el papel de la izquierda y proponiendo nuevas premisas sobre las que construir un efectivo proyecto de cambio. Para ello nos hemos basado en el análisis de los tres editoriales que toman el pulso de la vida política del interior y de la evolución de la izquierda desde unos meses antes de la muerte del dictador hasta los umbrales de la década de los setenta. Estos editoriales se enmarcan en la tercera etapa de la revista que comprende desde el número 43 al 66, publicados en París desde enero de 1975 hasta su interrupción en diciembre de 1977, y en Barcelona desde enero de 1979 hasta su desaparición definitiva al final de ese mismo año.
La anterior interrupción -provocada en el mes de mayo de 1973, tras la publicación del último número doble 41-42, por motivos financieros pero, sobre todo, a causa de enormes dificultades internas en el seno del equipo de redacción- había dado paso a un año marcado por el vacío de la revista. En aquel momento José Martínez escribe: "Nous avons parlé beaucoup dans nos assises de Cuadernos de RI. Il y a toujours le problème du travail. Nous n'avons pas de comité de rédaction capable de soutenir le niveau atteint par la revue, et moins encore pour le dépasser. Mais la revue laisse un vide énorme. (...) Alors, il faut le remplir disent mes collègues. Reste qu'il est impossible de le remplir avec nos forces et les collaborations qui s'offrent certains (sic) très importants. (...) La future démocratie espagnole ne nous apprendra rien de positif (...). Mais quelque chose changera, et il faudra pousser, et il faudra perdre encore des illusions..." (6)
La reaparición de la revista, víctima de unas circunstancias políticas que dificultarán las actividades de la empresa abocándola a fuertes pérdidas que se convertirán en un lastre imposible de remontar, quedará postergada a la espera de nuevos impulsos de la parte de sus colaboradores. Eso sí, reaparecerá dispuesta a cubrir el día a día de la actualidad política y social en un momento de gran efervercescencia tanto para la oposición del interior como para la del exilio.
En el proceso que hoy se califica de preparación de la transición a la democracia y en el que el exilio se va a revelar como una noción caduca, la revista cuestionará a través de sus páginas la actuación política de un sector de la oposición de izquierdas, sus propuestas y objetivos sumergidos en una labor pactista que aglutinará diferentes fuerzas bajo las categorías de antifranquismo y de democracia. Frente a esta actitud, que será considerada de mero posicionamiento ante la nueva escena de poder, los Cuadernos reaparecen marcando una ruptura con el pasado de la revista que, como el propio consejo de redacción indica, responderá a una necesidad motivada por el desplazamiento a la derecha de buena parte de los componentes de la oposición antifranquista. En el conjunto de sus principales objetivos se encontrará la pretensión de analizar la sociedad capitalista y sus manifestaciones políticas e ideológicas.
Tomando como punto de partida las tres editoriales que marcarán la línea ideológica de esta última y definitiva etapa de la revista, queremos conocer las aspiraciones de una oposición que quiere escapar a la idea del antifranquismo, por considerarla vacía e incapaz de construir un verdadero proyecto democrático, y apostar por nuevos planteamientos teóricos que permitan romper con el sistema económico existente y crear nuevas líneas de actuación política.
"Cuadernos de Ruedo ibérico a todos" o la reivindicación de la diferencia
Las primeras líneas de esta última etapa ofrecen un balance de la ausencia de la revista en el año 74, valorando las reacciones y reproches procedentes de los lectores, los efectos del anuncio de la desaparición y la baza jugada por el régimen franquista de la mano del historiador Ricardo de la Cierva. CRI vuelven a la calle en enero de 1975, inaugurando la llamada segunda época, con la esperanza de haber sentado las bases de una etapa más sólida, en la que se puedan superar los problemas propios a una publicación considerada necesaria. "El problema que competía prioritariamente (...) a Ediciones Ruedo Ibérico y a los restos del antiguo consejo de redacción de Cuadernos de Ruedo ibérico (línea política, nivel informativo e intelectual de los trabajos publicados), nos parece resuelto en gran parte." (7)
Como telón de fondo, el convencimiento del valor de una revista rica en contenidos y capaz tanto de escapar a la censura procedente del Ministerio de Información franquista, como de mantenerse al margen de actitudes partidistas. Si los primeros pasos de esta revista resucitada muestran la confianza resultante de una lección aprendida y la seguridad que otorga la experiencia, el peso del pasado se dejará sentir a través de un problema que arrastrará la publicación hasta el último número: las dificultades financieras, eterno compañero de viaje. Una vez más se recurrirá al lector, a una complicidad a prueba de hierro, con la intención de aumentar el número de suscriptores y las ventas en librerías, condiciones indispensables para la supervivencia de la revista.
La presencia de una línea editorial más fuerte y más presente se manifiesta en el editorial titulado Cuadernos de Ruedo ibérico a todos en el que se sientan las bases de la nueva etapa, desarrollando algunos de los hechos que la justifican y presentando algunos de los objetivos que se pretenden alcanzar. La idea central en torno a la que se va a articular esta presentación es la crítica a las posiciones de las fuerzas políticas que han integrado la oposición antifranquista. La errónea política llevada a cabo por esta oposición es la que, en opinión del renovado consejo, ha provocado el vacío de las reivindicaciones antifranquistas y la ausencia de una alternativa de izquierdas capaz de reemplazar la dictadura franquista. El régimen deja de ser el único punto de mira, mientras el análisis de la sociedad capitalista y la denuncia de la miseria de la idelogía dominante se convierten así en una urgencia, considerando que "... el antifranquismo dejará de ser privativo de las "izquierdas" para diluirse en un movimiento fácilmente manipulable por fuerzas políticas de la burguesía, de la Iglesia, del ejército, firmes puntales hasta hoy del régimen franquista y mañana -como hoy- del sistema capitalista bajo otro régimen político." (8)
La denuncia a la izquierda implica por un lado, la necesidad de romper con un lenguaje que ha perdido toda credibilidad en la medida en que está siendo utilizado por la clase dominante, vacío de todo su contenido; y por otro, la exigencia de desmitificar posturas ideológicas que sólo buscan legitimar una política de alianzas. Conviene recordar que desde 1973 se habían intensificado los contactos entre las fuerzas políticas a través de encuentros y reuniones que cristalizarán en la creación de la Junta Democrática de España en julio de 1974. El PCE se encontraba en el origen de este organismo unitario junto a dos figuras pertenecientes a la oposición monárquica, Antonio García Trevijano en el interior y Calvo Serer en el exilio. (9)
El pacto significará en la opinión de CRI aceptar el sistema sociopolítico en que se asienta el Estado franquista, permitiendo concesiones de principio a cambio de integrar la nueva escena política y olvidando reivindicaciones que habían acompañado el pensamiento de largos años de exilio, como el derecho de autodeterminación para las nacionalidades. Frente a este posicionamiento de la oposición de izquierda clásica, frente a su desplazamiento hacia la derecha, los Cuadernos reclamarán la vía revolucionaria. La idea que dejan traslucir sus páginas es que el análisis y la crítica del sistema social, así como la construcción de un modelo revolucionario de sociedad requiere una libertad no limitada por compromisos enmarcados en juntas o asambleas en las que se pacta con fuerzas interesadas en conservar el sistema imperante.
Si en este editorial del primer número de la nueva etapa de la revista se presentan los puntos que serán esenciales en la nueva trayectoria, las diferentes colaboraciones no harán sino insistir en la misma línea, argumentando, criticando, rechazando y proponiendo. Una nueva estructura del contenido de colaboraciones concretadas en cuatro secciones (teoría, interpretaciones, hechos y documentos de la España real y Tribuna libre), así como la adopción de un método de trabajo basado en colectivos van a dar sus primeros frutos. La corriente libertaria quiere abrirse camino en estos nuevos Cuadernos, frente a un pasado de predominio de talante marxista, y del que no resultará fácil desvincularse completamente. Si los trabajos "Contra la reconciliación" de Martínez Alier y "Aproximación al mundo político de Santiago Carrillo", firmado por el propio José Martínez con el pseudónimo Felipe Orero, consiguen abrir un nuevo rumbo para la revista, otras colaboraciones como "Interpretaciones políticas en la declaración de la Junta Democrática" firmado por el Colectivo 70 y la ya confirmada sección Tribuna libre "La oferta de la Junta Democrática: Lenin ha muerto" de Francisco Lasa siguen arrastrando el peso del marxismo. Desde él se insiste en la vía errónea del pacto y se condena la defensa de los intereses pequeñoburgueses que encierra la solución de recambio propuesta por la Junta Democrática Española. (10)
El mayor acicate que encontrará la revista para continuar su trabajo será la necesidad de presentar un modelo de sociedad futura, ausente en los programas de una oposición antifranquista encorsetada en unos planteamientos teóricos caducos y comprometida con fuerzas cuyo interés reside en el mantenimiento y la continuación del Estado.
"El franquismo sin Franco y la oposición democrática" o el principio del fin de la izquierda
Para los Cuadernos, la desaparición del dictador, tan esperada por la oposición antifranquista y condición sine qua non de cambio político, supone el reconocimiento y la constatación de que el camino realizado por esta oposición ha estado marcado por el error. La muerte de Franco no creará ningún vacío de poder en el Estado, sino que pondrá en evidencia la ausencia y desmovilización, en este momento decisivo, de la oposición antifranquista que pasa a ser denominada por la revista oposición democrática. Esta comprende grupos democristianos y socialdemócratas, así como el Partido Comunista incluidos todos ellos en los organismos unitarios Junta y Convergencia democráticas constituidas en alternativa para dirigir el cambio de régimen.
El editorial dice así: "El poder, arbitrario y arbitrador, que detentaba el general Franco, se diluye ahora entre las piezas esenciales de su Estado: el rey (que no nombra materialmente primer ministro), el jefe de gobierno (que no designa en realidad sus ministros), el Consejo Nacional (que propone y veta), las Cortes (que no legislan), la burocracia represiva (administrativa, judicial, militar, policiaca, sindical...), base demográfica del Estado, y el complejo legal dejado a su disposición, de imposible modificación sin romper sus lineas esenciales." (11)
El papel de la oposición es así cuestionado, convirtiéndose en el principal punto de mira del editorial y no sólo porque a causa de su vocación de poder ha hipotecado sus posibilidades de ofrecer una solución firme, sino porque además la democracia a la que aspira, avalando el proceso de "apertura" del gobierno de Arias Navarro, se reduce a una democracia formal que posibilite la incorporación de España en el contexto internacional. Pero la revista va algo más lejos tachando de descalabro el fracaso de la política de la oposición democrática y anunciando una próxima ruptura de esas formaciones unitarias a expensas de la hegemonía de las fuerzas políticas del franquismo (12). Frente al posibilismo del que han hecho gala estos sectores de la oposición, los Cuadernos proponen una oposición que sea capaz de supeditar su labor política a los movimientos sociales, concediendo un verdadero protagonismo a la movilización y articulando la acción en torno a reivindicaciones concretas, aunque siempre en el marco de unos objetivos globales.
En un número posterior (en el n°51-53), la revista publicará el artículo de Francisco Carrasquer, uno de los autores pilares de esta tercera etapa, que lleva por título "Los bomberos del posibilismo. Apostillas a un editorial". En él se insiste en la experiencia de la oposición democrática calificada de vía muerta de politiquería y se retoma una de las frases del editorial: "Las alianzas deben ser hechas para hacer y no para renunciar a hacer" con objeto de subrayar el nuevo rumbo que ha tomado la publicación en su defensa del doble concepto de revolución y democracia (13).
La apuesta libertaria de los nuevos Cuadernos se verá consumada con la aportación de José Martínez bajo su pseudónimo Felipe Orero, "Carta abierta a Cuadernos de Ruedo ibérico", en la que analiza los cambios de la revista desde una perspectiva extremadamente crítica. Si por un lado le achaca todavía una falta de coherencia interna, por otro, insiste en la necesidad de constituir colectivos de trabajo con objeto de acabar con la escisión entre teoría y práctica, otro de los lastres del pasado de la revista. Además propone continuar la labor iniciada en tres planos: el del análisis del sistema capitalista español y no sólo del Estado franquista (o posfranquista); el de la oposición antes antifranquista y ahora democrática, pero cada vez más ambigua; y finalmente, el de la búsqueda de las fuerzas revolucionarias que integran la sociedad española, con el fin de elaborar un proyecto revolucionario que responda a una realidad social. (14)
"Las rebajas de la oposición política" o la condena de la revolución
Con este editorial publicado en el número triple 51-53 se concretan las concesiones realizadas por la oposición en su doble afán de unidad y de ocupación de puestos políticos. La unificación de la Junta y de la Plataforma supuso la aceptación de una ruptura pactada que rebajaba considerablemente los planteamientos iniciales de esta oposición. Las ideas que habían afirmado la estrategia de la ruptura en el seno de la Junta, ideas contrarias al juancarlismo y a cualquier tipo de evolución hacia la democracia desde el régimen, fueron cediendo en beneficio de una negociación con el gobierno de la monarquía y de una aceptación de su proyecto aperturista. Una vez más la revista recurrirá al oportunismo de esta oposición y a su desvinculación de un movimiento de protesta social para explicar el consciente olvido de los planteamientos iniciales y el papel desmovilizador forjado de silencios y ausencias.
El recorrido que los Cuadernos van a hacer por los dos gobiernos monárquicos no pretende sino constatar la utilización que los sectores procedentes del régimen han hecho de los organismos unitarios, tanto en la esfera económica como sindical. En su opinión, los núcleos de poder del capitalismo representados en la oligarquía financiera y en el capitalismo extranjero han defendido todos sus intereses reduciendo a la mínima expresión, en nombre de las crisis, las reformas económicas que las reivindicaciones democráticas pretendían llevar a cabo con su programa de ruptura.
En cuanto a la cuestión política, se constata la progresiva integración de la oposición en el sistema, arrastrada progresivamente por un entusiasmo electoralista: "Esa oposición va creando, o combinando, o ampliando sus partidos, con perspectivas electoralistas. (...) Una vez celebradas las primeras elecciones en el Estado español, los espacios políticos quedarán rellenados, quienes han disfrutado de las ventajas de publicidad abundante que sus programas reformistas han hecho posible recogerán sus frutos, y las perspectivas de una revolución socialista se alejarán considerablemente." (15) Este interés por ocupar espacios políticos conseguirá desviar la actuación de la oposición limitándola a una carrera por posicionarse en las elecciones municipales, evitando cualquier toma de posición respecto a cuestiones de interés como lo era en aquel momento el referéndum que significó la institucionalización del proyecto político reformista y la legitimación de la monarquía.
El editorial finaliza planteando las tres alternativas posibles todavía a finales del 76 a la situación existente: una involución bunkeriana; un reformismo limitadamente democrático, manteniendo intacto el sistema económico y de poder; y por último, una verdadera ruptura democrática, necesariamente anticapitalista. Al mismo tiempo que se conciben mayores posibilidades a la segunda alternativa a la luz del recorrido realizado por la oposición democrática, en el que se concede la prioridad a la consecución de libertades, se afirma: "Si la izquierda se va corriendo más y más a la derecha, la balanza no puede menos que desequilibrarse aún más hacia la derecha. La tercera alternativa no es para hoy, ni tal vez para mañana, pero es una posibilidad que debería mantenerse abierta negándose al pacto con el Estado capitalista." (16)
La ambigüedad ofrecida por los planteamientos y la práctica política de la oposición democrática, unida a una situación de polución informativa provocarán en el seno de la revista la urgencia de una práctica reflexiva, de una labor de higiene pública que quiere aclarar las relaciones entre ideologías, tácticas e información. Consciente del poder de los medios de comunicación y de su capacidad de manipulación y deformación, la producción de CRI se vuelca en un trabajo de análisis y de reflexión con la pretensión de abrir vías políticas. Se buscará una alternativa que hunda sus raíces en el ámbito social y que sea capaz de articular una oposición que verdaderamente se oponga (17).
Los Cuadernos continuarán su camino manifestando un gran interés por la tendencia libertaria que se plasmará en la publicación de dos suplementos monográficos, "El movimiento libertario español" y "Ser o no ser: crisis de la CNT", y en el espacio dedicado a las colaboraciones de Noam Chomsky, Rudolf de Jong, Arthur Lehning, o de José Manuel Naredo y de Juan Martínez Alier.
En el año 78 la revista desaparecerá de nuevo para iniciar la recta final desde España. Cuando la idea de frontera parecía querer desvanecerse, se producirá el encuentro con la esencia del exilio, el redescubrimiento de un concepto y la reivindicación del mismo. Si en la década de los sesenta la cultura de la resistencia había encontrado en las páginas de Ruedo ibérico un verdadero aliado con el que llenar el vacío y con el que luchar bajo el baluarte del frentepopulismo cultural, en la década de los setenta las esperanzas de constituir una verdadera cultura de oposición van a truncarse. En su lugar, nuevos derroteros serán tomados por una oposición olvidadiza de una tradición cultural y demasiado ocupada en ensalzar el consenso y la democracia formal. Mientras esta oposición que cree protagonizar la Transición buscará otras tribunas a través de los partidos para conseguir sus objetivos, los CRI persisitirán con la intención de rescatar ese pensamiento crítico, realmente opositor, merecedero de toda una trayectoria de exilio. Pero para entonces, las páginas de la revista estaban contadas. Sus voces quedaron relegadas al olvido por una práctica política que hizo sucumbir la dimensión pública y la noción de ciudadanía. Ya no había necesidad de acallar ninguna voz, sencillamente se habían quedado mudas. (18)
Bibliografía
Obras citadas:
DIAZ, E., Etica contra política. Los intelectuales y el poder, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid. 1990.
GARCIA TREVIJANO, A., "La reforma oligárquica/1. De la España diferente a la España indiferente" en El País, 13/2/1986
MIGUEZ GONZALEZ, S., La preparación de la Transición a la democracia en España, PUZ, Zaragoza. 1990.
PONS, P., "Por qué España no es una democracia" en Ajoblanco n°63, mayo 1994. p.35 y ss.
RINCON, L., "Políticos y ciudadanos", El País, 7/7/1988.
SARRIA BUIL, A., "José Martínez y Ruedo ibérico, de la clandestinidad al desencanto. Fragmentos de un viaje inacabado" en ALTED VIGIL, A. y AZNAR SOLER, M. (Eds), Literatura y cultura del exilio español de 1939 en Francia, AEMIC-GEXEL, 1998. pp.405-425.
Documentos:
Colección Cuadernos de Ruedo ibérico desde los n°43-45, enero/junio 1975 hasta el n°58-60, julio/diciembre 1977.
Correspondencia personal (1964-1983) y archivo de José Martínez Guerricabeitia que se encuentra en el Internationaal Instituut voor Sociale Geschiedenis de Amsterdam.
Artículo publicado en: Congreso Plural « Sesenta años después ». Actas IX-1 :L'exili cultural de 1939. Seixanta anys después.
Actas del I Congreso Internacional (Valencia, 2001). Tomo 1.
Edición de Maria Fernanda Mancebo, Marc Baldó y Cecilio Alonso. Universitat de Valencia. Biblioteca Valenciana. 2001.
1 MARTINEZ , J., "Del atentado contra Ruedo ibérico y de otros atentados" en CRI n°46-48, julio/diciembre 1975, París. p.207.
2 RINCON, Luciano, "Políticos y ciudadanos" en El País, 7/7/1988.
3 En adelante RI/CRI. La propia revista hace un buen seguimiento del caso: "Crítica filológica del Boletín de Orientación Bibliográfica del Ministerio de Información y Turismo sobre Nuestros primeros veinticinco años de Luis Ramírez" en CRI n°31-32, junio/septiembre 1971. París, p.135; los artículos en defensa del periodista Luciano Rincón y la lista de escritores que solicitan su puesta en libertad aparecen en CRI n°33-35, octubre 1971/marzo 1972. París. Entre ellos merece la pena destacar los firmados bajo el pseudónimo colectivo Luis RAMIREZ, "Los policías de la cultura" y "Franco: la continuidad en el cambio", así como el firmado por Xavier DOMINGO, "Luciano Rincón".
4 Una clasificación de las ideologías sobre la Transición en la que se incluye la ideología del desencanto en DIAZ, E., Etica contra política. Los intelectuales y el poder, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1990, pp.314-237.
5 El estudio de la revista CRI constituye el núcleo de un trabajo de investigación iniciado en la Universidad de Zaragoza bajo la dirección del profesor Julián Casanova Ruiz y llevado a cabo en régimen de cotutela con la Universidad Michel de Montaigne-Bordeaux 3 bajo la dirección del profesor Jean-Michel Desvois. Una presentación de la revista, sus características y su evolución en SARRIA BUIL, A., "José Martínez y Ruedo ibérico, de la clandestinidad al desencanto. Fragmentos de un viaje inacabado." en ALTED VIGIL, A. y AZNAR SOLER, M. (Eds), Literatura y cultura del exilio español de 1939 en Francia, AEMIC-GEXEL, 1998. pp.405-425.
6 Carta de José Martínez a Giorgio Agosti. París, 5/9/1974. Carpeta 44 del archivo José Martínez del Instituto Internacional de Historia Social de Amsterdam.
7 "Necesitamos ayuda; necesitamos suscriptores" en CRI, n°43-45, enero/junio 1975, p.3. A propósito de la campaña desatada por Ricardo de la Cierva ver su artículo "Liquidación por derribo" publicado en ABC el 1 de junio de 1974. Las alusiones a esta campaña se recogen en el primer editorial de esta Segunda época de la revista, "Cuadernos de Ruedo ibérico a todos", en CRI n°43-45, enero/junio 1975, p.3.
8 "Cuadernos de Ruedo ibérico a todos", en CRI n°43-45, enero/junio 1975, p.7. "En esta nueva etapa, CRI quiere ir más allá del antifranquismo caduco y miope de aquellas fuerzas, analizando la sociedad capitalista y sus manifestaciones políticas e ideológicas en una perspectiva amplia y no dogmática, denunciando la miseria de la ideología dominante y su reflejo en las fuerzas políticas de la oposición antifranquista. Ibidem, p.11
9 Un análisis de la formación, estructura interna y evolución de la Junta Democrática de España en MIGUEZ GONZALEZ, S., La preparación de la Transición a la democracia en España en PUZ, Zaragoza, 1990. pp.418-439.
10 MARTINEZ ALIER, J., "Contra la reconciliación" en CRI n°43-45, enero/junio 1975, París, pp.27-81. Además de criticar la consigna de reconciliación nacional por considerarla una claudicación que desmoviliza a la izquierda, presenta el problema de las nacionalidades como una asignatura pendiente para esa oposición antifranquista constituída en Junta Democrática; ORERO, F. "Aproximación al mundo político de Santiago Carrillo", ibidem, pp. 105-127, crítica a la política llevada a cabo por el Secretario general del PCE a través de las tesis publicadas en su libro Demain l'Espagne; COLECTIVO 70, "Interpretaciones políticas en la dclaración de la Junta Democrática", ibidem, pp.129-131; LASA, F., "La oferta de la Junta democrática: Lenin ha muerto", ibidem, pp.213-222.
11 "El franquismo sin Franco y la oposición democrática" en CRI n°46-48, julio/diciembre 1975, París, p.6.
12 "Una parte de las fuerzas que hoy integran esos congomerados está abocada -al ritmo de los altibajos inherentes en la maniobra aperturista- a ser asimilada por el sistema. Otra, incapaz por definición de franquear ciertas barreras, o rechazada, repudiada por la propia dinámica de la maniobra aperturista, se verá empujada hacia posiciones más radicales -ambigua y tardíamente-, acercándose, aunque sea sólo transitoriamente, para conseguir un mayor poder negociador, a fuerzas sociales y políticas auténticamente revolucionarias, fuerzas hasta hoy al margen de las alianzas democráticas, no por no serlo, sino por su carácter alógeno respecto de un comportamiento político que no acercaba a la democracia, a la libertad ni al socialismo." en "El franquismo sin Franco y la oposición democrática" , ibidem, p.14.
13 "Esperemos que la tendencia revolucionaria federalista, tanto en la corriente marxista de ahora como en la libertaria de siempre, vaya engrosando las filas de una política con porvenir, de un porvenir verdaderamente político, quiero decir: necesitando de una revolución y de la revolución que España necesita hacer de una vez y del todo." en CARRASQUER, F., "Los bomberos del posibilismo. Apostillas de un editorial" en CRI n°51-53, mayo/octubre 1976. París, p.98. La frase citada del editorial del número anterior sobre el objetivo de las alianzas aparece en la p.97. Una aportación del mismo autor a la nueva etapa de la revista en "Nuevo rumbo de Cuadernos de Ruedo ibérico", CRI n°46-48, pp.213-216.
14 ORERO, F., "Carta abierta a la redacción de Cuadernos de Ruedo ibérico" en CRI n°46-48, julio/diciembre 1975. París, pp.217-222.
15 "Las rebajas de la oposición política" en CRI n°51-53, mayo/octubre 1976, París, p.13.
16 "Las rebajas de la oposición política", ibidem, p.19. Otro artículo que viene a completar este editorial insistiendo en la concesión del sistema monárquico es el de PILLADO, R. "Una rebaja más de la oposición política. De la defensa de la República a la aceptación de la Monarquía instaurada". En él se rescata la experiencia del exilio expresada a través de una cita extraida del libro publicado por Ruedo ibérico Las instituciones de la República española en exilio, de José María del Valle: "Mientras en España no se admita la solución honrada del establecimiento de un gobierno provisional ampliamente representativo que convoque unas elecciones generales, cerrando así el largo paréntesis de la dictadura, las Instituciones republicanas continuarán vivas en el exilio." ibidem., p.94.
17 El número 54 de la revista estará enteramente dedicado a esta función. Tras la advertencia de la redacción el número se compone exclusivamente de un solo trabajo, el de José Manuel Naredo, firmado bajo el pseudónimo de Aulo Casamayor, titulado "Por una oposición que se oponga: Crítica a las interpretaciones del capitalismo español y a las alternativas que ofrece la oposición política". La reivindicación de una verdadera oposición se mantendrá en los parámetros del pensamiento del director de la revista, incluso después de su definitiva desaparición: "La clase política no va a aprender nada, por que no quiere. Política para ella es hacer carrera. Unos y otros van a hacer que todo vuelva a su cauce, a su antiguo cauce... La izquierda (PSOE + PCE + partidos nacionales y regionales + grupúsculos) no van a cambiar su relación con las masas desencantadas, (...) la única lección que podría extraer la izquierda del irrepetible milagro la llevaría a cambiar de ser. Y ese ser se quiere reflejo. Narciso. (...) Porque hay posibilidades políticas de hacer otra política de derechas y otra política de izquierdas en España, no menos capitalista, no menos reformista, no menos alienante, no menos divisoria entre dirigentes y dirigidos, entre dominantes y dominados, pero algo menos asquerosa, y un tanto más eficaz. Hay un hueso, claro: para la oposición desde la oposición.", carta de José Martínez a Javier Pradera, París, 8/3/1981. Carpeta 664 del archivo José Martínez del IIHS de Amsterdam.
18 Sobre los límites de la democracia española ver el dossier de PONS, P., "Por qué España no es una democracia" en Ajoblanco n°63, mayo 1994, p.35 y ss. Una opinión de Antonio García Trevijano sobre la relación entre el ciudadano y la democracia: "Ante esta democracia performativa que no lo necesita, el ciudadano se desentiende de la política, se refugia en el modo privado de su existencia y busca en la ilusión de su realización individual el ideal que se le niega como ser comunitario." GARCIA TREVIJANO, A., "La reforma oligárquica/1. De la España diferente a la España indiferente" en El País, 13/2/1986.